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Muniellos se salva de una “catástrofe” tras un gran despliegue contra el fuego

Los vecinos consideran que el incendio fue intencionado y que se actuó tan rápido por producirse en una reserva natural: “Si no, arde todo”

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EN IMÁGENES: Así ha sido la extinción del incendio de Muniellos

José Luis Pérez Cadenas suele madrugar para darse un paseo y cuando ayer salió de su casa de Villardecendias (Ibias), bastante antes de las ocho de la mañana, se encontró con que en lo alto del monte había una columna de humo. “Solo se veía el humo, no el fuego”, relata este hombre que nació en esta pequeña localidad de Ibias y que ahora tiene su residencia fija en Ponferrada. En cuanto a la causa del incendio tiene claro que fue “intencionado”: “El fuego solo no se enciende”, añade. Otra cosa de la que está seguro es de que si se intervino tan rápido fue porque cerca de donde se produjo el incendio está la reserva natural de Muniellos, “si no, esto puede quemar entero”, sentencia.

Los bomberos habían puesto su base tres kilómetros antes de llegar a la localidad de Villardecendias, desde donde dirigían la operación para apagar los fuegos que, explicaba el jefe de Bomberos del Suroccidente, Benjamín García, consumían “matorral y arbolado disperso”. El jefe del operativo aseguró poco después de las cuatro de la tarde que ya daba por controlado el flanco derecho del incendio y por muy avanzada la extinción el derecho. “La prioridad era evitar que entrara en la reserva natural de Muniellos; no sabemos si ha entrado algo, pero si lo ha hecho ha sido testimonialmente”, añadió.

El operativo fue muy amplio, con una brigada teletransportada de Laza, tres bomberos de Cangas del Narcea, el jefe de bomberos del Suroccidente, cuatro más de Ibias, dos empresas forestales y dieciocho efectivos de las Brif de Tabuyo y Tineo. Estos efectivos comenzaron a trabajar a las nueve de la mañana, con la intervención de cinco helicópteros: dos del Principado (SEPA) y tres del Ministerio de Transición Ecológica.

Según Benjamín García, fue “fundamental” para evitar “una catástrofe” que se movilizaran tantos medios y tan rápido. La difícil orografía impidió que hubiera acceso a pie hasta la zona del fuego y el trabajo se realizó descargando agua desde los helicópteros. Además de Muniellos, el jefe de bomberos del Suroccidente señala que el operativo desplegado impidió que se quemara “El Corralín, una zona de grandísima importancia y altísimo valor ecológico por su biodiversidad”.

Cinco helicópteros y 20 Bomberos han trabajado en las labores de extinción de Muniellos

Cinco helicópteros y 20 Bomberos han trabajado en las labores de extinción de Muniellos

En El Corralín (Degaña), un pueblo abandonado en 1969, nació Dionisio Álvarez García, que llegó a un lugar cercano acompañado por Luzdivina Álvarez Menéndez para observar las labores de extinción. Tampoco él tiene duda de que “la gente es la que prende” el fuego. Los dos viven en Cerredo, en una zona con la que, lamenta con rabia, “se empeñaron en acabar y acabaron: aquí lo que está en peligro de extinción son los paisanos”.

Los helicópteros recogían el agua del lago artificial de la cerrada mina a cielo abierto de Tormaleo (Ibias). Hasta allí se acercaron para verlos bajar y salir cargados Paco Sal Fernández y Eliana García, dos de los diez habitantes de Tormaleo. Él, prejubilado de la mina, reconoce que la zona está “sin actividad”. Lo que más les sorprende es el tiempo: “Esto debería estar nevado en estas fechas, sería lo normal”. En el lugar donde están los bomberos se para Miguel Ángel Suárez Rodríguez, vecino de Villardecendias, de 54 años, que espera a un mecánico para que le eche un vistazo a su tractor. “Hay tres casas abiertas en el pueblo, el fuego está muy lejos, así que no creo que haya sido la gente de aquí”, explica. Supone que “irán a preguntar”, pero es lo que menos le preocupa: “Aquí no viene gente ni en verano, estamos acabados”.

El nivel de alerta se mantiene, aunque se prevén lluvias en el Occidente

M. R.

La previsión de lluvias, aunque pocas, rebajará este jueves los temores a que los incendios vayan a más, si bien el índice para toda el Occidente es de 3, alto, con el fin de rebajar la alerta. Con todo, hoy se prevé un día en general nuboso, con alguna lluvia ocasional y dispersa, aunque al final del día, en la costa occidental. Las heladas no serán tan intensas, ya que las temperaturas mínimas subirán y se esperan máximas de hasta 17 grados. Las lluvias previstas para esta jornada, junto a las del pasado lunes, serán las primeras que caen en Asturias en casi un mes. El año se ha estrenado, tal y como preveía la Agencia de Meteorología, muy seco en líneas generales y también marcado por mucho frío.

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