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El doble objetivo para alcanzar la normalidad: inmunizar al 90% de la población y comprobar cuánto dura el efecto de las vacunas

El riesgo de un repunte severo es mínimo, dicen los especialistas, que sostienen que la epidemia se cerrará cuando el virus quede erradicado en todo el planeta

Vacunación en Asturias

Los bares y restaurantes recuperan sus horarios de cierre, se relajan las restricciones al ocio nocturno, teatros y cines aumentan su aforo, cada vez hay más público en los recintos deportivos... Como se ha podido ver en esta soleada jornada dominical, en la que playas y terrazas han estado llenas, la vida de los asturianos va cogiendo regusto a "vieja normalidad". Si bien, pese a esa sensación de que la pandemia ya está superada, los expertos insisten en que el objetivo aún no se ha alcanzado. Subrayan la necesidad de inmunizar al 90% de la población y conocer la duración del efecto de las vacunas. Eso sí, todos coinciden en que todo apunta a que lo peor ya ha pasado.

¿Cuándo se acaba una pandemia? El final de la crisis sanitaria originada por el coronavirus está más cerca, y la situación de Asturias es más favorable que la de la mayor parte de España y del mundo. Sin embargo, ponerle fecha no resulta fácil. Los expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA no ven probable un repunte de la curva o la llegada de una sexta ola, pero advierten de que la incidencia aún debe continuar disminuyendo (hasta la mitad de la cifra actual o todavía más), y mantenerse en esos niveles bajos durante un tiempo prolongado.

Además, los especialistas subrayan la necesidad de llegar al 90 por ciento de cobertura de la vacuna –Asturias está ahora en el 82,5 por ciento– y de conocer con exactitud cuánto dura la protección de los sueros. Y, por último, enfatizan que las pandemias tienen una dimensión mundial, por lo que solo se acaban cuando se han erradicado en todo el planeta.

Este último objetivo exige vacunar a toda la población mundial, para lo cual hay que repartir las vacunas disponibles. Casi nada, sobre todo si se tiene en cuenta la creciente demanda de la tercera dosis para algunos colectivos, entre ellos los mayores que viven en residencias. Como resume Daniel López Acuña, exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “una pandemia no se remata así como así: es un desafío de largo aliento”.

A juicio de Pedro Arcos, profesor de la Universidad de Oviedo especializado en medicina preventiva y epidemiología de emergencias y desastres, “si no se introduce una nueva variante no hay riesgo de repunte a corto ni a medio plazo”. Según Adonina Tardón, catedrática de Medicina Preventiva, “ahora el punto crucial es la duración de la inmunidad vacunal y la circulación del virus en los menores de doce años”.

Gráfico Pandemia

Usama Bilal, gijonés que ejerce como profesor de Epidemiología y Bioestadística en la Drexel University, de Filadelfia (EE UU), tilda de “prematuro” hablar del fin de la pandemia. Bilal ve probable que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare que el covid-19 se ha vuelto “endémico”, lo cual significaría que los niveles de incidencia ya están dentro de lo “esperable”. Pero el propio experto gijonés reconoce que tampoco este punto será de resolución pacífica: “Para una enfermedad nueva, la pregunta es qué es lo ‘esperable’, y aquí hay opiniones muy diferentes, por lo que no hay una respuesta clara para esto”.

El Gobierno de Asturias acaba de poner en marcha medidas claras de desescalada de la pandemia de coronavirus. Afectan a ámbitos muy variados: hostelería, práctica deportiva, eventos culturales y musicales... Después de año y medio de restricciones, la sensación generalizada es que el final de la crisis sanitaria está próximo. Un verano con muchos turistas, mucho movimiento y muchos botellones no evitó una caída de la incidencia que comenzó el 21 de julio, después de que llegara a su pico una quinta ola muy violenta que duró tres semanas y tuvo como protagonistas principales a los jóvenes y sus euforias por el final del curso y el inicio del verano.

Todo induce al optimismo e invita a sacar el pañuelo del bolsillo para decir adiós al virus SARS-CoV-2. Sin embargo, “la pandemia no puede darse por concluida, ni mucho menos. Ni en el mundo ni en España. Sería un craso error”, asevera Daniel López Acuña. El que fuera director de Acciones de Salud en la OMS añade que, “mientras exista transmisión comunitaria del virus y las incidencias sigan siendo altas, la pandemia estará presente y entrañará riesgos”.

