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¿Cuántos padres asturianos han rechazado la vacuna de sus hijos? Esto es lo que dice la estadística tres semanas después del primer pinchazo a menores

"Los padres son más conservadores y exigentes con lo que tienen que ver con sus hijos que para ellos", explican los expertos

Algunos padres asturianos se lo piensan dos veces antes de administrar la vacuna del coronavirus a sus hijos. Eso es lo que se desprende de las estadísticas de rechazo a la inmunización publicadas por Salud en Asturias, que dejan una tasa de "no" al pinchazo en los niños de 5 a 11 años del 2,3%, la más alta de todas las franjas de edad con permiso de los nonagenarios (3%), tras más de 500 declinaciones. Los expertos achacan esta situación a la información contradictoria emitida por diferentes autoridades sanitarias y con el celo para proteger a sus críos: "Los padres son más conservadores y más exigentes en todo lo que tiene que ver con sus hijos que cuando se trata de tomar una decisión para ellos mismos".

Desde que comenzase la vacunación de los niños de 5 a 11 años en Asturias, el pasado 15 de diciembre, han puesto el brazo 22.513 pequeños. Durante este periodo, ha habido 536 familias que han rechazado la inmunización, aproximadamente el 2,2% del total. Esta cifra contrasta con las de sus padres, según las estadísticas treintañeros o cuarentones, que son los grupos etarios que menos han dicho "no" en el Principado, con tasas de rechazo inferiores al 0,5%. La ratio global en el Principado es del 0,9%.

El porcentaje de rechazo en niños sólo es superado por los nonagenarios (3%) e igualado por los octogenarios. Si bien, el contexto de unos y otros parece bien diferente: los más mayores fueron los primeros en recibir los sueros, en diciembre de 2020, y por aquel entonces había cierta alarma social sobre los hipotéticos efectos secundarios de la inmunización. Hoy, algo más de un año después, resulta evidente que estos son ínfimos, por lo que los rechazos en los niños pueden parecer más incomprensibles.

"El pediatra de Atención Primaria y las enfermas de pediatría son los que mejor pueden medir esta situación. En nuestras consultas recibimos al día de veinte a cuarenta llamadas de familias preocupadas. Así que para un pediatra no es ninguna sorpresa ni algo difícil de explicar. Los padres son más conservadores y más exigentes en todo lo que tiene que ver con sus hijos que cuando se trata de tomar una decisión para ellos mismos", relata el pediatra Venancio Martínez.

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La situación de los pequeños contrasta también con la de los adolescentes. Los chavales de entre 12 y 19 años han sido los más proclives a ponerse la vacuna. Sólo dijeron que "no" 267, el 0,4%, menos de la mitad en cifras absolutas que los niños, y eso teniendo en cuenta que la convocatoria de los más pequeños prácticamente acaba de empezar.

"La presión mediática y política es muy grande, pero no sirve para eliminar la desconfianza y la incertidumbre que hay sobre todo esto. Hace muy pocas semanas la Ministra y Fernando Simón comparecieron públicamente para afirmar que no existía evidencia científica ni datos epidemiológicos que justificasen en ese momento la vacunación de los niños. Es más, afirmaron que existían dudas sobre la seguridad de las vacunas en los menores. Y unos días después ordenan su distribución y todos los servicios de salud recomiendan su administración. Repentinamente surgió la evidencia y aparecieron los datos, no se sabe cuáles. Se trata de un ejemplo más. Es lo mismo desde el principio de la pandemia: pésima comunicación, desinformación y contradicciones", argumenta Martínez.

Si bien, el pediatra cree que la ligera tendencia en el rechazo a la vacunación infantil cambiará. "Estos datos a medida que avance la campaña y se vaya conformando la opinión de la población irán cambiando. Al final, si se hicieran las cosas bien, creo que se demostrará que las vacunas son lo más positivo de este caos", afirma el especialista, quien equipara esta situación a la que vivieron los más mayores: "Parece que los mayores están rechazando la tercera dosis más que otros grupos de edad. Y tiene que ver con lo mismo. La infodemia, la pandemia de expertos y los mensajes contradictorios les hacen refugiarse en su zona de confort: dos vacunas les parece suficiente, poca vida social y renunciar a su vida anterior. Pero en este grupo la vacunación completa es mucho más importante que en los niños".

Pese a todo, estos datos no dejan de hablar de un minoría absoluta, y no pueden empañar el buen ritmo de vacunación que lleva Asturias en general. Actualmente casi la mitad de los niños de entre 5 y 11 años ya han recibido una dosis de la vacuna. El Principado es la tercera comunidad que más porcentaje de niños ha vacunado y se espera que este proceso siga a buen ritmo en los próximos días.

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