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La Universidad de Oviedo se lanza a buscar mecenas y estudia crear un fondo de inversión

El rector Villaverde quiere captar 8 millones de euros de empresas privadas a lo largo de los cuatro años para no depender en exclusiva del Principado

Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo: "Este es el primer curso que afronto como rector, estoy abrumado y esperanzado"

Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo: "Este es el primer curso que afronto como rector, estoy abrumado y esperanzado" Amor Domínguez/ Irma Collín

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Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo: "Este es el primer curso que afronto como rector, estoy abrumado y esperanzado" Mónica G. Salas

Aumentar en ocho millones de euros la financiación privada de la Universidad de Oviedo durante los próximos cuatro años. Ese es el objetivo que se marca el Rectorado para que la institución académica no dependa “absolutamente” de las cuentas del Principado como sucede ahora. El equipo de gobierno de Ignacio Villaverde pretende que la aportación privada llegue, a lo largo de este mandato, a representar el 5% del presupuesto –es decir, diez millones de euros cuando ahora ronda los dos–, poniendo en marcha una oficina de mecenazgo e impulsando las relaciones con las empresa. Incluso, el Rector está “barajando” la posibilidad de crear “un fondo de inversión, en el que colaboren los sectores público y privado, para que podamos financiar proyectos estratégicos para nuestra Universidad”.

Villaverde reconoce que es hora de buscar nuevas vías para obtener dinero, ya que la institución académica asturiana –como tantas otras del país– “depende absolutamente del presupuesto del Principado”. “Prácticamente nos financian en un 80%; tenemos que mejorar mucho mucho la aportación privada. No tenemos una estrategia de mecenazgo y una de nuestras intenciones es hacerla, así como crear una oficina para captar este tipo de fondos”, adelanta.

El Rector desde hace seis meses de la Universidad de Oviedo también ha pedido al Gobierno autonómico “dos cosas” en materia económica. La primera, que “nuestra institución recupere por lo menos ese 5% que pesaba antes nuestro presupuesto en el conjunto de las cuentas regionales”. “Curiosamente, aunque hemos crecido en los últimos años, no lo hemos hecho a la misma velocidad; ahora representamos poco más del 4%. A mí me gustaría llegar al 5% y, si se pudiese, al 6%”, indica. Y la segunda petición es que “nos ayuden a aliviar la presión que en nuestras cuentas supone el capítulo uno (el de personal), que consume más del 67%”. “Ahí es verdad –agrega– que el Principado nos cubre hasta el 90%, pero nuestra propuesta es que en los próximos años lleguemos al 95%”. El presupuesto de la Universidad de Oviedo fue aprobado definitivamente el pasado mes de mayo por el Consejo Social y asciende a 211.604.000 euros.

Por otro lado, el Rectorado continúa negociando con la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad el nuevo contrato programa –el convenio regional de financiación para los próximos cuatro años–, que está en una fase “muy avanzada”. “Lo más complicado, que era fijar los indicadores para la parte variable, ya está bastante adelantado”, comenta. Villaverde ya había dicho al inicio de las negociaciones que uno de sus propósitos era cambiar los objetivos estratégicos de los que dependen la parte extra (o variable) del presupuesto, ya que “no compartían la visión” que tenía el anterior equipo de Santiago García Granda. Además, expresó en su momento que quería destinar más dinero para investigación y conseguir más inversión para abordar la transformación digital de la Universidad.

Mientras tanto, el nuevo modelo de financiación de centros, departamentos e institutos, que incluirá una parte fija y otra variable en función de objetivos cumplidos, va más lento. “Llevamos un poquito de retraso, porque, por desgracia, no tenemos una unidad de análisis de datos y tenemos a la directora de la oficina de estrategia presupuestaria, que es Begoña Cueto, haciéndolo ella sola. Creo que hemos hecho un avance muy importante, que es tener el escenario. Y a partir de ahí les hemos ofrecido distintos modelos y la idea es que en el otoño podamos hacer una propuesta”, explica. En todo caso, la parte variable de la financiación no excederá el 10% y la fijarán los propios centros. Este modelo no llegará a tiempo para el presupuesto de 2022, pero “con toda seguridad llegará al de 2023”, recalca.

Un “marabayu”

Después de medio año en el sillón de mando de la Universidad, la palabra que mejor define, según Villaverde, la gestión académica es “marabayu”. Un ejemplo claro, comenta, es la toma de decisiones sobre el covid. “El grupo de trabajo lo forman más de 70 personas. Solo centros y departamentos son 64 equipos directivos. Yo estoy muy agradecido a todos ellos, porque no solo han ofrecido una disponibilidad y un compromiso encomiable, sino que además lo han facilitado todo. Pero hay que poner de acuerdo a 70 personas y en algo que, en principio, no tendría por qué ser conflictivo. Imaginemos que tengamos que discutir y resolver un tema conflictivo...”.

“Cualquier cosa que tenga que pasar por Consejo de Gobierno necesitamos casi un mes de preparación"

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El Rector pone otro ejemplo de este lío de gestión: “Cualquier cosa que tenga que pasar por Consejo de Gobierno necesitamos casi un mes de preparación, porque entre comisiones delegadas, comisiones del Consejo y comisiones del Consejo Social... La tramitación de algo puede ser interminable”. Todo eso, en su opinión, “genera mucha tensión institucional y organizativa”. “A veces es agotador”, confiesa. “Necesitamos tener mecanismos mucho más ágiles de toma de decisión y correr riesgos. El problema es que si el sistema es electivo, eso hay que compensarlo con que los equipos que son elegidos tengan capacidad para tomar decisiones”, sostiene.

Ignacio Villaverde continúa con su reflexión: “Los centros, probablemente, tengan que ser más autónomos y el Rectorado, tener más capacidad ejecutiva porque creo que funcionaríamos mejor. Y si lo hacemos mal, pues a los cuatro años nos echarán en las elecciones. Yo siempre pongo el mismo ejemplo: el sistema de gobierno de la Universidad de Oviedo se parece más al sistema de gobierno de la UE, con esa sensación de lío interno que hay, que al sistema de gobierno de un país. En eso quiero ser menos Unión Europa y más estado constitucional”, remata.

“La FP y la Universidad deben entenderse y complementarse”


Ahora que se está negociando una nueva ley para la Formación Profesional, el Rector de la Universidad de Oviedo cree que la FP debe “ganar prestigio”. Villaverde se declara un “gran defensor” de los ciclos formativos, porque, dice, “son estudios tan dignos como los universitarios y que ocupan un espacio y una necesidad formativa importantísima en cualquier sociedad”. Por tanto, ambos sistemas, la FP y la Universidad, “deben entenderse”, opina. Para ello, el rectorado apuesta, como recoge la reforma del Ministerio de Educación, por crear más pasarelas, de tal forma “que podamos complementarnos, respetando los dos nuestros ámbitos formativos”. Villaverde asegura que “se pueden encontrar espacios de colaboración muy interesantes”. “Por ejemplo, hay estudiantes de algunas especialidades de ingeniería que, como complemento a su formación y para que puedan ser más atractivos desde el punto de vista laboral, podrían hacer algún módulo de Formación Profesional, porque allí les pueden ofrecer una dimensión que las universidades no les podemos dar”, dice en referencia a la vertiente manipulativa.

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