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La ilusión de ser ganadero en los Oscos que se lleva por delante Hacienda

Obligados a tributar por una ayuda regional a la incorporación agraria que no han cobrado entera: hay unos 400 afectados en toda Asturias

Amparo Fernández y Pedro Rodríguez, trabajando en su ganadería de San Martín de Oscos.| A. F.

A Pedro Rodríguez, natural de Vegadeo, siempre le gustó el campo. Por eso, cuando tuvo oportunidad, dejó el trabajo que tenía desde hacía 15 años en una empresa de aluminio y se convirtió en ganadero. No empezó de cero, pues su mujer Amparo Fernández regentaba ya una explotación propia de producción de carne, Vilarello, en San Martín de Oscos.

Fue en 2019 cuando Pedro Rodríguez se animó a solicitar las ayudas para jóvenes –de 18 a 40 años– del Principado a la incorporación al régimen agrario: 50.000 euros en total por el alta en la Seguridad Social, y hasta un 60% de lo que se invirtiese en la mejora de las instalaciones. Dos años después solo ha cobrado una parte, pero resulta que Hacienda le reclama los intereses por el total de la ayuda. Como él, hay unos 400 afectados más en toda Asturias, emprendedores que decidieron en su día apostar por el medio rural –ese tan de moda y tan en boca de los políticos, que dicen en estar volcados en su apoyo y desarrollo–, pero que ahora se ven con el agua al cuello para afrontar unos pagos por algo que ni siquiera han disfrutado en su totalidad.

En el caso del veigueño Pedro Rodríguez son 8.000 euros los que la Agencia Tributaria les exige, por los 50.000 euros de ayuda concedida. Pero es que este ganadero solo percibió 17.500 euros. “Los 32.500 euros que faltan los cobrará, si lo cobra, en 2022, al tercer año de pedir la ayuda, cuando certifique todos los requisitos exigidos y que ha cumplido con lo estipulado”, explica a LA NUEVA ESPAÑA su mujer Amparo Fernández, quien está dispuesta a “llegar hasta el final” con las reclamaciones y recursos que tenga que hacer. Tiempo, quizás, no tengan mucho: atender una ganadería de medio centenar de vacas ocupa las 24 horas del día.

“Pero de papeleo sabemos bastante, pues estamos acostumbrados a la gran burocracia a la que nos obligan cuando tenemos que hacer cualquier trámite. Nosotros, en el campo, debemos llevar a rajatabla todo el papeleo, los certificados, cumplir plazos... No nos queda otra”, describe la ganadera osqueña.

Esta osqueña que se ha criado toda la vida entre vacas –a los 18 años tomó las riendas de la explotación que tenían sus padres– considera que las ayudas a la incorporación al régimen agrario no están lo suficientemente explicadas ni claras.

“Mi marido se dio de alta el 18 de diciembre de 2019, pero hasta finales de enero de 2020 no cobró nada. Fueron los 17.500 euros por el alta en Hacienda y la Seguridad Social”, relata. “Luego ese año llevó a cabo la primera mejora, transformar 14 hectáreas de monte en pastos, 32.000 euros. Pero la subvención no es el del 60% como dicen, porque resulta que como él y yo tenemos la sociedad a medias, te dan lo proporcional. Tampoco te dicen que el primer año no cobras la PAC. Él tuvo que esperar a mayo de 2021”. En Vilarello hicieron una segunda mejora: este pasado octubre inauguraron una moderna cuadra con una inversión de 136.000 euros. “De esto, ni un duro hemos visto aún”.

En resumen, que a día de hoy Pedro Rodríguez solo ha percibido los 17.500 euros de marras. Pero Hacienda quiere que tribute por los 50.000 en total que se supone que habrá percibido en 2022, eso si el Principado da luz verde al ingreso porque consideren finalmente que ha cumplido los requisitos: asistir a cursos, cumplir el número de vacas estipulado, superficie... “Se le quitan las ganas a uno con estas cosas”, resume la ganadera. “Es completamente injusto. Puede que haya gente que se incorpore y no que no invierta en las explotaciones, pero es que nosotros nos hemos gastado muchos miles de euros. Ahí tenemos el panel de la Consejería de Medio Rural, colgado en la puerta de la nave: 192.000 euros en dos años. ¿Y dónde están las ayudas?”.

Las organizaciones agrarias Asaja y Coag llevan tiempo con la demanda de que tales ayudas queden libres de tributar, como sucede en otras comunidades como País Vasco. En manos del Principado está, si bien por ahora no han obtenido respuesta.

Esta pareja de los Oscos ha reclamado. Pero saben bien que les llegará denegado su recurso, como ha pasado a muchos otros que se dieron de alta en la agraria en los últimos años animador por las ayudas a la incorporación. “A nosotros nos gusta esto. No estamos aquí para hacernos ricos, como dice mi marido, sino para ganarnos la vida de una forma honrada, trabajando y al tiempo que nos guste y estemos a gusto”, concluye Amparo Fernández.

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