La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las consecuencias de la crisis mundial por la falta de materias primeras

Clamor en el campo asturiano: “Todo sube, menos lo nuestro”

Agricultores y ganaderos tratan de sobrevivir en medio de la tormenta perfecta al dispararse los costes de producción

Es la tormenta perfecta. Una expresión que no por muy manida deja de tener validez para describir el mal momento que atraviesa el campo español en general y, en particular el asturiano. Con las cifras que manejan las organizaciones agrarias se puede hablar de que la luz ha subido para agricultores y ganaderos un 80%; los piensos, un 20%; el gasoil, un 45%; los plásticos hasta un 200%...

Nadie se libra de la crisis mundial de desabastecimiento que ha encarecido las materias primeras, pero los profesionales del campo asturiano lo padecen aún más porque en su caso los problemas se acumulan desde hace años. Los productores de leche claman contra el estancamiento del precio al que les pagan el litro; los de carne, por los daños del lobo; los agricultores, los altos costes de distribución...

El sector primario asturiano (un 6% del PIB) se reveló durante la pandemia como clave para mantener la normalidad y garantizar la llegada de los alimentos a la población. Pero a medida de que el covid se controla, agricultores y ganaderos vuelven a estar solo para luchar contra sus muchos problemas.

La industria agroalimentaria del Principado está en plena expansión, con muchos profesionales dispuestos a emprender y a tirar por un sector que ronda el 20% del PIB con posibilidades de crecer. No obstante, sus profesionales advierten de que si la estabilidad no vuelve a los mercados mundiales y los precios se normalizan muchos tendrán que dejarlo. Porque las cuentas no salen y si iban ajustados a finales de mes para cuadrar gastos e ingresos, algunos suman unos cuantos balances ya en negativo. “Todo sube menos lo nuestro”, claman.

Chus García Horticultor ecológico. Mieres

Gasoil a precio de oro para distribuir los cultivos

David MONTAÑÉS

Los pequeños cultivadores de la zona central de la Cordillera perciben con dispar inquietud el encarecimiento de productos en muchos casos estratégicos para el sector. En este sentido, existe una notable diferencia entre el pequeño productor que busca el autoconsumo y el autónomo que trabaja para sacar a flote su empresa hortofrutícola. Entre los primeros se encuentra el mierense Chus García, arquetipo del horticultor ecológico adscrito a la economía mixta: “El aumento de los precios se percibe, por ejemplo, en los insecticidas, pero en el ámbito ecológico ya trabajamos con productos muy caros de salida, por lo que un euro arriba o abajo no se nota mucho, salvo que hablemos de producciones más grandes o invernaderos”.

Un ejemplo de estos emprendedores con mayor especialización es Javier González, que en su momento apostó por la producción de arándanos a través de la firma La Melandrera, asentada en Morcín. “La subida es generalizada y afecta a toda la cadena, ya que al final todo se entremezcla”, explica. En su caso, es la distribución donde la carga se hace especialmente evidente. “El incremento de los precios del gasoil tiene una incidencia directa y apreciable, ya que en mi caso debo trasladar la mercancía a Pravia”. González subraya que el aumento de precios se nota en cada factura: “Estamos en un momento en que todo sube casi sin excepción”.

Toño García Ganadero de carne. Cangas de Onís.

“El pienso, el forraje, está todo carísimo...”

María VILLORIA

Toño García tiene ganadería de carne en Cangas de Onís y es regidor de pastos de la Montaña de Covadonga. El encarecimiento de las materias primas y de la gasolina, todo vinculado con la subida del precio de la luz, lo pone difícil al sector: “Hay muchos gastos que se han incrementado. Está la cosa fastidiada para la ganadería. Estamos peor que cuando empezó la pandemia. El precio de la carne ahora está subiendo lentamente, aunque también es cierto que está subiendo el cereal. Ha subido el precio para cebar una vaca, pero también ha subido el precio para venderla. Está todo muy medido y las rentabilidades son muy pequeñas”. Los precios se han disparado, sobre todo los de la gasolina, algo clave para poner en movimiento toda la maquinaria, y por supuesto, la electricidad: “En las pequeñas economías cualquier cosa se nota. La factura eléctrica me ha subido casi al doble de lo que pagaba antes. Si los terneros valieran mucho, eso se notaría menos, pero ahora hay que ajustar muchas cosas”. Más: “El pienso, el forraje... está todo carísimo. Y ya no te voy a decir nada si tienes que hacer una pequeña obra en las instalaciones, porque también ha subido el hierro, la madera... Todo lo que necesitamos ha subido”.

