Con un mensaje esperanzador arrancó ayer la VII Semana de la Ciencia “Margarita Salas” de LA NUEVA ESPAÑA. El panorama investigador e innovador descrito por Borja Sánchez, consejero de Ciencia, resulta prometedor. “En Asturias se puede emprender e innovar desde cualquier lugar”, aseguró el también investigador del CSIC, en excedencia por su cargo político. “Contamos con medios humanos y materiales para materializar proyectos innovadores. Igual que en otras partes, como en otros lugares del mundo”, agregó.

Sánchez abrió un ciclo de conferencias organizado por LA NUEVA ESPAÑA que se alargará hasta el viernes y que cuenta con el patrocinio de Bayer, Asturagua, Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Telefónica, Unicaja Banco, Fertiberia, Química del Nalón e IEDUCAE, y está subvencionado por el Gobierno del Principado de Asturias. Precisamente el ecosistema del I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) de la región fue lo que desgranó el consejero de Ciencia. “Un sistema fuerte, diverso y dinámico”, resaltó Sánchez, que, para empezar, advirtió de que hay que saber distinguir los que realmente es I+D+i. “No todo lo nuevo es innovador, no es oro todo lo que reluce”, advirtió.

Borja Sánchez, durante su conferencia de ayer. | L. Murias

Hizo énfasis el consejero del Gobierno del Principado en que la investigación y la innovación “son cuestiones claves para nuestro futuro, y se tarda mucho en construir y poco en destruir”. En este último mensaje se mostró especialmente incisivo, porque si la apuesta por la innovación “no se mantiene en el tiempo, en un año se destruye lo que se avanzó durante años”. Introdujo en este punto la futura ley de Ciencia, cuyo borrador saldrá “en unas semanas”. “Los efectos del trabajo que estamos haciendo ahora (desde el Gobierno) los veremos en diez o quince años. Pero esto tiene que ser algo sostenido. No se puede gestionar la ciencia como otras cosas porque no llegas a tiempo. La ley de Ciencia es clave”, indicó antes de proseguir con su razonamiento: “La ciencia necesita un procedimiento propio para su gestión. Y su protección a medio y largo plazo tiene que venir acompañada de una ley”.

“La ciencia necesita de una protección a medio y largo plazo con una ley”

El Consejero, que además es biólogo investigador del CSIC y fue presentado por el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, recalcó respecto a Asturias que no se trata tanto de ser el mejor en algún campo, sino más bien de “ser bueno en cuatro o cinco cosas, un camino que hay que hacer de forma sostenida”. Sin negar la realidad de los asturianos que se van fuera a investigar con la consiguiente pérdida de talento en la región, Sánchez defendió que “para mí Asturias tiene un ecosistema que se puede controlar bien, te puedes asesorar bien de todo lo que hay y de sus mecanismos de apoyo y, de hecho, cuando salimos fuera solemos estar muy apreciados”. Él tuvo estancias fuera de Asturias y ahora es “uno de los investigadores en su ámbito más citados en el mundo”, recalcó el Rector, que también quiso ensalzar que la Universidad ha encontrado en Sánchez “un socio leal”. Además, compagina la doble vertiente de investigador del CSIC y de “emprendedor científico” tras haber fundado una start-up, subrayó Villaverde.

“El covid supuso un impulso muy relevante a la red asturiana de innovación”

Describió el Consejero todo el “ecosistema” investigador e innovador de la región, haciendo un repaso rápido por las diferentes entidades, tanto públicas como privadas, que forman parte de él, así como dibujando la red de relaciones tejida entre ellas. Sentó así primero las nociones básicas para su conferencia titulada “La i+d+i asturiana, un fascinante territorio por descubrir”, antes de enumerar un rico abanico de ejemplos de innovación en la región que a él le han sorprendido. Y como pilar básico dejó clara una tesis: “Ciencia e innovación salvan vidas, pero también incrementan el Estado de bienestar y, sobre todo, generan empleo de calidad y valor añadido bruto”. Puso algún ejemplo histórico de ello, como los fertilizantes sintéticos, cuyo descubrimiento “salvó 2,7 billones de vidas”. Mismo ejemplo que le valió para explicar el proceso de cómo se pasa de la investigación básica a la innovación aplicada. Desde 1662 a 1909, explicó, se fueron produciendo hitos: ley de Boyle-Mariotte , ley de Lavoisiere-Lomonósov, principio de Le Châtelier, y, finalmente, proceso de Haber-Bosch. Se posibilitó así el proceso de síntesis de los fertilizantes, claves para el porvenir de la raza humana.

