La capilla del tanatorio gijonés de Cabueñes se quedó este martes pequeña para acoger a los numerosos familiares y allegados de Ramón Riera García, el montañista fallecido el pasado domingo a los 66 años tras precipitarse al Sella durante una excursión por Ponga con su grupo. “Os deja de forma inesperada, sin daros tiempo para prepararos, y es injusto porque al amor no le gustan las despedidas”, reconoció el sacerdote Alberto González. Este se dirigió a la esposa del fallecido, Araceli Sabina Lacasa, y a su hija, Andrea Patricia Riera: “Pero lo que haya quedado sin decir él ya lo sabía y, a pesar del vacío y el dolor que deja, ahora sabemos que esto no es una despedida, sino un hasta luego”.