“Es probable que la OMS declare que el covid-19 se ha vuelto endémico, lo cual significaría que los niveles de incidencia ya están dentro de lo esperable”

Usama Bilal - Profesor de Drexel University (Philadelphia, EE_UU)

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En similares términos se pronuncia el profesor Pedro Arcos: “La pandemia no terminará hasta que los casos queden estrictamente limitados en su número y a unos lugares muy reducidos”.

Adonina Tardón señala que “la pandemia no ha concluido”, pese a que resulta patente que tanto en España como en Asturias “está en claro descenso”. La catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Oviedo enumera cuatro factores que, a su juicio, han permitido controlar la propagación del virus: la vacuna, los test diagnósticos, la ventilación y el control de los aerosoles y, por último, la educación para la salud y el uso de la mascarilla y la higiene respiratoria.

¿Cuáles serían los criterios para dar por cerrada la pandemia? En el caso de España, según Pedro Arcos, “que la incidencia acumulada a catorce días esté por debajo de 50 nuevos infecciones por cada 100.000 habitantes en todo el territorio y que ese nivel de incidencia baja se mantenga durante varios meses”. En el momento actual, la incidencia en el conjunto de España es de 131 por 100.000, y en Asturias ha bajado –tras los datos registrados anteayer viernes– de 50 por cada 100.000 habitantes, lo que convierte al Principado en la primera región que alcanza el nivel de alerta bajo.

Para Pedro Arcos, “el principal factor de riesgo global ahora es la aparición de nuevas variantes frente a las que las vacunas actuales no funcionen bien”. El gran hándicap, indica el especialista en epidemiología de emergencias y desastres, radica en que “aún no sabemos cuanto dura exactamente la inmunidad, especialmente la de tipo celular de largo plazo (memoria inmunológica), por lo que podría haber nuevos casos una vez transcurrido el tiempo de protección”. En todo caso, apostilla Arcos, “no habrá una nueva pandemia, pero si casos y algún brote”.

Usama Bilal detecta “riesgos de repunte, dado que la enfermedad va a seguir circulando”. Un peligro acentuado porque “con niveles de incidencia más bajos se relajarán algunas medidas que darán lugar a nuevos rebrotes”.

Daniel López Acuña se instala en la idea de que la mejor estrategia consiste en estar preparado para lo peor: “Tenemos que ser prudentes, cautelosos, vigilantes y estar listos para actuar de manera decisiva si la dinámica pandémica genera sorpresas que puedan hacernos tener tropiezos o nos devuelve a pantallas anteriores que exijan medidas contundentes para frenar su avance”.

“La pandemia no ha concluido aunque esté en claro descenso tanto en Asturias como en España. Lo que toca ahora es mantener medidas más suaves por solidaridad con los menores de 12 años”

Adonina Tardón - Catedrática de Medicina Preventiva

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Adonina Tardón va más lejos, y defiende que para dar la pandemia por clausurada resulta necesario que la incidencia a catorce días se sitúe por debajo de 25 casos por 100.000 “en todas las edades”. En los despachos de la Consejería de Salud hay quienes entienden que “no hay una cifra clara”, pero precisan que “para considerar que no hay una transmisión mantenida habría que bajar a unos 10 casos por cada 100.000 habitantes”.

Daniel López Acuña cataloga como “muy importante” una actitud presidida por la prudencia: “No debemos lanzar las campanas al vuelo porque la incidencia vaya en descenso y haya llegado a los 131 casos por 100.000 habitantes”. Al igual que la profesora Tardón, estima que “el umbral de verdadera seguridad son los 25 casos por 100.000 habitantes, la quinta parte de la tasa que ahora tiene España”.

En estas cuestiones numéricas surge una duda de método que deberá ser abordada en las próximas semanas: hay quienes argumentan que, habida cuenta que la mayor parte de los infectados no sufren síntomas severos, quizá haya que dejar en segundo plano los datos de incidencia y centrarse en las cifras de contagiados graves y de los que requieren hospitalización.

A la vista de la situación actual, ¿existe algún riesgo de repunte? Adonina Tardón hace hincapié en que “el último trimestre del año, con el inicio del curso escolar, supone el mayor peligro de transmisión a los menores de doce años que, al estar sin vacunar, dependen solo de su inmunidad innata”.

