Su idea era quedarse en Ucrania todo lo que pudiese pero ya se va a tener que ir junto a su mujer, su hija y más familiares. El langreano Beni Brito, residente en la ciudad ucraniana de Vinnytsia, pone rumbo a Moldavia, la frontera que tiene más cercana, ante el asedio inclemente de las tropas rusas. Ayer tuvo que preparar las maletas de sopetón para dirigirse hoy hacia el país moldavo.
Fue el padre de su mujer, Anna, el que les imploró que abandonasen el país urgentemente. Su suegro está combatiendo para defender Ucrania de la invasión y es conocedor de la situación de la región en la que vive Beni Brito con su esposa y su hija Mía. El asturiano se irá del país sacando del mismo además a una hermana de su esposa de tan solo cuatro años, misma edad que su hija.
"Nos tenemos que ir para Moldavia con las niñas. Me lo pidió mi suegro, que vino a decirnos que la cosa se va a poner mucho más fea. Ya cayeron dos bombazos en el aeropuerto de mi ciudad y nos pidió que nos marchásemos", explica Brito, natural de La Felguera.
El langreano ha tenido que tomar así una decisión dura contra su voluntad, aunque debido a su espíritu alegre no pierde la esperanza. "Nos están haciendo una canallada bárbara. Pero bueno, volveremos y aguantaremos", explica quien además está preocupado por miles de ucranianos que tienen que abandonar el país como él pero en condiciones mucho peores. "Es un auténtico drama. Hay gente sin recursos, que no sabe ni dónde va", cuenta el asturiano, que se convierte así, junto a su familia, en un desplazado más por la invasión rusa que está asolando Ucrania.
