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La maquinaria llega por fin a La Barrosa para trabajar en la colocación del nuevo puente que conecta el Suroccidente con el centro de Asturias

Los operarios ponen los anclajes de la nueva malla en el argayo de Soto de la Barca, y los vecinos reclaman “plazos concretos por escrito”

Las máquinas llegan al puente de la Barrosa

“Plazos concretos por escrito”. Es lo que reclaman desde el movimiento vecinal generado en el Suroccidente fruto del descontento por las deficiencias en las comunicaciones y los cortes en carreteras clave de la comarca. Y es justo lo que falta, puesto que las administraciones implicadas en solventar las incidencias no se atreven a poner fecha exacta a las reaperturas. Pero, por lo menos, lo que sí se vio ayer por fin es movimiento de maquinaria para empezar a levantar el nuevo puente de La Barrosa (Salas) que permita reabrir el paso que estaba abierto por una de las plataformas ya construida de la futura autovía y reconectar el Suroccidente con el centro de la región sin necesidad de pasar por la deteriorada y tortuosa carretera nacional del puerto de La Espina.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana había pospuesto a esta semana, alegando las inclemencias de los sucesivos temporales que azotaron la región, el inicio de las labores de levantamiento de la nueva estructura tras la demolición de la anterior por defectos en la misma apenas diez años después de su construcción. Después de que el lunes, pese al buen tiempo, no se apreciase apenas movimiento en la zona, ayer sí aparecieron camiones y maquinaria para comenzar el movimiento de tierras necesario.

Mientras, en el otro corte que perjudica notablemente al Suroccidente, el provocado por el argayo de Soto de la Barca (Tineo) en el corredor del Narcea (AS-15), los operarios siguen con sus complicadas labores casi en vertical y a una altura de más de doscientos metros sobre la calzada, en la zona donde se originó el desprendimiento de grandes rocas que causó la muerte de una vecina de Allande.

Operarios trabajando el pasado fin de semana para estabilizar el argayo de Soto de la Barca (Tineo). | Medio Rural

“Están trabajando, moviendo la perforadora para poner anclajes. Ya tienen montados unos catorce anclajes a lo largo de todo el recorrido de la malla”, cuenta un vecino de la zona que sigue, poco menos que a diario, el avance de las obras con un telescopio. Encaramados con la máquina en una inclinación compleja, taladran el terreno para sujetar lo mejor posible la protección que ya cubre la gran roca donde se produjo el desprendimiento, junto a una torre eléctrica. “Yo no sé hasta qué punto está estable ese terreno como para que aguante la malla entera: toda la piedra se encuentra cuarteada, con fisuras, y en cuanto haya una helada fuerte puede estallar todo”, explica el vecino observador, gran conocedor de la zona. A ello se le suma que los operarios, una vez fijen la malla metálica, deberán despejar de piedras sueltas la canal por la que se desprendió el argayo hasta llegar la carretera. “Lo tendrán que limpiar descolgándose”, sostiene el vecino, algo que coincide con lo ya explicado desde el Principado.

La intención es asegurar la zona para poder reabrir al tráfico un carril de la AS-15 mientras se repara el más cercano al río, donde la caída de grandes rocas dañó gravemente el pavimento. Igualmente, a pocos kilómetros de allí, en otra zona conflictiva donde se produjo un desprendimiento mucho más pequeño, en Pilotuerto, se sigue permitiendo el paso solo por un carril, con un semáforo regulador del tráfico. “Llevamos dos semanas así, es una vergüenza. Vale que el argayo de Soto de la Barca sea complicado, pero que en Pilotuerto tengamos que ir solo por un carril cuando no hay nadie trabajando allí...”, lamentan vecinos de la comarca suroccidental.

Operarios trabajando con la nueva maquinaria, ayer, en la zona del puente de La Barrosa (Salas). | Sara Arias S. A. / P. T.

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