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Luis Antuña Montes | Presidente del Colegio de Médicos de Asturias

“Hay que tomar medidas ya para mejorar las condiciones de trabajo de los médicos”

“Sería inconcebible que se obligase a los facultativos a hablar en asturiano, no aportaría nada y resultaría limitante para que vinieran profesionales de fuera”

El presidente del Colegio de Médicos, durante la entrevista. | F. Rodríguez

Luis Antuña Montes (Gijón, 1969) cumple un año al frente del Colegio de Médicos de Asturias, una entidad que aglutina a unos 6.700 facultativos. A diferencia de sus antecesores –todos varones, menos una–, no es muy amigo de la corbata. En esta entrevista, el jefe del servicio de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) analiza estos doce primeros meses de su mandato y señala que “el trabajo que hemos desarrollado en este primer año se verá mejor a partir de ahora”.

–¿Cómo ha sido este primer año?

–Ha habido algo de descubrimiento. Yo no tenía experiencia colegial. He descubierto el Colegio por dentro. Es una institución que maneja dinero, tiene propiedades, once trabajadores... Es una responsabilidad grande que, cuando nos presentamos a las elecciones, ocupaba un lugar secundario. Pensábamos más en representar al colectivo médico y en defender la profesión y los intereses de los médicos y de los pacientes.

–¿El momento actual de los médicos es tan difícil como se dice?

–El contexto de pandemia es duro para todo el mundo. Para los médicos ha sido una experiencia personal y profesional novedosa. Trabajar, tomar decisiones, manejar una incertidumbre tan enorme... Hace falta más perspectiva para dimensionar lo que todo esto ha significado para nuestra profesión.

–¿Cree que en estos dos años muchos colegas suyos se han arrepentido de ser médicos?

–No creo que sean muchos. La mayoría de los médicos son vocacionales y la vocación no es tan fácil perderla. Otra cosa es perder la ilusión de trabajar en unas condiciones tan adversas.

–¿Tienen que cambiar las condiciones en las que trabajan los médicos?

–Por supuesto que hay que cambiarlas. La sociedad avanza, la medicina avanza y los profesionales tenemos que impulsar esos avances y, lógicamente, también beneficiarnos de ellos. Ahora bien, impulsar cambios en un contexto de pandemia no es muy acertado. Ya teníamos problemas antes y los tenemos ahora. Para los médicos resulta frustrante no tener herramientas para responder a las demandas de los ciudadanos.

–Abordemos el asunto de forma más directa: ¿El Gobierno de Asturias tiene que proponerse ya mejorar las condiciones de trabajo de los médicos?

–Sí, por supuesto. Hay que tomar medidas ya. Llevamos muchos años sin cambios estructurales de calado y con visión de futuro.

"Es de sentido común que el Colegio defienda que el decano de Medicina debe ser un médico"

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–¿Mejorar las condiciones laborales de los médicos de la sanidad pública es subir los sueldos?

–No solo, pero también. Tenemos una enorme responsabilidad en nuestra profesión, hemos hecho un gran sacrificio para poder ejercerla y eso debe verse en las retribuciones. Pero hay otro tipo de incentivos que no se ponen en marcha por rémoras del pasado, como seguir imponiendo a los médicos la dedicación exclusiva al sistema público.

–¿Debe suprimirse la dedicación exclusiva de los médicos que ejercen como mandos intermedios en el sistema sanitario público?

–Nosotros somos partidarios de suprimirla. Asturias tiene que ser competitiva, y eso supone adaptarse a lo que hay en nuestro entorno.

–Compaginar el ejercicio público y privado... ¿No le parece una posible fuente de comportamientos irregulares?

–Hay mucha gente que lo hace y es honesta. Yo confío en la honestidad de los médicos.

–¿Ahora mismo es más precaria la situación de los médicos de Atención Primaria que la de los que trabajan en hospitales?

