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La viuda de Ardines: “Teníamos amistad con Pedro y Katia, hacíamos planes juntos”

“Nos alteró, pero Javier le quitó importancia”, relata la mujer del edil sobre la grabación de la infidelidad que le envió el presunto inductor del crimen

La viuda de Ardines a su entrada en el juzgado

Tanto en la jornada de ayer viernes como en la del jueves se ha podido vislumbrar en el juicio por el asesinato de Francisco Javier Ardines un atisbo de la tragedia que supuso su asesinato. El jueves, repasando el informe de la inspección ocular del lugar del crimen, se colaron por las pantallas algunas crudas imágenes del asesinado, lo que provocó que los familiares y amigos de Ardines rompieran a llorar. Este viernes, la declaración de Nuria Blanco, viuda de Ardines, y sus hijos Alba e Iván dejó entrever el impacto que debió suponer el arresto de Pedro Luis Nieva como instigador del asesinato. “Teníamos bastante relación, de amistad y de parentesco. Hacíamos planes juntos, salíamos casi todos los fines de semana que venían a Llanes, nos veíamos en las comidas y cenas que hacíamos el grupo de amigos (…) prácticamente vivíamos al lado”, explicó Nuria Blanco. Los hijos de Ardines también aseguraron que consideraban a Nieva como parte de la familia y también amigo. La declaración de los familiares más directos del concejal asesinado aportó poco más. Las acusaciones y las defensas evitaron hacer escarnio de tres personas que ya han sufrido mucho.

Sí fue necesario tocar la grabación que les remitió Pedro Nieva a Nuria (ella estaba en ese momento de viaje en el Líbano) y a Alba, un momento clave para explicar lo que ocurrió después. “Nos la mandó el 5 de agosto, pero yo no la escuché en ese momento, sí mi hija. Yo lo hice luego. Lo hablé con Javier, él no le dio importancia. Desde luego que supuso una alteración para nosotros”, aseguró la viuda de Ardines sobre la grabación en la que el concejal y Katia, mujer de Nieva, bromean sobre su relación extramatrimonial.

“Estaba destrozado”

Más tarde, Nuria y Pedro tuvieron una conversación. “Hablamos de la grabación, y de las sospechas que él tenía. Dijo que ella (Katia) nunca quería hacer nada de lo que él proponía, que siempre quería estar aquí con nosotros. Sospechaba que tenían una relación”, explicó Nuria Blanco. Alba Ardines también habló con Pedro Nieva tras recibir el audio. “Dijo que les había grabado porque sospechaba de ellos. Estaba destrozado”, indicó. Incluso admitió que controlaba a qué hora se conectaba su mujer al WhatsApp, y que en varios días lo había hecho a las cuatro y media de la madrugada.

Tras el asesinato, indicó a preguntas de la defensa de Nieva, Alba Ardines encauzó a los agentes hacia algunos focos de conflicto, como las vejaciones e insultos que sufría su padre en la página web de la familiar de unos de los agentes afectados por los planes municipales para acabar con los interinos. “Te encuentras a tu padre asesinado y das todos los focos de conflicto porque no tienes nada que esconder”, indicó. Y entre esos focos se encontraba incluso algún marido celoso, que prestará declaración en el juicio en próximos días. Poco más aportó la declaración de la familia, salvo corroborar que las vallas luego utilizadas en el crimen ya llevaban al menos desde primeros de agosto en la zona y que Javier Ardines era un hombre “de costumbres”, que en verano siempre salía para ir a puerto a bordo de su Berlingo a las seis o seis y media de la mañana.

Pedro Nieva, en el centro, esta mañana durante el juicio. LNE

La higiene

La fiscal Belén Rico tocó otro asunto espinoso, al preguntar a la viuda sobre la higiene de su marido. “Alguna vez no se duchaba en uno o dos días”, dijo la mujer. Con ello, la fiscal quería apuntalar su versión de que el ADN de una de las amantes de Ardines había pasado a las vallas usadas en el crimen por transferencia a través del propio concejal, una cuestión que ya trataron largo y tendido los investigadores, tanto a preguntas de la Fiscalía como de las defensas. Los letrados de los acusados no plantearon apenas preguntas a la viuda y los hijos de Ardines, quizá influidos por el aviso dado por el magistrado Francisco Javier Iriarte de que no consentiría ninguna intromisión en la intimidad de la víctima o su familia. Tras la finalización de la vista, el letrado Barutell explicó: “La familia bastante tiene con lo que ha pasado”.

Este viernes también declaró el segundo de la Policía Judicial de Gijón, que tomó testimonio a la amante que estuvo con Ardines la víspera del crimen –y cuya declaración se rebajó para evitar más daño a la familia–, y otro agente que participó en el registro de la casa de Jesús Muguruza en Erandio y que negó que los agentes apuntasen con sus metralletas al hijo del acusado, como este dijo en su declaración.

Este lunes le tocará el turno a Katia Blanco, que declarará por videoconferencia desde Vizcaya. Ayer se especulaba con que posiblemente se acoja a su derecho a no declarar contra su marido, Pedro Nieva.

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