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¿Cómo afectará la nueva ley universitaria a la Universidad de Oviedo? Las claves de la reforma que prepara el Gobierno

Asturias aplaude que la reforma recorte a la mitad el porcentaje tope de contrataciones temporales | El Consejo de Ministros aprueba el texto

El ministro de Universidades, Manuel Castells. EFE

Reduce la contratación temporal de docentes, reorganiza la carrera académica, promueve la equidad en las plantillas, crea un sistema de transparencia de plazas para atajar la endogamia y elimina el requisito de catedrático para ser rector. Estas son las principales medidas que recoge la nueva ley de Universidades, que ayer fue aprobada por el Consejo de Ministros como primer paso para su tramitación. La nueva norma lleva el sello de Manuel Castells y forma parte de la “reforma integral” del sistema universitario español que pretende realizar el Gobierno central de manera “gradual” durante los próximos años. En Asturias el anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), como así ha sido bautizada, convence a medias. Los decanos de facultad aplauden, sobre todo, la apuesta por reducir la precariedad, poniendo así coto a los falsos asociados –muchos ganan 300 euros al mes.

Atajar la precariedad.

Con la nueva ley, el Ministro Castells pretende reducir la contratación temporal de docentes mediante dos vías. La primera, rebajando el porcentaje máximo de contratos precarios que pueden hacer los campus, pasando del 40% actual al 20%. Y la segunda, subiendo el porcentaje mínimo de profesorado funcionario, del 51% al 55%.

Javier Fernández Teruelo, decano de la Facultad de Derecho, sostiene que esta medida, de llevarse a cabo, “será, sin duda, positiva”. “Uno de los grandes problemas que tenemos hoy –explica– es el de los llamados falsos asociados. Gente joven, generalmente, con una gran formación y que tienen que agarrarse a un contrato pésimamente remunerado (pensado como un complemento a un profesional) porque no hay otra cosa”.

Celestino Rodríguez, decano de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación, afirma que el sistema actual es “insostenible”, con áreas, como la educativa, en la que el nivel de interinidad y de falsos asociados es “tremenda”. Solo en su centro tienen más de 5.000 horas libres pendientes de contratación. Por tanto, ve con buenos ojos la medida, aunque le genera dudas el apartado económico. “Rebajar de un 40 a un 20% las contrataciones temporales supone mucho dinero. En consecuencia, debería ir acompañado de un estudio económico”, expresa.

Un profesor titular podrá ser rector.

La norma introduce cambios en el proceso de elección del máximo representante de una institución académica, eliminando el requisito básico de tener que ser catedrático. Según ha explicado Castells, se cambia una “definición por rango a una por méritos”, de modo que podrá ser rector cualquier funcionario que tenga tres sexenios de investigación o tres quinquenios de docencia, y haya desempeñado cargos en la universidad durante “al menos 4 años”.

A juicio de Teruelo, “resulta un poco llamativo que la llamada máxima autoridad académica pueda serlo sin poseer el mayor rango académico”; es decir, la condición de catedrático. “Muchos profesores titulares son estupendos gestores, pero el sentido de ser rector va más allá de ser un mero gestor, como parece entender la reforma. Tiene que ser un referente desde muchos puntos de vista. Además, parece que desaparece el sufragio universal para su elección que tanto costó conseguir”, reflexiona el decano de Derecho.

Por su parte, Celestino Rodríguez no da demasiada importancia a esta medida, puesto que cree que, ya sean catedráticos o profesores titulares, las universidades se encargarán de que quienes opten a estos puestos sean personas de calidad “contrastada”. “Sospecho que este cambio va en la dirección de que más mujeres puedan ser rectoras”, apunta. El responsable de la Facultad de Educación aboga por cambiar el sistema de gobernanza en general porque, incide, fuera de nuestras fronteras “no se explican cómo se elige un rector aquí”.

Tres categorías de profesor.

La LOSU reorganiza la carrera académica creando tres niveles: profesor ayudante doctor, profesor titular o contratado equivalente y catedrático. Lo cual supone el recorte de una categoría con respecto a la normativa actual. A este cambio no le ve ventajas Javier Fernández Teruelo. “Lo lógico es que, al ser menos categorías, se tarde más años en escalar a la siguiente, lo que puede producir cierto desánimo en la ya pesada y lenta carrera académica”, advierte. Para Celestino Rodríguez, en cambio, la reorganización es “vital”, aunque , después de leer el borrador, no le queda claro cómo atajará la ley el “complicado” paso del doctorado a la carrera académica. Según subraya el catedrático, hoy en día “no hay figuras que den a los jóvenes una continuidad”. Rodríguez también ve bien la nueva carrera académica como una oportunidad para absorber a figuras internacionales de excelencia, algo que la universidad española no puede prácticamente hacer por las exigentes requisitos de acreditación de la ANECA.

Sistema de transparencia de plazas.

Mediante la creación de esta plataforma, todos los concursos de plazas universitarias se publicarán antes en un registro y las comisiones tendrán mayoría de miembros externos a la universidad asignados por sorteo. Con ello se busca “la incorporación gradual, el rejuvenecimiento y la recualificación del personal”. Teruelo opina que “parece una medida acertada frente a la endogamia”, aunque, agrega, “personalmente soy escéptico y pienso que no llegará a la redacción final”. “Se ha intentado varías veces, pero terminan suavizándose esas garantías”, apostilla.

Precisamente, la Universidad de Oviedo es una de las instituciones públicas más endogámicas de España. En concreto, y según datos del propio Ministerio de Universidades, el 83,98% de los profesores que impartían clase e investigaban en la universidad asturiana en el curso 2019-2020 –los últimos datos que se tienen– habían leído su tesis doctoral en la propia institución. Y en cinco años solo se ha conseguido disminuir esa cifra en un 0,93%.

“Todo lo que ayude a reducir la endogamia universitaria es bueno. Creo que la movilidad –yo vine de la Universidad de León– es enriquecedora. Sin embargo, no confío mucho en que estos nuevos criterios conduzcan a esa ansiada bajada de la endogamia”, analiza el responsable de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación.

Igualdad y más financiación.

Otro de los aspectos sobre los que incide la futura ley de Universidades es la igualdad, algo que valora sobremanera el decano Celestino Rodríguez. En concreto, el texto exige a las instituciones académicas tener un plan de igualdad de género de política universitaria y otro plan de igualdad de recursos humanos, así como crear unidades de igualdad para promover acciones en este sentido. También promociona la equidad dentro de las plantillas de docentes e investigadores.

Por otro lado, la reforma se propone garantizar financiación “suficiente” a las universidades públicas. La intención del Ministro Castells es incrementar el dinero hasta el 5% del PIB de aquí a una década. En este sentido, Celestino Rodríguez resalta “la importancia de vigilar las universidades privadas y su calidad dudosa”. Otra pieza de la ley es potenciar la investigación universitaria a nivel internacional así como la movilidad del profesorado.

Las mujeres tendrán preferencia para trabajar

El borrador de la nueva ley permite a los campus dar prioridad a mujeres en la contratación. Con estas palabras lo recoge el artículo 52: “Se podrá establecer medidas de acción positiva en los concursos de acceso a plazas de personal docente e investigador funcionario y contratado para favorecer el acceso de las mujeres. A tal efecto se podrá establecer reservas y preferencias en las condiciones de contratación de modo que, en igualdad de condiciones de idoneidad, tengan preferencia las personas del sexo menos representado”.

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