–Los médicos de Atención Primaria han sido los grandes damnificados de esta última etapa de la pandemia. La red de Primaria ha aportado una enorme ganancia de salud a la población. Pero en estas últimas décadas la medicina ha avanzado mucho y, sin embargo, la Primaria quizá se ha quedado un poco atrás en cuanto a medios para resolver los problemas de los pacientes. Por otra parte, resulta claro que mucha gente tiene una confianza inquebrantable en su médico de Atención Primaria.

–Usted es jefe de Urgencias del HUCA. ¿Cómo ve la reorganización de las urgencias de Atención Primaria que está alumbrando el Servicio de Salud (Sespa)?

–Hay que ver dos cosas. Una, si hay suficientes médicos para atender todas las demandas de los vecinos. Y dos, si todas esas demandas vecinales implican una ganancia de salud. La reforma que ahora se plantea en Gijón se hizo en Oviedo hace unos años, y en Oviedo no hay un número tan grande de puntos de atención continuada. No es bueno tomar decisiones por presiones de distinta índole.

"El facultativo que se pasa a la gestión pierde dinero; por eso están dando altos cargos a otros profesionales"

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–¿Apoya el Colegio de Médicos la reprobación al consejero de Salud que el Sindicato Médico (SIMPA) ha presentado en la Junta General del Principado?

–Con el SIMPA compartimos prácticamente el cien por cien de los objetivos. Pero unos y otros nos ocupamos de parcelas distintas. El Sindicato Médico nos pidió adherirnos a esa iniciativa, y en el Colegio lo debatimos y acordamos que no eran ni el momento ni el instrumento. Una reprobación es una herramienta absolutamente política y en un momento aún de pandemia nos parece que las iniciativas hay que reflexionarlas mucho. Así se lo hemos trasladado y parece que no nos hemos equivocado mucho.

–¿Usted considera reprobable la gestión del Consejero?

–La palabra reprobar no me gusta. Es un término que se utiliza en la Junta General. Es cierto que hay cierta inacción, probablemente porque estamos en un contexto de pandemia en el que la toma de decisiones es mucho más difícil. Tampoco hablamos de una situación exclusiva de Asturias. Pero aun así quizá la comunicación y la actitud son mejorables. Quizá en alguna ocasión se debió defender con más vehemencia a los profesionales de Atención Primaria. Y debieron evitarse algunos comentarios.

–¿Cómo puede entenderse tanta escasez de médicos?

–Porque no se han tomado las medidas oportunas. En todo caso, lo que es médicos, licenciados en Medicina, sí que hay. Lo que escasean son médicos que hayan hecho una especialidad. Y resulta que en el último examen MIR se quedaron 7.000 médicos sin acceso a una especialidad y sin poder ejercer en el sistema sanitario público. Pero están ahí.

–Van a poner en marcha una reforma de la sede del Colegio de Médicos en la plaza de América, de Oviedo.

–Somos propietarios de la mayor parte del edificio y queremos reformarlo en profundidad. Es una construcción que se acerca a los 60 años. Los objetivos son asegurar el edificio, la eficiencia energética, la accesibilidad y la seguridad. Tenemos la oportunidad de hacerlo y lo haremos.

–¿Qué presupuesto manejan?

–Hemos convocado un miniconcurso restringido. A tres estudios de arquitectura les hemos pedido ideas y presupuestos.

–¿Cómo valora la venta de la Academia MIR de Asturias al fondo CVC? El Colegio de Médicos era propietario de una pequeña parte de la Academia.

–Desde mi punto de vista, esta decisión era inevitable. El Curso MIR se sustentaba en el empeño, la constancia y la honestidad de los doctores Jaime Baladrón, sobre todo, y Tomás Villacampa, y eso tiene un límite. Hoy día competían contra fondos de inversión que habían invertido en otras iniciativas formativas, y eso es muy difícil sostenerlo.

–¿Cambiarán la filosofía o la esencia de la Academia MIR?

–Eso es mejor preguntárselo al doctor Baladrón. Ya hace años que el Colegio no estaba en el día a día de la marcha de la Academia. Hasta donde sabemos, sigue con su sede en Asturias. Y los doctores Baladrón y Villacampa siguen al mando.

–Para Oviedo es un patrimonio muy importante tener a 1.300 médicos viviendo en la ciudad siete meses al año. ¿Eso continuará siendo así?

