A la espera de que la abogada de origen dominicano Julissa Reynoso tome posesión como nueva embajadora en España de Estados Unidos nombrada por la administración Biden, el angelino Conrad Tribble es el máximo representante del país en territorio español. Casado con la también diplomática Christina Tribble, tienen cuatro hijos. Y un perro adoptado, especifica en su propia biografía. Cuenta con un amplio bagaje diplomático en Latinoamérica, Oriente Medio y Alemania, donde se hizo seguidor del Bayern de Munich. En ocasión de los premios “Princesa de Asturias” visita por primera vez el Principado. “¡Wow!”, exclama al preguntarle por el paisaje.
–¿Qué le inspira Asturias?
–La naturaleza... La diversidad de España es muy interesante. Conocía Madrid y Barcelona. Pero ver sitios como Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Comillas y, ahora, Asturias… La naturaleza me recuerda un poco a California del norte, al Big Sur, con las montañas tan cerca del mar cubiertas de verde. No es desierto, como Andalucía. Y, de vez en cuando, un pueblito que me recuerda un poco a los Alpes en Bavaria, en Alemania, donde estuve. Quiero volver aquí, y no lo digo por ser políticamente correcto.
–Es su primera vez en los premios “Princesa”.
–Tengo la oportunidad de saludar y admirar a los que han ganado el premio desde EE UU, gente muy importante y destacada. Gloria Steinem (premio de Comunicación y Humanidades), una heroína de la lucha por los derechos civiles. José Andrés (Concordia), asturiano y americano. Yo lo conocí como chef en Washington de alta calidad, como figura local. Pero en los últimos años ha llegado a ser una personalidad global, un héroe de apoyo a causas humanitarias en todas partes. No sé cómo lo hace; no come, no duerme… Y también están los científicos que son parte del equipo que desarrolló la vacuna.
–¿Cómo se ven estos galardones en EE UU?
–Los que miran a España y Europa saben que los premios de Asturias son un reconocimiento muy importante; y a veces se les llama “los Nobel de España”. No es un oscar o un grammy, para el entretenimiento; es por contribuciones a la humanidad. Y que España los otorgue es una gran imagen, señal de que mira al mundo y apoya a los más creativos e importantes.
–¿Cuál es el momento actual en las relaciones comerciales entre España y EE UU y en qué pueden mejorar?
–Estamos en una muy buena posición pero con ganas de crecer más. España es el décimo inversor más importante en EE UU y EE UU somos el primer inversor extranjero en España, creando 175.000 puestos de trabajo, incluso ahora 2.000 más con la llegada de Amazon a Asturias. Esto puede crecer, y una tarea de la embajada es ayudar con nuestros servicios comerciales a empresas españolas y asturianas que quieran explorar o abrir mercado en EE UU. Y hacemos lo mismo para empresas americanas que quieren buscar inversiones en España. No hay límite, hay que crecer más.
España es el décimo inversor más importante en EE UU y EE UU somos el primer inversor extranjero en España; pero no hay límite, hay que crecer más
–¿Por dónde se puede crecer?
–Los sectores más importantes, donde las empresas españolas tienen más fuerza, son los de la energía renovable; ahí tienen mucha experiencia y ya tienen inversiones en EE UU. Y estamos buscando transformar nuestra economía en una dirección verde, igual que el Gobierno español. Tenemos que hacerlo todos y las empresas españolas tienen un papel clave que jugar. Buscamos esta ayuda para transformar la economía estadounidense, y en 2050 el objetivo es cero emisiones. Hay que invertir este año, y el próximo, y esta década para lograrlo.
–Es decir, puerta abierta a las empresas españolas en EE UU.
–Puerta abierta para buscar oportunidades grandes. En Washington estamos esperando por un nuevo paquete legislativo de inversiones en infraestructuras. Va a pasar algo y va a ser histórico: dinero público con la idea de animar a la iniciativa privada para la transformación económica.
–¿Cómo son los Estados Unidos de la era postcovid?
