La fuerte jornada de lluvias de ayer dejó un reguero de inundaciones por Asturias, principalmente en Gijón y Avilés. En la villa de Jovellanos, las calles Domingo Juliana y Brasil, de la zona Oeste, fueron las principales afectadas. En Avilés, Llano Ponte se transformó ayer a mediodía en un afluente de la ría. Es la quinta vez desde el año 2015 que los vecinos y comerciantes de la zona deben remangarse los pantalones y ponerse a achicar. Están hartos.
La lluvia castigó a toda Asturias. De hecho, entre las diez localidades en las que más precipitaciones se registraron en la jornada de ayer figuraron cinco asturianas. Gijón fue la localidad en la que más llovió de España, 48,8 litros por metro cuadrado, según los datos de la Asociación Estatal de Meteorología (Aemet). El aeropuerto de Asturias ocupó e cuarto lugar en el ranking, tras registrar 46,3 litros por metro cuadrado. También figuraron en el “top ten” Salas, con 43,2 litros por metro cuadrado, Villayón, con 33,6, y Colunga, con 29,0 litros por metro cuadrado.
En Gijón, el recién finalizado pozo de tormentas de El Arbeyal entró en funcionamiento, pero nada logró evitar que las aguas torrenciales acabasen provocando alivios al mar que motivó que a primera hora de la tarde el Ayuntamiento ordenase el cierre de las tres playas urbanas (El Arbeyal, Poniente y San Lorenzo) hasta, al menos, las 10.00 horas de hoy. Mientras, vecinos y comercios de La Calzada lamentan el regreso de un problema que creían superado tras estrenarse el pozo. “Ha sido una situación excepcional”, se defiende el gobierno local.
Los vecinos y dueños de negocios en las calles inundadas se tiraron la mañana achicando agua y muy molestos. “Es desconcertante y muy frustrante que siga pasando esto”, comentó Pablo Blanco, gerente de una zapatería de la calle Domingo Juliana. El joven Aitor Piñera también tuvo que sacar a escobazos parte del agua que se había metido en su bajo de la misma calle. Creía que las inundaciones del barrio serían cosa del pasado tras el pozo de tormentas. “Habían dicho que lo iban a arreglar para que no volviese a suceder algo así. No sé para qué sirve esta solución que han puesto”, criticó.
El bajo de al lado pertenece a Yolanda Pérez, que ayer tuvo mayor suerte y su local no fue alcanzado por el agua, aunque tampoco hubiese sido la primera vez. “Se me inundó hace unos años, porque esta zona cada vez que llueve se pone intratable. Hoy libré, pero siempre que llueve aquí todos tenemos miedo de que pasen cosas así”, reconoció.
Más ejemplos. Carlos Canalias tuvo que cerrar su tienda de pinturas de la calle Brasil por el mismo problema. “No me parece que haya llovido tanto para que el agua subiese al nivel al que ha subido y las alcantarillas hayan saltado de esa forma, así que está claro que esas alcantarillas no tragaban bien”, señaló el afectado. “También entiendo que ha habido un problema con el pozo de tormentas, porque se ha acumulado mucha agua durante un largo tiempo para que, después, la calle se desahogase en solo cinco minutos”, añadió el comerciante.
El concejal de Mantenimiento y Obras Públicas, Olmo Ron, salió en defensa del dispositivo. “Desde que el pozo de tormentas de El Arbeyal está operativo, ya desde el mes de agosto, ha cumplido su función en varios temporales. El de hoy ha sido un caso excepcional. El pozo ha recogido el cien por ciento de su capacidad y gracias a esto, las inundaciones no han ido a mayores. Entiendo la preocupación de los vecinos, que entendían que con esta obra cualquier inundación se iba a solucionar, pero evidentemente una infraestructura como esta no puede garantizar cubrir el cien por cien de las incidencias, pero si va a aliviar los efectos de estas”, explicó el edil, que añadió que el amplio volumen de precipitaciones que aconteció ayer en determinados momentos es “inasumible para la infraestructura de saneamiento de la ciudad”.
En Avilés, la Mariví Monteserín, acudió a la “zona cero” de la inundación, aún a sabiendas de que le esperaba un chaparrón además del aguacero: “En 55 años jamás había pasado una cosa así, pero desde que hicieron las obras de reurbanización de Llano Ponte siempre estamos con lo mismo, no puede ser casualidad”, lamentaba el fotógrafo Javier Granda, con un negocio a pie de calle completamente anegado. Su vecina, Margarita Rodríguez, también con un bajo comercial, apuntaba en la misma dirección: “Estas inundaciones ocurren desde que se arregló la calle entre 2013 y 2015”. Los vecinos urgen soluciones.
Para los técnicos, sin embargo, las inundaciones en Llano Ponte responden a una fatal coincidencia: precipitaciones y pleamar, que ayer fue a las 12.18 horas. Este fenómeno ocasiona que se desborden los colectores y, como consecuencia, el agua gane terreno al asfalto. Ayer, además, se produjo un fallo en la estación depuradora de aguas residuales de Maqua que, según el gobierno local, influyó también en la importante acumulación de agua en Llano Ponte, una de las principales vías de salida de Avilés.
El problema, eso sí, al menos para evitar que se desborden los colectores, tiene solución. Pero la actuación acumula ya años de retraso, lo que indigna aún más a los afectados. Ayer la Alcaldesa les confirmó que la previsión es que la reforma del aliviadero del colector del río San Martín, obra llamada a acabar con las inundaciones y para la que ya existe proyecto, quede adjudicada este año y se ejecute en 2022.
Los alivios al mar cierran San Lorenzo, Poniente y El Arbeyal
Las playas de San Lorenzo, Poniente y L’Arbeyal fueron cerradas al baño a las 14.40 horas de ayer por orden municipal al activarse el protocolo de actuación por eventos contaminantes en aguas del litoral. Las playas, por tanto, lucieron bandera roja por prevención, una vez que la Empresa Municipal de Aguas de Gijón comunicase el registro de alivios durante más de dos horas.