–Mientras el curso sea aquí y pueda recuperar su carácter presencial, entiendo que sí. Pero los nuevos propietarios deberán tomar sus decisiones.

–Está vivo el debate acerca de la objeción de conciencia de los médicos en asuntos como el aborto y la eutanasia.

–El problema es que los políticos han hecho una ley que decide qué es un acto médico sin ni siquiera consultar con los médicos. Ha sido un error. Eso debemos decidirlo lo médicos como fruto de una profunda reflexión y un debate que estamos desarrollando para actualizar nuestro código deontológico. Hoy día, la eutanasia no está considerada como un acto médico y va en contra de nuestra deontología, en la que no figura producir la muerte de un paciente. A la vez hay médicos que incluyen la eutanasia en el marco de sus principios y valores y la legislación los ampara, y eso también lo contempla nuestro código deontológico: no se les puede sancionar. Lo que es irrenunciable para nosotros es garantizar la objeción de conciencia en el aborto y la eutanasia. No se puede obligar a un médico a actuar contra sus principios y valores.

"Hoy día, la eutanasia no está considerada como un acto médico y va en contra de nuestra deontología, en la que no figura producir la muerte de un paciente"

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–Mañana, lunes, se celebran elecciones al decanato de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Se presentan la actual vicedecana, Pilar Mosteiro, enfermera, y José Antonio Vega, médico. ¿Cuál es la posición del Colegio de Médicos?

–Eso pertenece al ámbito universitario, vaya por delante. Pero la Facultad de Medicina es donde se forman nuestros futuros médicos y nuestros futuros colegiados. Todo el mundo entenderá, y es de sentido común, que un Colegio de Médicos esté convencido de que el decanato debe seguir ejerciéndolo un médico. Y esto no significa ir contra ninguna profesión sanitaria ni contra nadie. Es simplemente apoyar a los médicos.

–También se ha quejado el Colegio de Médicos de que entre los cuatro directores generales de la Consejería de Salud solo hay un médico frente a dos enfermeros...

–En la organización sanitaria, en todos los procesos asistenciales, el máximo responsable es el médico. Todas las profesiones sanitarias son importantes pero para que un médico ejerza en el sistema sanitario público debe dedicar a formarse un mínimo de once años. Sin embargo, en la Administración sanitaria, donde se organizan las estrategias de salud, la actividad asistencial y el trabajo de los médicos, parece que no hacen falta ni ese conocimiento ni esa formación. Es incongruente. Más allá de la legalidad, no estamos de acuerdo en que se invadan competencias que nos corresponden a los médicos y responsabilidades que tenemos asignadas. Respetamos y valoramos mucho las profesiones sanitarias con las que trabajamos día a día, pero entendemos que no se puede desplazar a los médicos de las responsabilidades que les corresponden.

–Se dice que no resulta fácil encontrar médicos que quieran dedicarse a la gestión…

–Recientemente, me llamó un consejero de Sanidad de otra comunidad autónoma para comentarme que se veía obligado a nombrar a personas de otra profesión sanitaria en un cargo de máxima relevancia en el servicio de salud porque no encontraba médicos que quisieran ir a ese puesto porque el sueldo es mucho menor de lo que ganan como médicos. Esto es arcaico. Si a un médico con capacidad de gestión le pides que sacrifique durante unos años su actividad profesional, no puedes pedirle que encima pierda dinero. Al final, tienen que buscar a un profesional con otro tipo de perfil porque no encuentran un médico que acepte esas condiciones. Y esto puede suceder por las interferencias de un colectivo profesional que tiene capacidad de influir porque es muy grande o que tiene capacidad de influencia en un determinado partido político.

–¿Teme que, si el asturiano se hace oficial, se obligue a los médicos a hablar en asturiano?

–Me parece inconcebible. Todos los asturianos amamos nuestra cultura y nuestra lengua, pero que en el sistema sanitario se hable en asturiano no aporta nada a la organización. Es un factor limitante para que puedan venir a Asturias médicos de fuera, como ya se ha visto en otras comunidades autónomas.

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