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Un piloñés deja al perro atado hasta que la cadena se le incrusta en el cuello

El acusado acepta 6 meses de cárcel y el pago del tratamiento veterinario que salvó al animal

Veterinaria tratando a un perro. RAZYPH - Archivo

Tuvo a su perro atado con una cadena hasta que ésta terminó incrustándose en el cuello del animal por debajo de la piel. El animal, pudo salvarse después de que lograse escapar por sus propios medios, o que el dueño lo dejase marchar ante el mal estado que presentaba. El maltratador, vecino del concejo de Piloña, reconoció hoy que mantuvo a su perro en estado deplorable y sin atención, y aceptó una condena de 6 meses de prisión, así como la prohibición de tener animales o ejercer una profesión que tenga que ver con ellos durante 2 años. La vista oral estaba señalada este miércoles en el Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo, aunque el reconocimiento de los hechos por parte del acusado evitó su desarrollo.

El 29 de diciembre de 2018, en la localidad de Infiesto, fue recogido un perro que se estaba deambulando por las calles, que se encontraba desatendido y herido. Tenía adherida al cuello una cadena de eslabones, por lo que se le llevó a una clínica veterinaria, donde se le prestaron los cuidados necesarios para su curación. Los gastos corrieron a cargo de la Asociación Protectora de Animales de Oriente, que posteriormente se encargó de la atención del animal.

El perro era propiedad de un hombre de 49 años, quien lo tenía sin microchip, sin cartilla sanitaria y sin prestarle atención veterinaria alguna, en una caseta a unos 200 metros de su vivienda. Lo tenía atado por el cuello con una cadena fija de eslabones de acero, que se le incrustó bajo la piel de la región cervical dorsal debido a la excesiva presión ejercida por el metal sobre los tejidos blandos. La herida estaba ulcerada e infectada. Además, tenía hipotricosis y eritema asociado a lo largo de toda la circunferencia del cuello, consecuencia de la fricción ejercida por los eslabones restantes.

El perro permaneció atado con la cadena y herido durante bastante tiempo, dadas las lesiones que presentaba. El animal logró escapar –o fue liberado o abandonado– unas tres semanas antes de la fecha en que fue encontrado. Para retirarle la cadena fue necesario emplear una cizalla y la sedación profunda del animal.

Tras reconocer los hechos, el acusado aceptó una condena de 6 meses de prisión, y una indemnización para la Asociación Protectora de Animales de Oriente con 413,91 euros por los gastos veterinarios, más lo que se determine por los cuidados al animal.

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