El episodio de presunto furtivismo denunciado el pasado sábado por la mañana por un grupo de senderistas que hacían una ruta por la vega de Camayor, en Somiedo, era en realidad una cacería perfectamente legal y con todos los permisos. Los senderistas observaron cómo dos guardas de Medio Natural examinaban los animales abatidos por el cazador, al menos dos rebecos, cuyas cabezas habían sido seccionadas, e intrepretaron que estaba siendo multado. Además, pensaron que se trataba de hembras o incluso de crías, dado el pequeño tamaño de los animales, Posteriormente, los vehículos del cazador y de los agentes de Medio Natural abandonaron juntos la vega de Camayor hacia Saliencia.