El Principado planea provocar desprendimientos de nieve controlados en el puerto de San Isidro para evitar aludes como el que el pasado 1 de enero costó a la vida a dos trabajadores de la brigada de carreteras autonómica que trabajaban con una quitanieves.
La directora general de Infraestructuras Viarias, Esther Díaz, explicó esta nueva respuesta en materia de vialidad invernal durante su comparecencia ante la Comisión de Cohesión Territorial en la Junta General, a petición del diputado autonómico y secretario general del PP asturiano, Álvaro Queipo.
El método de provocar aludes controlados ya se ha llevado a cabo en los Pirineos. La provocación artificial se hará desde el helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), que colgará una estructura en forma de campana desde la que se harían entre cincuenta o sesenta disparos de una mezcla, no contaminante, de gas, hidrógeno y oxígeno, con la finalidad de generar avalanchas de nieve.
La Administración autonómica tendrá este año un seguimiento especial en los puertos de San Isidro, Tarna, Ventana y Somiedo, así como en los accesos a Sotres, y estrenará un protocolo de actuación para sus trabajadores. Además, la responsable de Infraestructuras anunció la intención de incluir en los Presupuestos autonómicos de 2022 la licitación de obras para construir viseras en las zonas de “riesgo alto” de aludes. El Principado ha invertido 2,8 millones en la compra de maquinaria, como dos quitanieves y nueve camiones con cuña.