–Estamos saliendo, pero todavía no hemos salido del impacto sanitario. Tenemos tasas muy variadas de transmisión; en ciertas regiones, demasiado altas. Y tasas de vacunación que no son suficientemente altas. Debemos trabajar en esto, para lo que España es un modelo. ¡Ojalá tuviéramos en muchos estados las tasas de vacunación de España y, específicamente, de Asturias! No puedo negar que la respuesta al covid fue politizada, y es una pena porque nos ha dañado en la recuperación sanitaria y económica. Pero la actual Administración llegó al poder en enero y ha cambiado radicalmente el enfoque, invirtiendo en programas de vacunación, de comunicación... Estamos progresando, no hay duda, pero hay más que hacer.
–Hay presencia de importantes empresas norteamericanas en Asturias: General Dynamics, DuPont... Y ahora llega Amazon.
–Durante este viaje voy a visitar DuPont, precisamente. Como diplomático, quiero que los países tengan buenas relaciones no solo entre gobiernos, sino a todos los niveles. Y nos alegramos cuando hay inversiones norteamericanas en Asturias y, en general, en España.
–En la era Trump se impuso aranceles y trabas al comercio exterior. ¿Cómo impactó eso en las relaciones transatlánticas?
–Tuvo impacto económico, claro; y también consecuencias políticas. Pero llegó Biden y el objetivo número uno fue regenerar las alianzas, especialmente la relación transatlántica. Y esos aranceles fueron tema prioritario en la primera reunión entre Biden y la UE. Los hemos suspendido, por ejemplo, en relación a la disputa entre Airbus y Boeing. Llevo años trabajando en esto. Y ha sido... puff, puff, puff. Pero ahora tenemos una suspensión de cinco años de los aranceles para buscar una solución global. Trabajamos también en el tema de los aranceles al acero y aluminio, y tengo fe en que haya una resolución en los próximos meses. Pero la dinámica entre EE UU y la UE en el asunto comercial está siendo muy positiva.
–Para Asturias el comercio del acero es muy importante.
–Tenemos mucho conocimiento del impacto de los aranceles en España, pero ahora hay mucho ánimo de que va a haber una solución acordada con la UE que resuelva este problema.
–¿Qué herencia de la era Trump ha sido la más difícil?
–Procuro no mirar hacia atrás…
–Dicho de otra forma, ¿cuál es el mayor reto que tienen?
El cambio climático. Tenemos que enfrentar un desafío global que nos afecta a todos: norteamericanos, españoles, asturianos… Es el reto más grande: cómo llegar a una acción concertada entre los países más importantes y emisores de CO2: EE UU, UE, China, India… Y cómo ayudar a los países que se verán afectados. Financiación global, medidas de inversión… Esa es la tarea más importante para todos, incluido el sector empresarial. La pregunta es si estamos haciendo suficiente. Estamos a diez días de la COP26 (conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático) en Glasgow, y no vamos a decir que es la última oportunidad pero es la más importante de nuestra vida y de mi carrera. Hay que asumir el punto de inflexión de “vamos a tomar medidas en esta década para lograr lo que estamos diciendo de llegar a emisiones cero”.
–En Europa plantean un impuesto para productores de países con normativas medioambientales laxas.
–Es una de las ideas que están en discusión. No hemos tomado posición aún. Tenemos que ver qué incentivos dar al sector privado y a los países que tienen que cambiar sus regulaciones para hacer las inversiones tecnológicas necesarias.
–¿Más incentivos que penalizaciones?
–Tal vez una combinación de ambos. Y, tal vez, para cada país va a ser diferente. Son tantas ideas ahora en discusión que todavía no sabemos qué combinación vamos a tener que ajustar en los próximos años. Hay que elevar la ambición, como lo describe John Kerry, nuestro enviado especial y quien habla con la vicepresidenta Ribera.
Hay que hacer que China juegue bajo las mismas reglas que nosotros
–¿Preocupa el posicionamiento chino en esta y otras materias como la tecnología?
