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Los rincones secretos de Asturias para hacer las mejores fotos de Instagram

Disfruta del otoño en la región con un paseo hacia los espacios donde podrás captar las mejores instantáneas para compartir en redes sociales

El Mirador del Cabo Vidio en el que todo el mundo quiere hacerse una foto E. M. Ch.

A Asturias no le faltan lugares pintorescos para hacer fotos dignas del perfil de Instagram de cualquier “influencer”. Los cubos de colores de Llanes, las casas del puerto de Cudillero, la Santina, los Lagos de Covadonga, la estatua de Mafalda en Oviedo o el puente romano de Cangas de Onís son algunos ejemplos. Todas estas imágenes conformar el álbum más típico de la región y suman cientos de “me gusta” en redes sociales. Pero hay vida más allá de estos enclaves de parada obligatoria. Te ofrecemos una selección de espacios menos conocidos, pero dignos de visitar y fotografiar. Estos son los rincones más “instagrameables” del Principado.

El banco de Cabo Vidio

Un banco al final de un saliente con vistas al mar… No es ficción, es Cabo Vidio, en Oviñana. En la localidad, hay varios bancos instalados por los vecinos a lo largo del paseo desde los que contemplar el mar, pero uno de ellos acapara toda la atención. Se encuentra al final de un saliente del acantilado y ofrece una visión privilegiada de la costa. Ver el atardecer desde allí es mágico. Recomendación extra: cenar con vistas al mar en la “foodtruck” “La Soluneta”, que se instala allí todos los veranos.

El banco de Cabo Vidio

Puente de la Peñona en Salinas

Salinas es muy fotogénico. El paseo de la playa, el museo de las Anclas o las vistas desde Pinos Altos son algunos ejemplos del encanto de esta localidad muy ligada al surf. Entre todos los puntos que se prestan para hacer fotos para Instagram, el puente de la Peñona se lleva la palma. Lo tiene todo para una instantánea redonda: el puente es de color blanco, tiene vistas al mar y se presta para hacer diversas composiciones. Otra recomendación fotográfica en Salinas: aprovechar la luz de la puesta de sol.

Puente de la Peñona en Salinas

Playa de Frejulfe

En el occidente asturiano, la playa de Ferjulfe, en Navia, es una parada obligatoria. Tiene de todo: un arenal amplio rodeado de verde, acceso a la senda de la costa naviega y un merendero entre árboles con estampas tan “instagrameables” como unas mesas hechas con el tronco de un árbol y pintadas de colores. En la zona, otra recomendación: el chiringuito “La Mar de fondo”.

Playa de Frejulfe

Escaleras de colores

Las escaleras de colores repartidas por todo el mundo siempre son un reclamo turístico. En Asturias, las que cosechan más éxito son las que se encuentran en Gijón y, aunque algo más desconocidas, las de Ribadesella. Ambas ciudades cuentan con cientos de lugares por los que pasear y disfrutar de la brisa marina, pero si buscamos algo más original, ahí están sus escaleras de colores con mensaje.

Escaleras de colores

Embarcadero de El castillo

El Castillo es un pueblín pesquero situado en Soto del Barco. Es de esos lugares pequeños y con encanto que no salen en las guías turísticas. Y sí, tiene un castillo, el de San Martín, construido sobre una fortaleza romana. Este enclave está bañado por el río Nalón y tiene un pequeño embarcadero de madera singular y digno de robar miles de corazones en Instagram.

Embarcadero de El castillo

Mirador del Fito

El mirador de El Fito, situado entre Colunga y Arriondas, te hace levitar sobre las montañas. Esta construcción elevada, a la que se accede a través de unas escaleras, ofrece una visión 360 de los Picos de Europa impresionante. Ver el atardecer desde este balcón a la montaña es una experiencia para recordar y, por supuesto, para fotografiar.

Una pareja en el mirador El Fito Cedida a LNE

Grúas de San Esteban

San Esteban de Pravia (Muros de Nalón) es mucho más que un pueblo marinero. Su puerto conforma un conjunto de marcado interés histórico-industrial al conservar las tolvas para el carbón, los antiguos cargaderos de mineral y grúas de la primera mitad del siglo XX. Todo ello ha sido restaurado e integrado en el puerto para ofrecer al visitante un perfecto contraste entre pasado y presente. Otro detalle en la zona: al final del puerto hay unas piscinas públicas de agua salada.

Una antigua grúa. | Irma Collín

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