Pero pese a todo, Toño García quiere ver la luz al final del túnel: “De cara al primer semestre de 2022 creo que el precio del ganado va a subir”.

Sergio Suárez | Productor y presidente del Consejo Regulador de la Faba Asturiana

La faba, al alza por crecer la demanda y encarecerse las plantaciones

A. M. S.

El presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Faba Asturiana y productor de Coaña, Sergio Suárez, asegura que el alza de los precios afecta especialmente al proceso de producción que necesita de maquinaria. “Notamos la subida del precio de la electricidad, pero sobre todo del combustible”, apunta. En todo caso, señala que, de momento, este impacto “es asumible” por las empresas productoras. Suárez entiende además que esta situación global, con carestías y dificultades en la distribución de mercancías, es en cierta medida beneficiosa para el sector porque llegan menos cargas de alubia de importación.

“Cada cosecha nos quedamos sin faba, así que, de seguir así el mercado, los precios podrían subir”, indica al tiempo que destaca que la faba asturiana tiene mucho tirón comercial y es un producto “cada vez más demandado”. “Nos las quitan de las manos y siempre hay más demanda que oferta”, subraya. Suárez interpreta por ello que, al margen de las dificultades momentáneas, el producto resistirá por ahora la crisis provocada por el encarecimiento de los servicios y productos necesarios para la fabricación. “Lo que notamos cada año es más interés por la faba asturiana y eso es muy positivo”, dice, algo que tiene que ver con la cada vez más y mejor información del cliente y consumidor y también con el hacer de productores y del Consejo Regulador. “Al margen de los vaivenes del mercado, algo estaremos haciendo bien aquí porque la faba asturiana es un producto que se conoce, que se pide y que se agota”. Suárez recuerda que es tiempo de apostar por lo propio y que la auténtica faba asturiana tiene etiqueta de la IGP.

Eva García | Regenta una granja de gallinas. La Braña (Castrillón)

Dar de comer a las gallinas, un 10% más caro

Mónica CASADO

Eva García es la dueña de la granja de gallinas Casa Garzea, que está asentada en la finca familiar de La Braña, en Castrillón. Se encarga de la producción de huevos ecológicos de gallinas en libertad. Su sector no se libra de las consecuencias de la falta de materias primas y del aumento de precios de las mismas.

“Hemos visto un incremento de costes en el 90% . Con los márgenes tan pequeños con los que trabajamos nos vemos muy afectados”, señala Eva García.

El alimento de sus 7.000 gallinas ha aumentado un 10% respecto a años anteriores. En su caso, estas se alimentan de hierba, verduras y fruta, en lugar de piensos procesados, pero también tiene un coste elevado. “La subida de la luz también afecta, las gallinas tienen que tener un alumbrado en el interior del gallinero para cuando anochece”, comenta. “El mundo rural genera un valor y autonomía al entorno, esperamos que el incremento de precios sin control sea algo transitorio fruto de las dificultades por el covid. Tengo esperanza en ello, hay que tener precaución porque ahora invertir es complicado”, concluye la emprendedora castrillonense.

Juan Luis Poladura | Productor de manzana. Villaviciosa

Contratar temporeros en las pomaradas, impensable para los cosecheros

Pablo PALOMO

Juan Luis Poladura tiene 39 años y lleva toda la vida dedicada a la cosecha de la manzana. Está al frente de una finca familiar de unos cien árboles repartidos por ocho fincas en el concejo de Villaviciosa. Los plantó su abuelo, motivación suficiente para seguir adelante a pesar de las dificultades. Unas dificultades que tienen que ver con el incremento de los precios que hace que, por ejemplo, le resulte impensable contratar a un operario para que le eche una mano en la pomarada. “La situación actual no es puntual de una empresa que tenga manzanas. Es una situación general del sector”, explica el maliayés.