–El auge chino es una realidad que debemos enfrentar. Tenemos una relación con ellos muy compleja, no solo nosotros sino también Europa. Hay áreas para trabajar con ellos, y el cambio climático es quizás la más importante. Pero también la estabilidad estratégica. Somos competidores económicos. Es lo normal. Pero también tenemos que ser más adversarios, llamar la atención sobre todas las violaciones de los derechos humanos, todas las violaciones de las reglas de juego para la economía internacional como el robo de la propiedad intelectual o abusos comerciales… Hay que hacer que China juegue bajo las mismas reglas que nosotros. La competición abierta está bien, pero en condiciones de igualdad. Eso es lo que buscamos. Pero la visión de la sociedad que tiene China no la compartimos, y tampoco Europa. Y hay mucha preocupación sobre algunas tecnológicas chinas; por ejemplo, las conexiones entre una empresa como Huawei y el Gobierno chino, que tiene la posibilidad de forzar que salga información de seguridad sobre los clientes. Hay razones para estar preocupados.
–¿Qué tal las relaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Han cambiado con el relevo en el ministerio de Exteriores?
–Es un cambio de gente y personalidades. Teníamos una muy buena relación con Exteriores bajo el liderazgo de González Laya y seguimos teniendo la misma relación ahora. He hablado con ella y con el ministro nuevo; hay muy buena relación con todos los secretarios de estado por whatsapp. No ha cambiado el tono; era y es positivo. Y con la vicepresidenta Ribera. Nosotros podemos llamar a cualquier oficina en cualquier ministerio para resolver cualquier problema. Es una relación basada en mucha confianza, una muy buena cooperación y una historia de cercanía.
“La evacuación de afganos creó más ‘feeling’ entre los gobiernos americano y español”
–La evacuación de afganos fue ejemplo de colaboración.
–Fue una muestra de muy estrecha colaboración, sin duda. Fue tan importante para ambos países… España quería sacar gente y nosotros también. Y hemos trabajado intensamente durante fines de semana para negociar un acuerdo y las condiciones. En Rota y Morón trabajamos entre civiles y militares estadounidenses, y civiles y militares españoles. La población de Rota y Morón donó juguetes, ropa, etcétera. Fue un esfuerzo extraordinario entre todos. Incluso a Torrejón llegaron afganos vinculados a la embajada estadounidense, y a Rota llegaron algunos vinculados a la embajada española. Fue un episodio muy positivo y nos ha hecho mucho más cercanos, hay más ‘feeling’ entre los dos gobiernos.
–¿Qué sensación quedó tras la marcha de Afganistán?
–No quiero decir más que lo que ha dicho el Presidente. Hemos cumplido nuestros objetivos, tal vez ya hace unos años. Y llegó el momento de terminar una operación militar, que no un compromiso con Afganistán y los esfuerzos internacionales de apoyo a un sistema político abierto. Pero ya sin soldados. Esa fue la decisión, muy difícil para el Presidente. Pero, bajo mi punto de vista, con coraje. Y fue algo que tuvimos que debatir con los aliados, incluido España.
Tribble visita la exposición del Camino Primitivo: “Es una exhibición histórica muy interesante”
Conrad Tribble, consejero de negocios de la Embajada estadounidense, visitó ayer junto a Joe Mellot, consejero estadounidense para la diplomacia pública, la gran exposición “Camino Primitivo. Oviedo”, un recorrido que permite profundizar en el origen del Camino de Santiago en el Oviedo de Alfonso II. Tribble, licenciado en Historia, se mostró agradecido por haber podido disfrutar de una “exhibición histórica tan interesante”, tal y como reflejó en el libro de firmas de la muestra de LA NUEVA ESPAÑA, patrocinada por el Ayuntamiento de Oviedo; la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado; Banco Santander y la Fundación EdP. La exitosa muestra está abierta hasta el 10 de diciembre en la sala de exposiciones de LA NUEVA ESPAÑA (calle Calvo Sotelo, 5) de martes a viernes de 17 a 21 horas; y sábados, domingos y festivos de 11 a 14 y de 16 a 21. Se pueden hacer reservas enviando un correo electrónico a reservascamino@lne.es
