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Me quedo en el pueblo

Ganadera de raza y convicción en Villartorey

Lorena Fernández, que tiene a su cargo 70 reses de vacuno de leche en el pueblo de Villayón, reivindica la presencia de la mujer en el campo: “Siempre estuvo ahí, pero no era visible”

Lorena Fernández, en la nave donde tiene parte de sus vacas lecheras de su ganadería. Ana Paz Paredes

“El sector está pasando por una crisis como nunca antes hubo, estamos en un momento muy complicado. La leche vale igual que hace muchos años, no suben los precios. No se trata de cubrir costes, sino de sacar rentabilidad a este negocio. A la vuelta de la esquina los ganaderos vamos a terminar siendo también una especie en extinción, porque la gente que viene detrás, las nuevas generaciones, no tiran por esto porque no ven futuro”. Así de clara y contundente es Lorena Fernández González quien desde el año 2006 es la titular de la ganadería de leche Garrón en Villartorey (Villayón).

Lorena Fernández con sus animales en su ganadería, en Villartorey (Villayón) Ana Paz Paredes

Por circunstancias familiares ella, que quería estudiar Magisterio en Oviedo, decidió cursar un módulo de Administración y Gestión de Empresas en Navia e hizo prácticas en una empresa de la zona. Fue tras fallecer su madre, cuando tenía 17 años. “Trabajé tres años en el Ayuntamiento de Villayón, pero mi mente estaba aquí, con mi padre y con la ganadería. Entonces decidí apostar por ella y me hice ganadera titular en 2006”, explica esta emprendedora que, para ello, contó con el apoyo de su hermana Carmen María. El tercero de la familia es el hermano menor. “Mi hermana y yo hicimos una sociedad y eso me permitió ampliar el número de animales y poner en pie una nave nueva. Por entonces también conté con la subvención que daba el Principado a los menores de 40 años por incorporación y un 10% por ser mujer. En se momento tuvimos mucho respaldo por parte de la Administración”, dice.

Lorena Fernández González, antes de subir a su tractor, junto a la nave de su ganadería. Ana Paz Paredes

Con las ideas muy claras y criterio propio, reivindicativa, enamorada del lugar en el que vive y del oficio que eligió libremente, a pesar de la situación que está viviendo actualmente el campo, Lorena Fernández se define como una trabajadora que está al frente de una ganadería modesta, con unas 70 cabezas de ganado entre madres y crías.

Lorena Fernández trabajando en su ganadería Garrón, en Villartorey. Ana Paz Paredes

El incremento de mujeres ganaderas en los últimos años es algo que ella explica con claridad meridiana: “No es que haya más mujeres hoy que ayer. No hay que olvidar que la mujer ha sido y sigue siendo un pilar imprescindible en el medio rural. La mujer siempre ha estado ahí, lo que pasaba que no se le daba la visibilidad que se le está dando hoy en día. A las madres y sobre todo las abuelas de antaño, que fueron las que tiraron adelante con todo, las que lucharon tanto y además en momentos mucho más duros que ahora, no se las reconoció. Ahora lo que pasa con las mujeres no es que se incorporen más, sino que siempre han estado ahí trabajando a la sombra de su marido, ahora lo que hacen es hacerse visibles”, explica.

Lorena Fernández trabajando en la oficina de su ganadería, en Villartorey, donde vive. Ana Paz Paredes

Separada y madre de dos hijos de 11 y 12 años, no sabe si ellos continuarán o no con la ganadería. Eso sí, para ella es fundamental el estudio y la formación. “Yo no quiero influenciarles, eso tendrán que decidirlo ellos en su día, yo lo que tengo claro es que si quieres tener futuro, tanto aquí como en cualquier otro lado, tienes que salir, estudiar, formarte y luego que cada cual decida. Sin remontarnos a hace mucho tiempo, antes parecía que si eras ganadero era porque no servías para otra cosa. Hoy ser ganadero implica, además de conocer el oficio, que es duro en sí mismo, también tener todo tipo de conocimientos administrativos, económicos, informáticos y muchas cosas que igual otra persona, en otra profesión, no sabe ni la mitad que tú.”

Lorena Fernández en su tractor, en Villartorey. Ana Paz Paredes

Cree que se puede vivir en el medio rural, “pero con mucho esfuerzo y mucho sacrificio porque se trabajan los 365 días del año”. Junto con su madre, su gran ejemplo y apoyo, sigue siendo su padre, Miguel José Fernández, “Miguel de Garrón”, al que admira en la misma proporción que le quiere escuchando lo que dice sobre él: “Mi padre es la columna vertebral de esta casa y nosotros somos las extremidades”.

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