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El último reparto del azar en las Navidades roza Asturias

El Niño sale segundón en Gijón y Oviedo

Asturias reparte 19 décimos del segundo premio (44469), con 75.000 euros cada uno | Un total de 16 boletos para gijoneses de La Calzada que, en realidad, querían otro número | La fortuna salpica en otros establecimientos de las dos principales ciudades

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Asturias celebra su pequeña lluvia de premios en la Lotería del Niño de 2022

El Niño, que no suele prodigarse en Asturias, levantó sonrisas por valor de algo más de 1,4 millones de euros en Asturias gracias al segundo premio, el 44469. En Gijón se repartieron 18 décimos en dos establecimientos y Oviedo fue salpicado con uno. Cada boleto ha sido agraciado con 75.000 euros. El sorteo de El Niño, que este año recuperó la normalidad anterior a la pandemia y recaudó más de 740 millones de euros, puso el broche final a las fiestas navideñas sin olvidarse de dejar fortuna en Asturias. Un segundo premio que no pareció segundo plato.

En Gijón el premio llegó por esos azares de la fortuna: los agraciados querían comprar, en realidad otro número, el que jugaba la administración de lotería de La Calzada y que prácticamente se llevaba todo el barrio: el 44069. Al quedarse sin él, Aylin Torres, que regenta el establecimiento, vendía números similares con la misma terminación a través de la máquina. Así fue como 17 boletos del número agraciado con el segundo premio fueron al bolsillo de varios vecinos: tres de ellos a la familia que regenta el bar La Tasquina de Mari.

Eduardo Fernández, estanquero de La Arena (Gijón), estaba tan feliz como si él mismo hubiese sido el ganador del décimo que vendió en su local. Y hasta Oviedo llegó la suerte: la administración de Pumarín, que ya había repartido premio en Navidad, vendió otro décimo. Nuria Muslera y Pili Pérez ya habían dicho en diciembre que irían “a por el Niño”. Y cumplieron.

Cuando el pasado día 22 de diciembre Pili Pérez y Nuria Muslera repartieron un cuarto premio de la Lotería de Navidad, colgaron un cartel en su despacho, el estanco de Pumarín, que rezaba: “¡Vamos a por El Niño!”. “La verdad es que fue un embarazo muy corto”, decía ayer Pérez después de abrir dos botellas de sidra achampanada para celebrar que habían entregado a un vecino 75.000 euros en forma de un décimo del segundo premio del sorteo de El Niño.

El negocio lo abrió la abuela de Pérez en el mismo edificio, pero en la esquina que da a la avenida de Pumarín, después fue su madre quien lo gestionó durante años. Tras caer en sus manos, hace cosa de tres años, la estanquera y su despacho de lotería doblaron la esquina a la calle Buenaventura Paredes. Y, desde entonces, llegó la buena ventura. Todo en el local rinde homenaje a la diosa Fortuna. En una de las paredes cuelga un gran antifaz, logo del negocio y símbolo, dicen desde el negocio, de la diosa romana. La obra, al igual que el resto de cuadros del local, son obra de la artista Marian Areces. En el mostrador, “las hadas de la suerte”, aunque aseguran que “el amuleto ha sido LA NUEVA ESPAÑA”. Dos veces que salen en el periódico, dos veces que la fortuna agracia al despacho con algún premio.

Las loteras tenían algún tipo de intuición. Desde el inicio de las navidades dejaron sobre la mesa una botella de sidra achampanada por si acaso. La primera se abrió con el cuarto premio. Compraron más esperando al Niño y ambas acabaron derramándose en la acera de Buenaventura Paredes entre felicitaciones de los vecinos. Nadie sabe quién ha sido el agraciado con el décimo, pero todos lo celebran. “No me digas el número que tocó, porque si es el mío vuelvo a casa dando saltos”, le decía un hombre del barrio a Pili Pérez antes de perderse en el bar que está junto al estanco. La estanquera explica que son un negocio “muy del barrio” en el que prácticamente solo compra gente de la zona o alguno que está de paso. “Estoy segura de que el dinero se ha quedado en el barrio”, dice Pérez, aunque añade que no sabe quién es el ganador. “Aunque lo supiese tampoco lo podría decir, es secreto de confesión”, bromea.

Desde que vendieron el cuarto premio de la Lotería Nacional, en el estanco de Pumarín se disfrazaron. Tanto Pérez como Muslera recibían a los clientes con coronas. Y las reinas de la suerte hicieron magia dos veces en las mismas Navidades. “Nos estrenamos vendiendo premios en el sorteo de Navidad y parece que le hemos cogido el gusto”, resume. La publicidad, dice, ha hecho que suban las ventas, aunque reconoce que sigue pagando más lotería de la que vende.

Seguir en racha

El negocio, que dio sus primeros pasos como estanco, lleva desde los años 2000 vendiendo lotería, pero no fue hasta que se decidió a adquirir la imprenta del “décimo azul” cuando empezaron a vender “de verdad”. Con este sistema, dice, redobló las ventas y, ahora, parece que el negocio está listo para despegar. A más números vendidos, más probabilidades de ganar unos premios que, cada vez que llegan, atraen a más clientes. Con el cartel de “¡Vamos a por El Niño!” ya retirado, la lotera colgará ahora el del sorteo de Invierno. En el estanco de Pumarín no quieren abandonar la buena racha. “La suerte nos ha traído más suerte”, exclamaba ayer la dueña del negocio.

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