El Ministerio y las comunidades autónomas analizarán la próxima semana si modifican el protocolo nacional que se sigue con las personas que han sido contactos estrechos de los que dan positivo por coronavirus. En esta sexta ola pandémica, solo se aísla a los que no están vacunados (en Asturias, muy pocos) y a los que han estado cerca de infectados por la variante ómicron (que son cada vez más). Cataluña comenzará mañana lunes a imponerles a todos, sin distinción, un confinamiento idéntico al vigente en las ondas anteriores: un encierro de diez días con el fin de garantizar que no transmiten el virus a otras personas. Galicia ha solicitado una medida a escala nacional, pues de otra manera se generaría una incómoda desigualdad entre territorios en un aspecto que tiene un impacto relevante, por ejemplo, para las empresas en lo relativo a las bajas laborales.
“Es una medida tremendamente importante”, explicó ayer a este periódico María José Villanueva, coordinadora de Programas Covid y jefa del equipo de rastreadores de la Consejería de Salud del Principado, quien considera que, en el actual contexto de alta transmisión del virus, “resulta trascendental aplicar todas las herramientas razonables que puedan cortar las cadenas de contagios”.
La repercusión numérica de la citada medida sería muy notable. En el momento actual, en Asturias se están registrando unos 700 contagios nuevos de covid al día. Según la doctora Villanueva, cada uno de ellos declara un promedio de cuatro o cinco contactos estrechos en las 48 horas previas al inicio de los síntomas. De donde se deduce que cada día serían cuarentenadas unas 3.000 personas que han mantenido una relación estrecha con el infectado, con independencia de que estén o no vacunados, y de la variante del virus que le haya contagiado.
De llegar a producirse, esta cifra de aislados contrastaría de manera muy llamativa con la actual. En estos momentos, en el Principado están –o, al menos, deberían estar– aisladas en sus domicilios unas 180 personas por haber sido contactos estrechos de un positivo con la variante ómicron.
En realidad, este debate que tendrá lugar en los próximos días puede tener un efecto relativamente breve. Y es que la circulación de la variante ómicron es cada día más intensa, y todos los expertos coinciden en que, en un plazo corto, será la mayoritaria en la práctica totalidad de los territorios. En la Comunidad de Madrid se calcula que ómicron ya genera más de la mitad de los contagios. Y los técnicos sospechan que también en el Principado su presencia es ya sensiblemente superior a lo que indican las secuenciaciones realizadas.
El covid en Asturias se ceba en los grupos de 6 a 11 años y de 30 a 59 y la ómicron gana terreno
La fuerte subida de la curva pandémica de covid en Asturias se está reflejando en dos colectivos de población principales. Por una parte, los niños de 6 a 11 años. Por otra, el colectivo de ciudadanos en edades medias de la vida, con edades comprendidas entre 30 y 59 años, caracterizado por una intensa interacción social. Se trata de segmentos de población que aún no habían sido vacunados (los niños) o que están pendientes de recibir la dosis de refuerzo (los de 50 a 59 años comenzaron con el tercer pinchazo el pasado jueves).
La incidencia global del coronavirus en el Principado en los últimos catorce días es de 657 casos por cada 100.000 habitantes. La del grupo de 6 a 11 años es altísima, del doble, y las autoridades sanitarias confían en el impacto de la vacunación iniciada el pasado miércoles. El problema es que Asturias solo dispone este mes de 24.000 dosis infantiles, que se agotarán en breve, y deberá esperar hasta enero para completar la vacunación de los 60.000 menores nacidos entre 2010 y 2016.
