Un estudio realizado por el instituto de opinión Pragma Sociología Aplicada sitúa “el apoyo directo a la cooficialidad en Asturias en el 35 por ciento, y a la izquierda del PSOE”, mientras que hay “un no rotundo superior al 50%”, según avanzó ayer el sociólogo Arsenio Valbuena en un debate organizado por Ciudadanos, dentro del ciclo “Asturias en cuatro estaciones”. El partido naranja abordó ayer la polémica de la oficialidad del asturiano, en un acto en el que también contó con la participación del periodista y escritor Arcadi Espada, el filólogo Félix Fernández de Castro y el jurista Javier Junceda. La portavoz del partido naranja en la Junta General, Susana Fernández, condujo el acto y planteó algunas de las cuestiones que más preocupan a su partido sobre el impacto que acarrearía la declaración de la “cooficialidad amable” que acuñó la Federación Socialista Asturiana (FSA).
Valbuena adelantó algunos resultados del estudio, inconcluso, tales como que en torno a un tercio de la población apoya la oficialidad, un porcentaje que podría ser “mayoritario” en el Occidente de Asturias con el Eo-Naviego, gracias “al soporte de los jóvenes a la izquierda del PSOE, como IU y PSOE”, detalló. El sociólogo y empresario destacó que “hay un no rotundo superior al 50 por ciento” del conjunto de la población a la cooficialidad, mientras que “algo menos del 40 por ciento de los votantes socialistas la apoya”. Y existe un 10 por ciento de la población “que hace depender su apoyo de que el asturiano no sea vehicular en la educación ni obligatorio para los funcionarios, los dos núcleos de una cooficialidad. Creo que ahí juega y especula el PSOE”, planteó Valbuena, quien manifestó su convicción de que tras la apuesta por la cooficialidad “hay una estrategia que da réditos políticos”. El sociólogo subrayó que Adrián Barbón es el único político que “aprueba y tiene predicamento en la sociedad asturiana”. El escritor y periodista Arcadi Espada hizo un llamamiento a los partidos políticos para que sean “valientes” y planten cara a “la Babel que supone la cooficialidad” y criticó “el papanatismo que existe con la valoración positiva que se da hoy en día a las ideas de diversidad y variedad”. “No es un proceso rápido, pero aquí está empezando y hay que pararlo”, proclamó el escritor y periodista catalán, quien lanzó la siguiente reflexión: “¿Hay algún valor en que en un pueblo se diga ´las vacas´ y cinco kilómetros al este se diga ´les vaques´?”. Espada rechazó que las lenguas constituyan un patrimonio de la humanidad algo que, admitió, se proclama en todos los sitios. “Bable es Babel”, propuso el escritor catalán como consigna frente a la cooficialidad.
El filólogo Félix Fernández de Castro coincidió con España en el carácter contradictorio que ya supone el término “cooficialidad amable” y llamó la atención acerca de que “teóricamente no se va a obligar a nadie a hablar en asturiano, pero ya sabemos cómo funciona: acabará habiendo dos listas y los médicos que hablen asturiano tendrán un punto más, y eso acabará en más compensaciones”. Fernández de Castro juzgó “muy positiva” la labor de concienciación social de la Plataforma contra la cooficialidad para movilizar a una sociedad “que, por fin, ha visto el riesgo de que haya ese voto 27” para la reforma del Estatuto de Autonomía.
El jurista Javier Junceda expresó su deseo de que le muestren el modelo de la llamada cooficialidad amable “para poder comprobar hasta dónde llega esa amabilidad regulatoria”, aunque apuntó su sospecha de que lo que quizás se pretende “es que los ciudadanos, en el ejercicio de sus derechos individuales, una vez se reconozca la cooficialidad, acudan al amplio marco ya definido por el Tribunal Constitucional”.
