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Yuri Nasushkin Director de orquesta y profesor del Conservatorio Superior de Música de Asturias

“En 24 horas, el heroísmo de mi país consiguió cambiar por completo la mentalidad de Occidente”

“Tengo dudas sobre los efectos del diálogo pero estoy orgulloso del presidente ucraniano, ha demostrado mucho talento y un gran patriotismo”

Yuri Nasushkin. | Julián Rus

En las primeras horas posteriores al ataque ruso sobre su país, Yuri Nasushkin, director de orquesta y profesor del Conservatorio Superior de Música de Asturias, nacido en Kiev y afincado desde hace más de treinta años en el Principado, aplacó la angustia apelando a la conciencia de la comunidad internacional y tomó prestado a Ernest Hemingway. “Nunca preguntes por quién doblan las campanas”, escribió. “Las campanas doblan por ti”.

–Pedía una respuesta rotunda y firme. ¿Hemos entendido ya que las campanas de Ucrania doblan por todos?

–En 24 horas, el heroísmo de mi país ha sabido modificar 180 grados la mentalidad de occidente. Mi país es auténticamente democrático, libre, y es una pena que para convencer a las otras naciones democráticas y libres haya tenido que pagar este precio. Veo a los niños ucranianos rezando en sus iglesias ortodoxas por la paz y me pregunto qué perdón puede merecer la gente que lo hizo. Nunca tenemos que olvidar que por encima de todos los gobernantes hay algo más, una justicia divina.

–¿Le sirven los movimientos de la UE?

–Todas las decisiones que se han tomado en diferentes naciones son muy adecuadas. Como dice el refrán, más vale tarde que nunca.

–¿Cree que harán el daño suficiente a Putin como para que se replantee la invasión?

–No quiero hablar en términos de daños. Yo nací en la capital ucraniana, estudié ocho años en Moscú y trabajé doce años en Moldavia… No puedo pensar en daños. No sé qué daños van a sufrir los gobernantes, yo no soy político, pero amo el pueblo ruso y su cultura. Nosotros no somos enemigos de Pushkin, ni de Tolstoi ni de Dostoievski. Estamos hablando de dos culturas que discuten por Nikolái Gogol, unos dicen que es ucraniano y otros que ruso, pero él está por encima de todas esas discusiones. Fíjese hasta qué punto estamos cerca.

–¿Qué noticias le llegan de Ucrania?

–Que todavía están luchando, que se dispara contra los niños y los hospitales. Acabo de hablar con la ciudad de Járkov y ha muerto gente que había salido del metro, donde estaban refugiados de los bombardeos, para comprar pan en un supermercado. Los mataron. Entre ellos, niños. ¿Quiénes son estas personas? No había ningún ejército en este sitio, ni cañones, ni nada. Estaban en la calle… Si las reacciones de todo el mundo, desde Australia a Canadá, no pueden parar los pies a un agresor, ¿quiénes somos? ¿Acaso somos tan débiles?

–¿Espera resultados del diálogo que se acaba de entablar entre Rusia y Ucrania?

–Prefiero equivocarme, pero tengo mis dudas. Por muchas razones. Sí estoy orgulloso del presidente ucraniano, sobre el que he leído una semblanza muy atinada que dice que hay héroes en la historia que al final se convierten en payasos, pero también hay payasos que se convierten en auténticos héroes de su pueblo. Ese señor ha demostrado tener mucho talento y un grandísimo patriotismo. Que Dios le ayude y le proteja, porque creo que hemos tenido suerte con este líder. La decisión del diálogo ha sido un acierto por parte de Ucrania para que el enemigo no se aproveche de una negativa, para que no digan que los ucranianos no querían hablar, y además se ha enviado a las conversaciones una delegación muy representativa, con personas de muy alto nivel.

Un “pequeño concierto” de solidaridad, el sábado en la Escandalera


Las banderas de Ucrania y Asturias tienen los mismos colores. “¿No le parece el destino?”. Con el propósito de hacer que las dos enseñas se fundan simbólicamente, Yuri Nasushkin y el “Ensemble Ars Mundi” ofrecerán el próximo sábado, a partir de las dos de la tarde, en la plaza de la Escandalera de Oviedo, un “pequeño concierto de solidaridad” con Ucrania. A iniciativa del músico nacido en Kiev, y a impulsos de la preocupación por el futuro de su pueblo, la joven orquesta de cámara que dirige el músico ucraniano tratará de aportar esperanza, tender lazos de empatía y comprensión entre los dos pueblos y poner música a las “miles de firmas” que ya se han estampado en todo el mundo contra la guerra.

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