El progresivo incremento de las materias primas y de los combustibles hace cada vez más cuesta arriba el día a día de un sector clave en la región. De la manzana, sale la sidra. Toda una seña de identidad para Asturias. “Ha subido el hierro y el precio de los aparatos, de la maquinaria. También ha subido el gasoil”, relata Poladura. “Por ejemplo, el lunes eché 30 euros y cuando llegue a casa ya solo me van a quedar diez”, indica. “Se nota también en cualquier repuesto”.

Poladura reclama una mayor implicación a las administraciones. Su propuesta es aumentar en 50 céntimos a repartir en la cadena de producción. “Es decir, entre el cosechero, el lagarero y lo que tenga que subir el precio de la sidra en las sidrerías”, incide el cosechador. Esta propuesta ya la ha realizado. Poladura es el presidente de la Asociación de en defensa de los cosecheros de Asturias. Este colectivo se fundó en 2017 “por los problemas que ya había en el sector”. “Unos problemas que eran menores a los de hoy”, zanja.

Pablo Álvarez Ganadero de leche. Posada de Llanera

Ordeñar más vacas al día para cubrir los gastos

M. RIERA

Pablo Álvarez vendía en 2007 el litro de leche a unos 47 céntimos el litro. Catorce años después lo hace a 38 o 39 céntimos, una cifra bastante inferior (aunque por encima de la media en Asturias: 0,34 céntimos, que supera en uno a la española. La evolución del pienso para las vacas lecheras que cría en su ganadería en Posada de Llanera ha sido a la inversa: si el kilo en 2007 costaba 25 céntimos, ahora son 35.

Y así con todo. Es uno de los muchos ejemplos que tienen los ganaderos lácteos en Asturias (unos 1.700) para hablar del encarecimiento de los costes de producción, que califican de bestial. “Todo subió menos lo que nos pagan a nosotros por el litro de leche”, lamenta este profesional. “Hasta ahora ordeñabas al día unas 40 o 50 vacas y cubrían los costes, pero ahora tienes que ordeñar más. Con todo, va a llegar un momento en que tampoco rente trabajar más para ganar menos, que es la receta que ahora teníamos para tirar”.

Más ejemplos de encarecimiento de materias primas: los abonos. Los precios se han disparado un 80% y se teme que a principios de año suban incluso más. “Todo son problemas, la ecuación no sale. Y luego uno se desespera viendo las leyes que surgen de los despachos como esa de tener las cuadras lejos de las viviendas... Parece que ahora no nos afectará, pero cosas así asustan”.

Roberto Andina Kiwicultor. Pravia.

El abono del kiwi: de 300 a 550 euros por tonelada

S. ARIAS

El abono orgánico mineral para las plantaciones ecológicas de kiwi ha subido un 50% en lo que va de año, lo que aumenta los costes de producción del cultivo de Roberto Andina, productor de Quinzanas, en Pravia. Ha pasado de pagar 300 euros por tonelada a 550 euros. También ha subido entre un 20 y 30% el gasto en gasoil para la maquinaria y aún le falta saber cuánto le repercutirá la subida de la luz en el regadío, que se hace de manera comunitaria en la vega de Quinzanas y se paga una vez al año. “Entre la helada que cayó el 17 de abril que dejó poca fruta, la obra del puente y la subida de los precios nos repercute por todos lados”, afirma el kiwicultor.

Andina no aumentará el precio de venta de sus kiwis ecológicos, a 2 euros el kilo en el mercado. No, al menos, este año. Y eso que sacar la fruta, tras la recogida que iniciará la próxima semana, será más caro que en 2020 por el precio del gasoil. “Este año no lo voy a subir porque va a haber mucha competencia de kiwi de fuera de España, que también vendrá con otro precio por el aumento del coste del transporte”, apunta.

A Andina no solo le afecta la subida del recibo de la luz, el gasoil o los abonos, los productos fitosanitarios que emplea en su plantación ecológica también elevarán el precio de producción de este año. “Y veremos el que viene”, dice con mal augurio.

Compartir el artículo

stats