El magistrado asturiano César García Otero falleció ayer tras una larga enfermedad. Era presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en su sede de Las Palmas, y su defunción ha causado una profunda conmoción en el ámbito judicial de las islas, donde era muy apreciado y respetado por su grandes conocimientos jurídicos, su carácter abierto y jovial y su continuo empeño en dedicar todos sus esfuerzos para contribuir a mejorar el funcionamiento de la Justicia en aquella comunidad autónoma.

García Otero había nacido en Cangas del Narcea y tenía 63 años. Murió en la capital grancanaria tras no poder superar su dolencia. Estaba casado y era padre de dos hijos.

Ingresó en la carrera judicial en 1987 y sus primeros destinos fueron el juzgado de Distrito de Nules, en la provincia de Castellón, y el juzgado de Distrito 2 de Castellón de la Plana. Tras ascender a magistrado en 1989, ejerció en el juzgado de lo Penal Nº5 y en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

A la capital grancanaria llegó al año siguiente y desde entonces las islas se convirtieron en su hogar, donde hizo grandes amigos. En Las Palmas de Gran Canaria estuvo primero en la jurisdicción penal, donde fue titular del Juzgado de lo Penal Nº5, que llevaba también en aquel entonces los asuntos de Lanzarote y Fuerteventura al no haberse creado ese órgano judicial en ninguna de esas islas islas, y después en la contencioso administrativa.

En 1998 pasó a formar parte de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC, en su sede de Las Palmas, de la que fue nombrado presidente en octubre de 2010 y reelegido en 2015. En el ámbito docente, García Otero ha sido profesor de Derecho Constitucional y Derecho Administrativo en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Asimismo, ha participado en las obras colectivas “Comentarios al Estatuto de Autonomía de Canarias” y “Comentarios a la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa”.

Un recuerdo “imborrable”

La memoria que García Otero deja no solo entre los profesionales de la Administración de Justicia en Canarias, sino también entre las personas que lo conocían es “imborrable”, señalan desde el TSJC.

“Tan prestigioso jurista como buen compañero”. Así lo describe Juan Luis Lorenzo Bragado, en nombre de la Presidencia del TSJC. El representante de la magistratura canaria recuerda que al poco tiempo de establecerse en el Archipiélago, “sus cualidades personales y humanas le hicieron ser apreciado más allá de su labor judicial, integrándose ampliamente en la vida social canaria”.

Fue integrante además de la Sala de Gobierno del TSJC, “donde sus ponencias eran ejemplo de rigor jurídico y buen sentido”, destaca Lorenzo Bragado. Añade que García Otero “era especialmente querido por sus compañeros, por esas cualidades humanas que eran semejantes a su nivel profesional”.

El magistrado subraya que “su firmeza y compromiso llegó hasta el punto de “seguir en activo hasta pocas semanas antes de su fallecimiento, sobreponiéndose a la enfermedad”.

Su pérdida, “aún previsible por la evolución de la dolencia estos últimos días, ha afectado mucho a su entorno profesional”, lamenta Lorenzo Bragado, que el pasado viernes inauguró el nuevo año judicial en Canarias.

Una de las personas más cercanas a García Otero en Canarias es el magistrado asturiano Juan Avello Formoso, titular del Juzgado de Primera Instancia Nº 2 de Las Palmas de Gran Canaria.

Avello se trasladó a Canarias “en el año 2006 o 2007” y rememora que García Otero fue “como un padre” para él, ya que lo ayudó y acompañó desde el primer momento de su carrera profesional en el Archipiélago.

“Lo echaremos muchísimo de menos. Se dejaba querer y era una persona entrañable”, comenta muy afectado el magistrado Avello, que califica de “tremenda” la pérdida de García Otero “porque no solo se nos fue una buena persona y buen amigo, sino uno de los mejores magistrados y juristas que hay en España”.

Gran respeto a la Abogacía

El decano del Colegio de Abogados de Lanzarote y expresidente del Consejo Canario de Colegios de Abogados, Carlos Viña, ha expresado sus condolencias en nombre del órgano colegial lanzaroteño por la muerte de García Otero, del que dijo que “era una muy buena persona y gran jurista que se distinguió mucho, no solo por su bondad y conocimientos, sino por su gran respeto al ejercicio de la Abogacía, dando un trato muy afable y respetuoso a los abogados”.

Una de las preocupaciones de García Otero es que la Justicia llegara a la islas no capitalinas y “nunca puso objeciones para trasladarse a Lanzarote a celebrar juicios”, pues “lo veía como algo normal”, indica Viña. De hecho, se convirtió en el primer juez en desplazar una comitiva judicial a Lanzarote y Fuerteventura para celebrar las vistas penales cuando ambas islas carecían de esos juzgados.

La capilla ardiente está instalada en la sala 101 del Tanatorio de San Miguel y se podrá visitar desde las 10.00 horas de hoy domingo, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.