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La reforma del Estatuto, en punto muerto, ya incumple el calendario de Podemos e IU

La oposición observa con recelos el acercamiento presupuestario entre PSOE y Ciudadanos, cuyo diputado Sergio García firmó contra la oficialidad

El diputado de Ciudadanos Sergio García firma en la campaña de la Plataforma contra la Cooficialidad.

El paso del tiempo se ha llevado por delante las primeras fechas del calendario de tramitación que IU y Podemos confeccionaron el primero de octubre para tratar de que la reforma del Estatuto de Autonomía sea viable en esta legislatura. Ni la propuesta ha sido registrada en la Junta el 7 de diciembre, como planteaba el documento suscrito por las dos fuerzas, ni admitida a trámite por la Mesa de la cámara el 13, ni publicada el 14... Los primeros hitos de aquella hoja de ruta han transcurrido en silencio, el mismo que IU ha recibido como respuesta a su sugerencia de habilitar enero –mes parlamentariamente inhábil– para avanzar en la tramitación de la iniciativa.

La simulación de plazos elaborada por los grupos de la izquierda más inclinados a dar impulso a la reforma, y con ella a la cooficialidad del asturiano, estaba pensada para que fuera aprobada en la Junta antes del 30 de junio de 2022. Solo así, adujeron, se podría evitar tener que dar la tentativa por fracasada, habida cuenta de que después de pasar el trámite del parlamento asturiano la iniciativa debería continuar su camino hacia el Congreso de los Diputados y los tiempos de la legislatura ya están muy ajustados. Ese era el plan hace algo más de dos meses y medio, pero se ha parado. Las primeras fechas han transcurrido sin avances, entre discusiones cada vez menos frecuentes y un arreciar cada vez más sonoro de críticas a la “falta de liderazgo del Gobierno” y a su desinterés por la reforma. El caso es que los primeros pasos han sido en falso, que después del ruido de hace unos meses ahora ya no se oye casi nada y que nadie, dentro del bloque de partidarios de la oficialidad, ha mostrado el menor interés por hacer en enero lo que no se ha hecho en diciembre. Punto muerto.

A todo esto, Foro tiene previsto registrar hoy en la Junta una enmienda a la totalidad de un presupuesto donde ve insuficientemente reflejadas las condiciones que ha puesto para dar su voto decisivo a favor de la reforma del Estatuto. No se toca el impuesto de sucesiones, las ayudas directas al nacimiento se les quedan cortas y de las medidas “de índole fiscal no hay prácticamente nada”, lamenta Adrián Pumares, que sin cerrarse a ningún diálogo afirma que estos presupuestos eran “una buena forma de avanzar” y ya son una oportunidad perdida. El secretario general y portavoz parlamentario forista resalta que casi dos meses después del lanzamiento de su propuesta sobre la reforma del Estatuto tampoco él ha percibido ningún movimiento. Sigue esperando, dice, a que el resto de los grupos respondan también a que sea el PSOE el que tome la iniciativa que le otorga su posición mayoritaria en la cámara y su condición de sustento parlamentario del Gobierno del Principado... Nada.

El debate sobre la reforma ha coincidido en el tiempo con el de los presupuestos, y pese a los esfuerzos por separar uno y otro, la confluencia ha terminado por hacerse inevitable. Lo sigue siendo ahora que desde todos los flancos del hemiciclo se señala a Ciudadanos como el grupo más inclinado a convertirse en el apoyo que le falta al PSOE para salvar el trámite parlamentario de las cuentas de 2022. El bloque de cuatro grupos que le ayudó a sacar adelante el presupuesto de 2021 se ha resquebrajado. Y ante el rechazo que el proyecto ha suscitado en Foro, las reticencias de un Podemos en pleno proceso de primarias y la insuficiencia de los dos apoyos de IU, el acercamiento entre los socialistas y la formación naranja se observa en algún caso con cierto recelo.

De Podemos a Vox, la cámara en pleno percibe la aproximación, y hay a quien no se le escapan algunas otras coincidencias significativas. “El PSOE ha optado por que Ciudadanos sea su socio preferente”, indicó Pumares ayer, el mismo día en el que Sergio García, diputado y secretario de Organización de la formación naranja, firmaba contra la oficialidad en una de las mesas instaladas por la plataforma a la que se ha vinculado con Vox.

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