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El incendio de Málaga aviva el temor a fuegos de “sexta generación” en Asturias

“La región es más húmeda, pero su difícil topografía y el combustible acumulado pueden causar siniestros fuera de control”, dicen los expertos

El pirocúmulo generado por el incendio de Málaga. | Infoca

Un dispositivo integrado por 41 aeronaves y algo más de medio millar de efectivos luchaba ayer, por tercer día consecutivo, contra el incendio declarado en la Sierra Bermeja (Málaga), que ya ha devorado más de 5.000 hectáreas, y que, según el presidente andaluz, Juanma Moreno, se trataría del primero fuego de “sexta generación” registrado en España.

Este tipo de incendios son explosivos, capaces de devorar miles de hectáreas en muy poco tiempo, incluso de cambiar las condiciones climáticas en una determinada área, de forma que son impredecibles, imposibles de apagar, a menos que se reúnan medios ingentes. Crean enormes columnas de aire cálido, los pirocúmulos, que arrastran numerosas pavesas y explosionan al llegar a la atmósfera, produciendo tormentas de fuego. El primero se produjo en Chile en 2017. Después vino el de Pedrógão Grande, en Portugal, en junio de ese mismo año, en el que ardieron 14.000 hectáreas en apenas una hora, causando la muerte de 64 personas.

En España aún no se ha producido ninguno, aunque los técnicos apuntan a que el de Málaga, con un perímetro de más de 40 kilómetros, podría ser el primero. Fue provocado el miércoles por la noche en dos focos, utilizando el mismo método: hojarasca y una piña prendida con un mechero. El presidente andaluz avisó a sus autores de que “no duerman tranquilos”, porque se les “dará caza” y caerá sobre ellos todo el peso de la Justicia.

Gráfico

El incendio, que afecta los municipios de Estepona, Benahavís, Jubrique y Genalguacil, aunque muy virulento en las primeras horas, está lejos de ser controlado, aunque ayer mejoraron las condiciones meteorológicas y los servicios de emergencia albergaban buenas perspectivas para embridarlo. Se ha desalojado a 1.054 personas y hay que lamentar un fallecido, un bombero forestal de 44 años, natural de la localidad almeriense de Roquetas de Mar, muerto el jueves por la tarde.

“Quinta generación”

Sea o no un incendio de “sexta generación”, el episodio de Málaga ha despertado el temor de que puedan reproducirse cada vez con mayor frecuencia, especialmente por el cambio climático. También en Asturias, donde los expertos sostienen que, a lo sumo, hemos rozado un incendio de “quinta generación” en octubre de 2017, cuando las llamas amenazaron varios núcleos urbanos habitados en el Suroccidente asturiano.

“De momento no tenemos el mismo riesgo que en la zona mediterránea, donde ya se habla incluso de incendios de ‘séptima generación’, pero qué duda cabe que las condiciones de cambio climático nos encaminamos hacia ello, con episodios de temperaturas extremas y muy cambiantes en intervalos cortos de tiempo”, indicó el experto David Barraso, Decano Territorial del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural de Asturias, que hasta hace poco ha trabajado en materia de incendios. Los incendios de “sexta generación” cambian las reglas del juego en las intervenciones de extinción. “Las condiciones de esos incendios son tan cambiantes y tan impredecibles, que ya no se pueden utilizar herramientas como las quemas para generar corrientes ascendentes que frenen los incendios incontrolados”, añade Barraso.

“Asturias tiene no obstante la ventaja de una mayor humedad, resalta, pero presenta sin embargo otros factores como la topografía difícil y el combustible acumulado en las zonas forestales que pueden dar lugar a incendios imposibles de controlar”, indica el ingeniero.

Por el momento, hay más riesgo de incendios de “quinta generación” que afecten a poblaciones, “por un lado por el abandono del medio rural, pero también porque nos gusta vivir cada vez más cerca del bosque, de forma que, al aumentar el interfaz urbano-forestal, se pone en riesgo tanto los medios materiales como las vidas humanas”.

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