La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El nuevo sistema de seguridad hará de Feve un servicio “residual”, alertan los ferroviarios

La generalización del ASFA sin adaptar la infraestructura amenaza con retrasos de hasta media hora que obligarían a cambiar los horarios

El nuevo sistema de seguridad hará de Feve un servicio “residual”, alertan los ferroviarios | C. J.

Con el nuevo horario de trenes, recién expandido por la implantación del sistema de seguridad ASFA digital, versión 4.1, un viaje de ida en tren de Gijón a Avilés puede llegar a consumir aproximadamente lo mismo que la ida y vuelta en coche, más de cincuenta minutos. El dato ilustra la pérdida de competitividad que fuentes sindicales de Renfe auguran para el servicio ya muy deteriorado de la vieja Feve en Asturias si el dispositivo se extiende por la red de ancho métrico sin tener antes adaptada la infraestructura de las vías. De momento, el primer ensayo genera desde anteayer retrasos de entre diez y quince minutos en los trenes semidirectos entre Gijón y Avilés –de ordinario, 38 minutos de viaje–. Las dos unidades que cubren este trayecto son las primeras que llevan instalado un avanzado equipo de gestión del tráfico y seguridad que paradójicamente ralentiza la velocidad por su falta de compatibilidad con los enclavamientos “obsoletos” instalados en la red de vía estrecha de la región.

Los ferroviarios llevan un tiempo advirtiendo de que la implantación de esta versión del Anuncio de Señales y Frenado Automático (ASFA) generaría rebajas de velocidad y demoras. Como quiera que los retrasos son consecuencia de una respuesta automática del tren, y por tanto inevitables en las condiciones actuales de la infraestructura viaria, y que la adaptación de esta no será inmediata, la entrada generalizada del sistema en la red regional obligaría, según fuentes sindicales, a incorporar las demoras a las mallas horarias de las líneas, modificándolas oficialmente para “adaptar las horas de paso a la nueva realidad” y empeorando la calidad del servicio. En la práctica, esto redundaría en una nueva pérdida de competitividad, alertan, para una modalidad de transporte que se desploma, que en 2019 transportó a la mitad de viajeros que en 2010 y que por este camino corre un serio riesgo, apuntan las mismas fuentes, de convertirse en un medio de transporte “residual”.

Extrapolando las experiencias del domingo y ayer a toda la línea de cercanías Gijón-Cudillero, en la que se inscriben los semidirectos a Avilés, las demoras serían de entre 20 y 25 minutos, y lo peor es que no hay sorpresas. Los desfases coinciden con los vaticinios de las pruebas técnicas, que pronosticaron retrasos de entre diez y treinta minutos.

En la línea Oviedo-Santander, algunas previsiones sitúan la implantación del nuevo sistema en los trenes a partir del domingo, y mientras tanto, a las quejas de la plantilla se han sumado las de los viajeros. En un comunicado conjunto, la Asociación de Usuarios de Renfe-Feve España y Affecom exteriorizaron su oposición a la instalación del sistema y exigieron el retorno a “un sistema adecuado a las características de la infraestructura de ancho métrico que garantice la seguridad”.

Media hora de demora en el segundo día de aplicación del dispositivo


Los trenes semidirectos de vía estrecha que cubren el trayecto entre Gijón y Avilés (de la línea ferroviaria Gijón-Cudillero) continuaron ayer acumulando demoras a causa de la entrada en servicio del sistema de seguridad ASFA digital 4.1. En la fotografía, una usuaria en la estación de trenes de Avilés, ayer, dirigiéndose al andén para tomar uno de los vehículos de vía estrecha que cubre el trayecto hasta Gijón. El penúltimo tren del día hacia Gijón llegó con media hora de retraso.

Compartir el artículo

stats