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Me quedo en el pueblo

Con la consulta en la maleta

La ovetense Toñi Rodríguez se desplaza a diario para ofrecer sus servicios como nutricionista rural en Infiesto, Caravia y Arriondas

Toñi Rodríguez, a la entrada del centro de fisioterapia de Caravia en el que pasa consulta. | Ana Paz Paredes

Una buena forma de integrarse en el mundo rural es trabajar en él y ofrecer otros servicios que también tienen su demanda sin necesidad de tener que acercarse a la ciudad. Eso lo entendió muy bien la ovetense Toñi Rodríguez González, quien obtuvo su diplomatura como nutricionista en Alicante. Estuvo trabajando como tal en una clínica en Oviedo un tiempo hasta que nació su primer hijo y decidió dedicarse plenamente a su crianza. “Cuando el niño cumplió 18 meses me salió una sustitución en el hospital de Arriondas y cuando terminó mi contrato, al poco quedé embarazada de mi segundo hijo. Meses después me saldría otro trabajo en un herbolario y luego en el hospital de Mieres. La verdad que nunca dejé de moverme”, explica esta mujer que, en determinado momento en el que estaba sin trabajo y enamorada del medio rural, decidió poner en marcha una idea en la que ya, muy joven, había pensado y que entonces le pareció un poco descabellada. “Ya de novios le decía a mi hoy marido que yo lo que quería hacer era comprar una furgoneta y organizar mi consulta móvil por los pueblos”, afirma sonriendo.

Toñi Rodríguez, a la entrada del centro de fisioterapia en Caravia donde pasa consulta una vez por semana. Ana Paz Paredes

De entonces a hoy lo que sí ha hecho realidad es convertirse en, como ella se define, “nutricionista rural”, algo que lleva ejerciendo hace apenas mes y medio al frente de su empresa Caravia Nutrición. Y es que, una vez por semana, atiende consulta en el centro de fisioterapia de Beatriz Sánchez en Caravia Baja.

Va los martes, mientras que los lunes atiende en Infiesto en un centro de estética, y los jueves, en la consulta de un psicólogo en Arriondas. “En este mes y medio que llevo ejerciendo ya empecé a hacer clientela en Infiesto, en Arriondas tengo en consulta a tres personas, y en Caravia, una. Voy poco a poco, pero encantada con mi trabajo y con realizarlo en el medio rural”, comenta.

Toñi Rodríguez entra al centro de fisioterapia de Caravia para iniciar su consulta. Ana Paz Paredes

Otro paso fue buscar una casa en Caravia para habilitar en principio en la parte baja su consulta y, en la superior, convertirla en habitable. “Vimos una casa por internet en venta en Caravia y fuimos a verla. Anduvimos por la zona y vinos una que estaba en ruinas, una típica casa con corredor, y la compramos para volver a ponerla en pie”, recuerda ella. Y añade: “Cuando supimos de las ayudas Leader ellos me dijeron que me fuera a asesorar al Centro de Innovación y Economía de Igualdad de la Mujer, en Avilés. De allí salí con mi plan de empresa. Me sirvió muchísimo y de ahí partió la idea de empezar a moverme por la zona y hacer también domicilios. Esto todavía no lo tengo muy encaminado porque necesito que la gente me conozca y confíe en mí, pero lo tengo también previsto cuando surja”, explica.

Toñi Rodríguez, en Caravia. Ana Paz Paredes

No tiene previsto llegar a vivir, en principio, en Caravia, donde con el tiempo abrirá su propia consulta en la casa que han comprado, “pero no lo descarto, quién sabe lo que pasará con el tiempo. Yo ahora estoy empezando esta nueva etapa. Lo que sí creo es que se puede trabajar en la zona rural y al tiempo dotarla de servicios de los que carece; yo creo que eso contribuye a traer más población. Yo, por ejemplo, echo de menos en Caravia un bar tienda o un supermercado. En pleno siglo XXI cada vez más gente que ejerce el teletrabajo se desplaza a vivir a pueblos donde los puede llevar a cabo porque cuentan con los servicios necesarios para vivir y trabajar”, explica esta nutricionista rural, quien no duda en recomendar emprender fuera de las ciudades.

Ella se muestra positiva e ilusionada con su trabajo en apenas el mes y medio que lo lleva ejerciendo y anima, a quien lo esté pensando, a emprender como ella, en el campo. “Sin duda que si, como dije antes, cuentas con unos servicios básicos, te animas a venir. Yo en el tiempo que llevo trabajando me siento muy contenta y animada. Y al final si la gente está contenta, uno mismo todavía más y eso contribuye a conseguir los objetivos que nos propongamos”.

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