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Bernardo Fernández: “La cooficialidad genera derechos desde su declaración”

Dos de los “padres” del Estatuto de Autonomía reflexionan en la Junta sobre el formato y la oportunidad de la reforma de la norma básica regional

Leonardo Álvarez, coordinador de Espacio Fundamentos, presenta la conferencia en la Junta General. | Ricardo Solís

La celebración del 40.º aniversario del Estatuto de Autonomía asturiano en la Junta General del Principado se convirtió ayer en un foro de reflexión y análisis sobre la oportunidad, método, y procedencia para la reforma que ha puesto sobre la mesa el Gobierno de Adrián Barbón, con la cooficialidad como novedad de mayor repercusión. Dos de los “padres” del Estatuto regional, los juristas Francisco Bastida y Bernardo Fernández, ofrecieron sendas conferencias sobre la norma básica del Principado dentro del Espacio Fundamentos, el foro de debate promovido por el Parlamento autonómico y por la Universidad de Oviedo, en el que también intervino Marc Carrillo, ex miembro del antiguo Consejo Consultivo de Cataluña y catedrático de Derecho Constitucional. Aunque los conferenciantes fueron especialmente cautos en una cuestión polémica y controvertida como la del cambio de estatus de la llingua en el Estatuto asturiano, Bernardo Fernández, sí aclaró que “la cooficialidad genera derechos directos desde su declaración”.

El que fuera, además de uno de los “padres” del Estatuto, “número dos” de los gobiernos regionales de Pedro de Silva y Juan Luis Rodríguez-Vigil, dejó para la parte final de su intervención la consideración sobre el alcance que tendría la mera declaración e incorporación de la oficialidad del asturiano a la norma básica del Principado, donde actualmente el bable o asturiano goza de protección y se establece su promoción y enseñanza con carácter voluntario. “A mi juicio, el reconocimiento de la cooficialidad tiene casi efecto directo porque genera derechos objetivos (...) El reconocimiento genera derechos directamente en los ciudadanos y luego ustedes no los van a amputar a través de las leyes”, planteó Bernardo Fernández, quien defendió el reconocimiento que se dio a la lengua asturiana en la redacción original de la norma básica del Principado. “Mi opinión sobre la oficialidad no le interesa a nadie, pero pactamos el artículo cuarto del Estatuto de Autonomía y yo con él viví muchos años viendo como florecía la protección del bable/asturiano”.

Antes de llegar a esa alusión final, Bernardo Fernández había aconsejado, en un foro donde había diputados autonómicos del PSOE, PP, Ciudadanos, IU y Foro, establecer “una metodología para abordar la reforma” del Estatuto de una manera “sosegada”, para “no mezclarlo todo” y también recomendó evaluar y discriminar los contenidos para determinar cuáles precisan necesariamente una modificación con la rigidez de una reforma o puede ser objeto de un desarrollo estatutario. “Los objetivos políticos no se consiguen si no se sabe cómo hacerlos y las prisas son malas compañeras, a mí no me gustan”, esgrimió el expresidente del Consejo Consultivo del Principado, quien también mandó otro aviso a navegantes: “Hay que dejar de creer que las reformas estatutarias obran prodigios extraordinarios por sí solas”.

Bernardo Fernández, Francisco Bastida y Marc Carrillo, al entrar en la sala Europa de la Junta General. Ricardo Solís

El catedrático emérito de Derecho Constitucional, Francisco Bastida, otro de los ocho “padres” del Estatuto, llamó la atención sobre el consenso que propició la aprobación del texto original, hace cuarenta años, “que hoy se echa en falta”. En su conferencia, titulada “¿Hace falta una reforma del Estatuto de Autonomía?”, sostuvo que en los sucesivos gobiernos autonómicos “nunca hubo un espíritu de reformar el Estatuto” y planteó que pasados 40 años de su aprobación quizá “sean necesarias reformas en la parte orgánica y dogmática”, entre las que citó que por parte de las comunidades autónomas, no solo la asturiana, se acuerde una fórmula para “reconocer la ciudadanía autonómica, de tal manera que permita fijar un cierto arraigo”.

Marc Carrillo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Pompeu Fabra, explicó el funcionamiento del Consejo Consultivo Catalán y su sucesor, el Consejo de Garantías Estatutarias de Cataluña que, en su opinión, “ha sido un órgano objeto de uso institucional por las fuerzas políticas”. Para Carrillo, a 43 años del aniversario de la Constitución española, “un patrimonio democrático de toda la ciudadanía, con sus luces y sus sombras, es un buen momento para reflexionar sobre temas que a lo largo del tiempo requieren examen, análisis y en algunos casos reconsideración”.

El presidente de la Junta General del Principado, Marcelino Marcos Líndez, que hizo las veces de anfitrión, resaltó la importancia del Estatuto en el desarrollo del autogobierno de Asturias. “Continúa siendo la mejor herramienta para mantener el funcionamiento adecuado de nuestra comunidad”, sostuvo Marcos, quien reconoció que es “un cuerpo normativo vivo, que debe estar permanentemente sometido al análisis de expertos”.

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