El portavoz regional de Ciudadanos, Nacho Cuesta, se pasó la jornada de ayer repitiendo que su futuro político seguirá en la formación naranja sin intención de pasar al PP. Incluso la propia Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos, trató de poner fin a la cuestión al afirmar que Cuesta había zanjado la polémica con un mensaje de respaldo al partido naranja, confirmando que “basta de tonterías”. Arrimadas aseguró que pese a algunas fugas al PP “más del 95% de los miembros de Ciudadanos permanecen en el partido aunque les hayan ofrecido carguitos”. Pero después de que dos de los cinco diputados de Cs en Asturias (Laura Pérez Macho y Armando Fernández Bartolomé) salieran públicamente criticando la aparente ambigüedad de Cuesta (en la entrevista con LA NUEVA ESPAÑA del domingo) y otros dirigentes del partido (Sergio García y Susana Fernández), la fractura en un partido ya enflaquecido parece desbocada. Concejales de Avilés y Gijón consideran insatisfactorias las explicaciones del portavoz del partido.

Cuesta aseguró que el partido analizará el comportamiento de los dos diputados y decidirá si sancionarlos por una actitud que “es una muestra de deslealtad importante”. “No se han dirigido a mí ni han requerido nada en los órganos del partido; hay una evidente intención de dañar este proyecto es muy reprobable y desleal”, declaró ayer.

“Sigo y seguiré en Ciudadanos”, dijo también la portavoz del partido en la Junta, Susana Fernández, quien aseguró que el funcionamiento del grupo parlamentario no experimentará cambios mientras todos participen del proyecto de Ciudadanos. Eso sí, reconoció que el comunicado de sus dos compañeros de bancada “no nos ha gustado” pero que no había hablado con ellos sobre su contenido.

Las ya existentes diferencias en Cs de Avilés, con un grupo municipal dividido desde hace tiempo, se amplificaron por la crisis regional. Los concejales José Ferrera y Carmen Pérez Soberón, se alinearon con el portavoz local, Javier Vidal, a favor de la salida de los dos diputados. “Siento desasosiego. Nunca hemos encontrado en nuestros dirigentes autonómicos una certeza y tampoco en esta crisis”, señaló Pérez Soberón, cuya intención es “acabar el mandato con la mayor dignidad posible hacia mí y nuestros votantes”. José Ferrera pidió que “por ética, quien se quiera ir al PP que lo diga y lo haga, pero que no se destruya el partido”. Aplaudió la salida de Pérez Macho y Fernández Bartolomé: “Ante una situación así, o lo denuncias o eres cómplice”. No piensa lo mismo la concejala Sharon Calderón-Gordo, que remitió a las declaraciones realizadas ayer por Nacho Cuesta e Inés Arrimadas y puso el foco en las manifestaciones a este periódico del coordinador y el portavoz municipal, Daniel Quirós y Javier Vidal García, respectivamente: “Las respeto, pero entiendo que son declaraciones estrictamente personales porque no se han debatido en el seno del grupo municipal ni en una asamblea”.

La polémica interna también motivó la reacción de los concejales de Gijón, donde los liberales son la primera fuerza de oposición al gobierno que comparten el PSOE e IU. “Estamos muy preocupados por las noticias aparecidas en prensa sobre la visita de Hervías. Nos gustarían explicaciones más claras y contundentes, así como la intervención del máximo órgano de dirección para disipar cualquier atisbo de duda”, indicaron los concejales gijoneses Rubén Pérez Carcedo, Ana Isabel Menéndez y Mara Simal a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA. Defendieron la posición común de todos los ediles respecto a un asunto que ciñen a “la esfera regional”.