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Los pocos turistas que quedaban, sin problemas para pasar el Huerna

La recomendación de Tráfico de adelantar el regreso del puente festivo por las nevadas hizo que una mayoría de visitantes se fuese de la región antes de tiempo: “El aviso fue exagerado”

La familia Álvarez, durante una parada en la estación de servicio de Caldas de Luna tras pasar el fin de semana en Cudillero. | Irma Collín

La borrasca “Barra” trajo finalmente una cola de aire ártico que provocó precipitaciones de nieve este miércoles en cotas altas de la región, aunque no causó los estragos que temía Tráfico y que movió al organismo a pedir a quienes habían viajado en el puente a adelantar su regreso a casa para evitar percances o que quedasen atrapados en medio de una carretera de montaña. Los turistas les hicieron caso y tres de cada cinco de ellos suspendieron sus estancias en casas rurales de Asturias este miércoles. El sector considera “exageradas” las previsiones, y también consideran perniciosas estas predicciones los propios turistas que han vivido este fin de semana largo bajo una amenaza permanente.

De acuerdo: nevó en cotas relativamente bajas, de forma que se precisaba cadenas hasta en 18 puertos de montaña (El Palo, El Pozo de las Mujeres Muertas, La Marta, San Isidro, Rañadoiro, Leitariegos, Tarna, Collada de Arnicio, Cerredo, Campillo, Acebo, Tormaleo, Pajares –donde se prohibió el paso de camiones–, La Cobertoria, La Colladiella, Somiedo, San Lorenzo y Ventana), mientras que se cortó el paso por el Connio. Además, quedaron cortadas carreteras como la de los Lagos de Covadonga (Cangas de Onís) o el acceso a Tuiza (Lena) o Saliencia (Somiedo). Pero no se produjo una situación como la de “Filomena” u otros temporales de nieve que dejaron atrapados a cientos de viajeros en los accesos de la Meseta.

Los hermanos Claudia, Julio y Bárbara Apéstigue juegan con la nieve en la gasolinera del Huerna. | Irma Collín

Quienes no se dejaron convencer por la advertencia de Tráfico probaron este miércoles que no había tanto a lo que temer. Y es que la autopista del Huerna (AP-66) estuvo abierta en todo momento, con las quitanieves trabajando sin descanso y ninguna incidencia de consideración. Eso sí, las familias lo pasaron de cine y pudieron jugar un poco con la nieve mientras se dirigían a la meseta o regresaban a Asturias.

Es el caso de la familia Apéstigue Viesca, que había pasado unos días con sus parientes en Langreo y Laviana e iban de vuelta a Madrid este miércoles. El regreso les deparó encontrarse con la nieve en el Huerna, no mucha pero suficiente para jugar un poco. “No hemos encontrado ningún problema para pasar”, aseguró el cabeza de familia, Julio Apéstigue. Tampoco encontró problemas la familia Álvarez, que regresaba también a Madrid tras pasar el puente en Cudillero, donde tienen parientes.

Y también disfrutaron de la nieve los Caballero Ritis, procedentes de Badajoz (Extremadura), que vinieron a Asturias a pasar unos días en Cangas de Onís y se acercaron a parajes de los Picos de Europa como la ruta del Cares. José Luis Caballero, el cabeza de familia, admitió que no encuentran en Extremadura un tiempo tan gélido muchas veces. “No hemos apeado el chubasquero en todo el viaje, esto no se ve en nuestra tierra”, aseguró mientras jugaba en la nieve con sus hijos.

“Lo exageramos todo”

Muchos asturianos regresaron también este miércoles a Asturias, sin hacer mucho caso de las previsiones. Es el caso de la cudillerense Susana García, quien pasó el fin de semana en Madrid. “No nos cayó un copo de nieve mientras pasábamos el Huerna a eso de las cinco de la tarde, aunque nos nevó un poco el León”, explicó. “Últimamente lo exageramos todo un poco. No creo que sea el acabóse. Estamos en invierno, es normal que nieve. ¿Qué es que no limpian las carreteras?”, se preguntó. Eso sí, “cuando entramos en Asturias nos cayó el diluvio a la altura de Mieres”, añadió.

Como estaba previsto, este miércoles se registraron grandes olas, por encima de lo previsto. También se esperaban fuertes rachas de viento, y efectivamente, en Cabo Busto (Valdés), se registró una racha de 143 kilómetros por hora a la una de la madrugada de este miércoles. Fue la más fuerte de la jornada en toda España. El Aeropuerto de Asturias registró por su parte una racha de 91 kilómetros por hora prácticamente al mismo tiempo. Cabrales, el Cabo Peñas y Oviedo también registraron rachas por encima de 80 kilómetros por hora.

Fue una jornada de agua, sobre todo en la costa asturiana. En Cabo Peñas se registraron hasta 41,8 litros por metros cuadrado, un nivel ya importante de precipitaciones. Según la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, en el Occidente de la región, San Antolín de Ibias acumuló 38,4 litros por metro cuadrado. Aún así, ningún río había entrado ayer en alerta roja por crecida ayer, aunque sí estaba algún punto de los cauces del Nalón y Narcea en nivel de seguimiento.

La temperatura cayó de forma apreciable en la región este miércoles. Leitariegos registró 4,4 grados bajo cero, y Pajares, cuatro bajo cero. El mercurio bajó de una forma muy apreciable, más de diez grados en el caso de Oviedo, que registró una máxima de 6,6 grados y una mínima de 2,8. Gijón se movió entre los 9,9 y los 5,4 grados. Y Avilés entre los 8,2 y los 5,1. Se trata del segundo episodio de frío en este otoño, en el que Asturias no para de encadenar días de lluvia.

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