Asturias ya no controlará (ni obligará a un aislamiento estricto) a todos los contagiados con coronavirus. Lo anunció hoy, siguiendo la política establecida en la última Comisión Interterritorial de Salud, Mario Margolles, el responsable de Vigilancia Epidemiológica del Servicio de Salud del Principado de Asturias. "Vamos a centrar la vigilancia en casos confirmados, grupos o ámbitos vulnerables", relató Margolles. La directora general de Salud Pública, Lidia Clara Rodríguez, hizo hincapié en la importante cobertura vacunal de la que goza el Principado. "Las mujeres embarazadas, las personas de más de 60 años y las inmunodeprimidas serán aquellas en las que nos centremos en la vigilancia del coronavirus", afirmó.
"Tenemos que saber qué virus está circulando por nuestra comunidad. Pretendemos establecer nuevos sistemas de vigilancia pero cambiando el concepto. No pretendemos conocer todos los casos pero sí aquellos en los que podamos actuar de forma más eficiente", afirmó Margolles. En otras palabras los indicadores más relevantes no serán las cifras de casos, sino los niveles de utilización de los hospitales.
En cuanto a las cuarentenas se mantendrán los aislamientos en entornos específicos pero se eliminan las cuarentenas "porque nuestra actuación no va a centrarse en la población general". Eso sí: el Principado recomienda que desde los 10 días desde el inicio de los síntomas las personas contagiadas deben comprometerse a aislarse y las empresas para las que trabajan deberán facilitar que se pueda teletrabajar si la sintomatología es leve y no se requiere una incapacidad temporal. "Hay que minimizar riesgos", insistió Lidia Clara Rodríguez.
Cuarta dosis
El Servicio de Salud del Principado no cierra la puerta a tener que poner una cuarta dosis. Pero tampoco la abre. Simplemente indica que serán los expertos los que evalúen la necesidad de ponerla en un futuro. Una decisión que se tomará a nivel nacional.
