“La prioridad es la variante”. El Gobierno del Principado guarda silencio sobre el futuro de la rampa de Pajares y se limita a señalar que su ocupación es en la actualidad la futura conexión con la Meseta en alta velocidad. “La prioridad para el Gobierno pasa por la puesta en servicio de la variante de Pajares, que supone para Asturias la finalización de un hito de la ingeniería europea que, tras una elevada inversión, permitirá al Principado adoptar una solución ferroviaria del siglo XXI con una nueva mirada hacia la transformación y la competitividad del transporte ferroviario de mercancías y viajeros, que durante casi 140 años han visto en el sinuoso paso de la rampa de Pajares la única conexión ferroviaria con la Meseta”, señaló ayer el Ejecutivo de Adrián Barbón.
“Será necesario maximizar los beneficios de su puesta en servicio, con una gran mejora en los tiempos de viaje, la seguridad y fiabilidad de la infraestructura y la capacidad de multiplicar tanto las frecuencias como la longitud y carga de las composiciones”, añadieron fuentes de la Viceconsejería de Infraestructuras, Movilidad y Territorio. La variante es, “sin duda, la infraestructura ferroviaria que Asturias necesita y que muy pronto será una realidad”, añadieron las mismas fuentes.
El Principado eludía así contestar a la pregunta que había planteado este periódico: ¿Debe mantenerse en servicio una vez abierta la variante? La contestación del Ejecutivo es muy similar a la que veinticuatro horas antes había lanzado el secretario de Planificación Territorial, Medio Ambiente y Lucha Contra el Cambio Climático de la FSA-PSOE, René Suárez. “La variante es nuestra prioridad”, resaltó.
El futuro de la rampa de Pajares ha vuelto a ponerse sobre la mesa al publicar LA NUEVA ESPAÑA las apreciaciones del Grupo de Trabajo de Ferrocarriles de la demarcación en Asturias del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. El Grupo cree “decididamente” en el mantenimiento en servicio del actual trazado, “con fines estratégicos, para permitir alternativas a los nuevos túneles en caso de incidencia, trabajos, o necesidades de capacidad que pudieran surgir”. Y todo ello sin olvidar “el indudable valor patrimonial del trazado y su potencial turístico o como trazado de experimentación y pruebas”.
