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Los “pulmones” de la Variante ya respiran: así será la ventilación de los túneles del AVE

La empresa gijonesa Zitrón ya colocó los primeros ventiladores de la nueva línea del AVE y planea acabar de instalar los 212 previstos a finales de enero

Un lote de los ventiladores que se están instalando en la variante de Pajares. | Ángel González

Seis operarios de la empresa asturiana Zitrón realizan estos días perforaciones dentro de los túneles de la variante de Pajares. Los trabajadores ya han colocado los primeros ventiladores de los 212 que funcionarán a lo largo de los dos tubos de 24,6 kilómetros, cada uno, excavados bajo la cordillera Cantábrica. Los “pulmones” de la Variante son tan altos como una persona, están hechos de acero inoxidable y se fabrican en unas naves a las afueras de Gijón. En el taller de la empresa esperan, ya finalizados, una treintena de ventiladores de chorro. Están preparados para trabajar hasta a 400 grados durante dos horas y se han diseñado para soportar las presiones que generan a su paso los trenes que comenzarán a circular por la línea de alta velocidad a Asturias dentro de poco más de un año.

Los trabajadores de Zitrón tienen que coordinarse con el resto de las contratas. Si pasa el tren que realiza las pruebas de circulación en la Variante, tienen que parar. Si hay que excavar, tienen que parar. Si se necesita adecuar algún elemento dentro de los túneles, tienen que parar. Pero deben tener lista la instalación de seguridad del tren antes de que termine el mes de enero. Los responsables de la empresa esperan cumplir con los tiempos. Ya han colgado de la gran infraestructura las primeras unidades del contrato, tras fabricar unos prototipos que han contado con el visto bueno del Ministerio de Transportes y, en el taller, la fabricación está “lanzada”. En las naves de la fábrica gijonesa los empleados sueldan, pulen y rematan piezas de los ventiladores.

Una gran máquina dobla en círculos perfectos enormes piezas de acero. Los obreros unen las aspas al anclaje de los ventiladores, les dan los acabados a los silenciadores y les ponen el sello “made in Asturias”. Todo eso se traslada hasta el límite con León.

La ventilación de la Variante se realizará con los artilugios de chorro asturianos distribuidos en parejas a lo largo de los kilométricos tubos. Además, se instalarán sensores ambientales. Habrá desde detectores de gases tóxicos y medidores de opacidad, hasta detectores de atmósferas inflamables (CH4) y anemómetros, que permitirán el control automático de la ventilación de la gran obra asturleonesa.

La conexión ferroviaria bajo la Cordillera comenzó a ejecutarse en 2004 y en los túneles diseñados para llevar la alta velocidad al Principado se han gastado ya más de 3.600 millones de euros. La obra afronta el sprint final. La ventilación que instala Zitrón es una de las últimas tareas que restan para que comience la circulación comercial en la Variante.

Un operario de Zitrón remata una de las piezas de los equipos encargados por Adif para la Variante. | Ángel González Carlos Lamuño

Las pruebas se están realizando sin los equipos fabricados por la firma gijonesa. Una vez instalados, solo funcionarán cuando todo lo demás falle. En condiciones normales son meros espectadores del paso de los convoyes. Pero siempre están alerta. En su parte trasera, junto a las aspas, los ventiladores tienen una válvula que se abre cada vez que pasa el tren para que la presión, que alcanza los 10.000 pascales, no haga que se resientan los equipos. Mejor que no lo hagan. Dispuestos a lo largo de los túneles abiertos bajo la montaña, si fallase uno de los ventiladores colocados a mitad de trayecto –a más de doce kilómetros de cada una de las bocas de la infraestructura– repararlo no sería tarea sencilla.

Los trabajos de ventilación también incluyen las galerías de los túneles auxiliares de Buiza y Folledo, infraestructuras que tendrán tomas de aire desde el exterior de la montaña, o las de las salas técnicas de la Variante.

La que es una de las obras de ingeniería más complejas de la historia de España ya avanza a todo tren. Con los túneles perforados y con las vías dispuestas, solo quedan “detalles” de seguridad. Este mes se formalizó otro de los contratos finales, la adecuación de los accesos, la evacuación e instalaciones de protección y seguridad en los túneles de la variante de Pajares. Los últimos coletazos de la gran obra siguen teniendo plazos de ejecución de más de un año –este contrato se desarrollará durante los próximos catorce meses– y siguen sacándole partidas millonarias a las arcas del Estado. La adecuación de los accesos y la evacuación costarán 13,5 millones de euros. El contrato que incluye el montaje y suministro de los ventiladores asciende hasta los 64,37 millones. Al tiempo que se acometen los últimos trabajos y se realizan las pruebas pertinentes, la Administración sigue dando pasos para poner en servicio una obra que suma 21 años de trabajos.

En las últimas semanas, la empresa pública Tragsa, dependiente del Ministerio de Hacienda, ha licitado el alquiler de distintos equipos para apoyar el final de las obras, así como los servicios de atención sanitaria y de vigilancia y control de accesos para controlar el fin de los trabajos. Falta poco para que los operarios de Zitrón acaben de colocar los “pulmones” de Pajares en la obra diseñada con la idea de que Asturias, por fin, respire.

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