“Si no se introduce una nueva variante no hay riesgo de repunte a corto ni a medio plazo. Pero aún no sabemos cuánto dura la inmunidad, por lo que podría haber nuevos casos”

Pedro Arcos - Profesor de Medicina Preventiva y Epidemiología

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¿De dónde provienen los mayores peligros? Sin duda alguna, de la posible aparición de variantes del virus SARS-CoV-2 que sean capaces de eludir la acción de las vacunas. En esta línea, el profesor Bilal destaca la importancia de “vacunar al resto del mundo”, dado que, de lo contrario, “seguirán surgiendo variantes y seguiremos en peligro siempre”. La derivada de este razonamiento es nítida: “España, los países de la UE y otros estados ricos tienen que empezar a ayudar a otros países a recibir esas vacunas”. La pandemia de coronavirus –apostilla Bilal– “se acabará cuando se acabe en todos los sitios, y eso depende de todos, incluida España”.

Con todos estos datos sobre la mesa, ¿qué debe hacerse en Asturias y en España en los próximos meses para tratar de rematar la pandemia de covid? Pedro Arcos prioriza tres acciones. Por una parte, seguir vacunando “para alcanzar el 90 por ciento de cobertura de la población general, no de la población diana”. En segundo lugar, “cubrir los huecos de vacunación existentes: gente con una sola dosis y grupos de edad que aún tienen coberturas de dos dosis por debajo del 75-80 por ciento”. Y tercero: “Vigilar la permanencia de anticuerpos suficientes en grupos de mayor riesgo para valorar si es necesaria una tercera dosis para ellos”.

En opinión de Usama Bilal, la clave estriba en “seguir manteniendo el sistema de vigilancia para poder saber cuando ocurren los brotes y mantenerlos bajo control”.

“No debemos lanzar las campanas al vuelo porque la incidencia vaya en descenso. El umbral de verdadera seguridad son los 25 casos por 100.000 habitantes, la quinta parte de la tasa que ahora tiene España”

Daniel López Acuña - Exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud

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Adonina Tardón no ve llegado todavía el momento de clausurar la pandemia: “Lo que toca ahora es mantener medidas más suaves por solidaridad con los menores de doce años”.

Daniel López Acuña alerta del riesgo de “caer en la trampa de la ilusoria inmunidad de grupo pensando que, por haber vacunado a más del 70 por ciento de la población diana, tenemos garantizada una protección colectiva ante el riesgo de contagios, especialmente cuando no contamos con vacunas inmunizantes”.

Eso es “un espejismo”, asevera el que fuera alto directivo de la OMS. “Hay que seguir vacunando hasta completar el 100 por ciento de la población diana para conferir protección individual ante el riesgo de severidad, hospitalización y muerte”. Incluso en esas circunstancias “tampoco estaremos exentos del riesgo de infección y de contagio, especialmente por las variantes amenazadoras que puedan surgir en lo sucesivo”, apunta López Acuña.

Como lección de la pandemia, la profesora Tardón enfatiza que “la salud pública necesita un abordaje multisectorial y multidisciplinar que posibilite la modernización del reglamento sanitario internacional de 2005”. Asimismo, reseña la necesidad de “avanzar en el uso de la tecnología digital de coordinación nacional”.

Daniel López Acuña hace balance de lo sucedido y extrae conclusiones: “El virus ha producido más de 222 millones de contagios documentados en el mundo, 64 millones en Europa y casi 5 millones en España. El virus esta activo, se transmite en forma comunitaria en la mayor parte de países del orbe, tiene una alta tendencia a mutar y producir variantes más contagiosas y amenaza con una mayor tendencia a eludir la eficacia de las vacunas hasta ahora desarrolladas”, razona el exdirigente de la OMS. Y apostilla: “Lo que ahora toca es una gran cautela, asegurar un regreso seguro a las aulas sin relajar medidas, ratios y distancias a fin de prevenir brotes en la población escolar, completar la vacunación de los varios millones que todavía no están inmunizados, vigilar estrechamente la penetración de nuevas variantes, no dejar de hacer pruebas diagnósticas y rastreos exhaustivos, y proseguir aislando a positivos y cuarentenando a contactos estrechos aun si están vacunados”. 

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