Sánchez explicó que “en Asturias tenemos un total de unos 1.000 agentes” para la investigación e innovación, con el Gobierno del Principado y la Universidad como dos grandes ejes vertebradores públicos y, al otro lado, grandes corporaciones y pymes y start-ups. A estas últimas las denominó, de hecho, “lanchas rápidas”, al acaparar buena parte de las grandes innovaciones.

Puso Sánchez ejemplos –y no pocos– que se ha ido encontrando en su labor como consejero, y no se olvidó de recordar que el covid-19 supuso “un impulso muy relevante al ecosistema de innovación asturiano” puesto que “mucha gente se puso a colaborar”. Asimismo, destacó que con la pandemia “la ciudadanía ha visto en primera persona para qué sirve la ciencia, cómo se desarrollaron vacunas en tiempo récord con una tecnología nueva que no estaba pensada para vacunas sino para tratamientos oncológicos; cómo años y años de investigación básica pudieron ser transferidos en forma de vacuna en menos de un año”.

Por la izquierda, Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo; Ignacio del Río, gerente de Asturagua; Virginia Chomón, responsable de Sostenibilidad y técnica de Seguridad de Bayer; Jesús Alberto González, director de Fertiberia; Amador Menéndez, coordinador de la Semana de la Ciencia; Borja Sánchez, consejero de Ciencia; Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo; Andrea Díaz, responsable de producción de planta de Bayer; y Rufino Orejas, presidente de Química del Nalón. | Luisma Murias

Reseñó ejemplos innovadores a lo largo y ancho de la geografía regional, desde una ganadería completamente robotizada en Tineo hasta una empresa gijonesa de movimiento de tierras que ha creado un departamento para innovar con la simulación de sus obras y proyectos. “Ahora su gerente dice que en poco tiempo esa división ligada a la digitalización va a facturar bastante más que la labor tradicional de la empresa”, afirmó. Se refirió a un albergue que solo usa energía renovable en Yernes y Tameza, o a una empresa sita en Somiedo que gestiona conocimiento y datos para gigantes mundiales. Viveros, una firma cafetera, cultivo de microalgas... Citó casos de diferentes sectores y se refirió a una empresa “de la que oiremos hablar mucho en el futuro”, dedicada a fabricar vehículos autónomos para tareas de riesgo. Y dejó Sánchez claro que Asturias tiene un campo donde cultivar su innovación: “Con los pozos mineros tenemos una serie de infraestructuras bajo tierra que estoy convencido de que pueden ser un diferencial para nuestra región”. Hizo mención en este apartado de proyectos subterráneos de otros países como cultivos de plantas o laboratorios bajo tierra.

Unas jornadas para una divulgación científica “obligada y necesaria”


La Semana de la Ciencia “Margarita Salas”, que arrancó ayer con la conferencia de Borja Sánchez, consejero de Ciencia del Principado e investigador del CSIC en excedencia, durará hasta el viernes con un programa cargado de ponencias que conectan la máxima actualidad con la investigación científica que se lleva a cabo en estos momentos. Y siempre con el objetivo de acercar la ciencia a los asturianos. Precisamente de la importancia de esta labor habló ayer, en la primera jornada del ciclo, Amador Menéndez, coordinador de la Semana “Margarita Salas” e investigador de Idonial. “Tras más de dos años de pandemia vamos recuperando una relativa normalidad. Durante estos dos años se han publicado unos 300.000 artículos científicos sobre el covid, y acompañando estos artículos también han circulado bulos que confunden a la población. Por eso, en situaciones como esta, de tanta incertidumbre, la divulgación de la ciencia es fundamental”, argumentó Menéndez. Y esta, aseguró, “ha contribuido a exitosas estadísticas” como la gran tasa de vacunación en España, donde los negacionistas suponen un porcentaje de población residual. “Comunicar la ciencia no es solo una obligación sino una necesidad”, recalcó Menéndez, quien habló del ponente inaugural, Borja Sánchez, como “un referente internacional indiscutible de la microbiología que ha sabido conjugar la investigación con la traslación al mercado”. De nuevo a las 19.30 horas en el Club Prensa Asturiana y también retransmitida en www.lne.es, llega hoy el turno de la conferencia de Rodrigo Moreno Botella, investigador del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, que hablará sobre las nanopartículas y sus aplicaciones cotidianas. Avanza así “una Semana de la Ciencia multidisciplinar de la mano de destacados expertos”.

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