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El gijonés que organiza una regata en la isla en plena erupción: “Es impresionante”

“Seguimos adelante porque nosotros estamos en el otro lado de la isla”, explica Víctor Montero

Víctor Montero, en La Palma. | V. M.

El gijonés Víctor Montero está en estos momentos en Santa Cruz de La Palma, muy cerca del volcán que se encuentra en plena erupción, organizando la escala que se hace en la isla de la “Regata Mini Transat”, de la que es director. Se trata de una competición en la que participan embarcaciones de todo el mundo y que, tras salir de localidad francesa de Les Sables de Olonne, hace escala en La Palma antes de poner rumbo a la meta ubicada en las isla caribeña de Guadalupe. La previsión es que el líder de la regata llegue hoy a La Palma. La organización está tranquila porque el lugar por donde pasarán las embarcaciones está alejado del epicentro de la erupción.

“Seguimos adelante porque estamos en el otro lado de la isla, llevamos casi dos años organizando la escala de esta regata oceánica”, explica Montero desde la isla. El gijonés salió de allí cuando empezaron los primeros temblores de tierra, el 11 de septiembre, y tuvo que volver el pasado jueves. Estos días, explica, “la gente trata de hacer vida normal dentro de la incertidumbre y de los que se está viviendo, toda una tragedia”. Una situación que los vecinos de La Palma viven “de una forma natural”: “Saben que es una isla volcánica y que cada 50 años suele haber una experiencia de este tipo y que ahora les ha tocado; no hay sorpresas”.

El lugar en el que se encuentra está alejado de la zona restringida, a pesar de que la isla no es muy grande. “Hay que pasar una pequeña cordillera con un túnel de unos tres kilómetros y medio”. Si bien reconoce que, “cuando los vientos cambian, sí que nos llega la ceniza”. Además, Montero ha visitado varias veces la otra parte para ver un poco más de cerca el fenómeno: “Ves esa brillantez, esa lava, parece algo vivo que sale de la tierra y te impresiona; te quedas con la boca abierta”, cuenta. También advierte de que es una situación difícil de llevar para la gente que vive allí: “Es como si estuviera volando un avión encima tuyo las 24 horas del día”. Un fenómeno que ha llenado la isla de científicos que tratan de aprender todo lo posible del volcán: “En mi hotel hay expertos de todas las partes del mundo”.

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