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La negociación sobre la oficialidad del asturiano, al borde de la ruptura

El rechazo a las exigencias fiscales de Foro, la pasividad del Ejecutivo y la ambigüedad de Podemos desatan las suspicacias entre los partidos

La desconfianza se ha instalado entre los partidos favorables a la cooficialidad y se miran como quien en una partida de póker sospecha que el otro va de farol. Y esa desconfianza coloca al borde de la ruptura las negociaciones para la reforma del Estatuto de Autonomía.

El diputado de Foro Asturias Adrián Pumares criticó ayer no haber recibido respuesta alguna del Gobierno sobre su propuesta de reforma fiscal a cambio de la oficialidad y cuestionó “la pasividad” del Ejecutivo para impulsar la reforma estatutaria. Además, lamentó que el Principado, que abrió el melón de modificar la norma básica, no haya expuesto cuál es su modelo más allá de calificarlo de “oficialidad amable”: “El PSOE tiene 20 diputados, 20 veces más que Foro, 10 veces más que IU, cuatro veces más que Podemos. Tendrá que ser el PSOE quien ponga cosas sobre la mesa”, aseveró Pumares. El portavoz forista también mostró su extrañeza por las reticencias de Podemos a aceptar que la futura ley que regule la letra pequeña de la oficialidad (la ley de Normalización) requiera una mayoría de tres quintos de la cámara para su aprobación. Los morados afirmaron esta semana que no tienen líneas rojas, pero han encargado un informe jurídico para evaluar la viabilidad de esa opción. En las reuniones discretas que se celebran entre dirigentes de los partidos que defienden la oficialidad (PSOE, Podemos, IU y Foro) los morados no acaban de despejar si aceptan esa condición que Foro Asturias sí considera irrenunciable.

Sin margen en fiscalidad

Pero también las exigencias de Foro pueden hacer saltar la negociación. Los foristas piden que, a la par que se negocia la oficialidad, se impulsen reformas fiscales que incluyan rebaja en el impuesto de Sucesiones y reducciones en el IRPF. Pero el tijeretazo en Sucesiones suena a anatema en Izquierda Unida, que considera que “no hay margen alguno de negociación en materia impositiva”. La dirección de IU es unánime a este respecto y el partido está dispuesto a buscar el respaldo sindical a esa posición. La coalición reclama que el Gobierno afronte la situación en dos negociaciones diferenciadas: por un lado, la de la oficialidad y, por otro, la de las rebajas tributarias que defiende Foro si el PSOE quiere conseguir su voto para la reforma del Estatuto. Pero la coalición no estaría siquiera en esa segunda mesa negociadora sobre tributos. IU se planta aceptando que la ley de Normalización requiera una mayoría de tres quintos y ciertas medidas para frenar la despoblación, pero hasta ahí.

Mientras, el Ejecutivo coloca el debate estrictamente en el ámbito de los partidos. “En absoluto damos por atascada esa negociación”, señaló ayer la portavoz del Ejecutivo, Melania Álvarez. Pero lo cierto es que los actores de la reforma por la oficialidad ya han recibido señales de que o se endereza el proceso o queda abocado al precipicio. Pumares pidió al Gobierno que “centre el debate”, en especial para atajar las opiniones contrarias “de todas esas personas que creen que con el uso del asturiano llegarán las plagas bíblicas”. Para Pumares, si el Ejecutivo explica qué se pretende con la oficialidad, “podremos hacer que argumentos con mucho ruido y minoritarios caigan por su peso”.

Rodríguez-Vigil, en contra

Pero algunas de esas voces que cuestionan la oficialidad están dentro del propio PSOE. Está previsto que hoy mismo el expresidente socialista Juan Luis Rodríguez-Vigil se adhiera a la campaña de recogida de firmas que impulsa la Plataforma contra la Cooficialidad, a la que únicamente se ha adherido Vox de los partidos del arco parlamentario. La recogida de firmas será de 11 a 14 horas en Oviedo, en la calle Pelayo esquina con Milicias Nacionales.

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