Nicanor García Fernández fue portavoz en la Junta de Ciudadanos entre 2015 y 2019 y candidato al_Senado en 2019. Ha liderado a un grupo crítico de afiliados. Anuncia a LA_NUEVA_ESPAÑA que se da de baja en el partido.
–¿Por qué se da de baja?
–Porque se colma el vaso de la paciencia ante los errores graves de estrategia en Asturias y España. El último, la suspensión de militancia del diputado Armando F. Bartolomé. Es injusta, es un profesor de Filosofía con una ética inquebrantable. Me doy de baja por la política de tierra quemada de Nacho Cuesta y Sergio García, que buscan el conmigo o contra mí. Ciudadanos va por el décimo diputado de la lista. Las iniciativas que se presentan son irrelevantes, se aprueban presupuestos a cambio de nada…
–Y lo dice ahora.
–Lo dije en la asamblea de noviembre en el Calatrava. Laura Pérez Marcho, Armando F. Bartolomé y yo tomamos la palabra y lo dijimos, y pedimos la dimisión de Cuesta ante los sesenta militantes presentes. Es que en tres años hemos pasado de 700 afiliados a doscientos. Han hecho su pequeño cortijo.
–¿Qué diferencia al Cs en el que usted entró del actual?
–Éramos un partido nuevo, con un mensaje ilusionante para cambiar la política tradicional, con un discurso de regeneración. Recuerdo que negocié con Javier Fernández los presupuestos con un decálogo de exigencias. Pasamos de 38.000 votos en 2015 a 73.000 en 2019. En la candidatura al Senado, 121.000 asturianos me marcaron a mí. Ese capital político se está dilapidando. Pasamos de 8 concejales a 50 y Nacho cuesta no ha visitado ninguna agrupación. Si ejerces de coordinador, teniente de Alcalde, portavoz y además abogado… algo habrá que dejar. Fue un error de Arrimadas nombrarlo.
–¿Y cómo hemos llegado hasta aquí?
–El clic fue la hecatombe en las generales. Rivera creía que sería el Macron de España y rompió la estrategia de gobernar con quien más votos tuviera. En Asturias se habría logrado mayoría absoluta con el PSOE. Yo provengo del centro progresista y nos equivocamos, y llevamos tres años aguantando el error. ¿A quién se le ocurrió la moción de censura de Murcia? Yo respeto a Inés Arrimadas, pero las circunstancias la sobrepasaron y la asesoraron de forma nefasta.
–Los últimos años usted fue una voz crítica.
–Pero al sector crítico lo laminaron. A los intermedios nos metieron en el saco del sector más beligerante. Lo que han perseguido es la paz de los cementerios:_Sergio García ya dijo que el que no estuviese de acuerdo se fuese.
–¿Hay solución?
–Muy difícil. La última estrategia es refugiarse en el municipalismo, pero en muchos sitios gobernamos con partidos mayores. En Oviedo hay muchas promesas, pero poco se ha hecho, y lo que se haga se lo llevará Alfre Canteli (PP). Solo en política cultural tenemos sello propio.
–¿Se reconocía en este Ciudadanos?
–Al 25 por ciento. Es un partido de supervivencia en el que el interés público importa poco. La cosa es aguantar el tipo. Hay muchas formas de estar en política y yo creo que hay que entrar y salir con dignidad. Aferrarse al sillón es un veneno. Y la política es una máquina trituradora: te muelen los tuyos desde dentro, los rivales y hasta la sociedad.
–Usted tuvo a Bartolomé de diputado. ¿Es díscolo?
–Tuve alguna discusión y discrepancias, pero votábamos y el grupo estaba unido; es leal. Lo que no puedes es disgregar el grupo. En un parlamento como el asturiano eso es jugar con fuego.
–¿Se va a otro partido?
–No, me voy a casa a descansar, a andar en bici, cantar en el coro minero y colaborar con el Banco de Alimentos. Hay muchas formas de ayudar a cambiar Asturias.
–Un último apunte.
–Quiero pedir disculpas a toda la gente que ilusionamos, y a cuya ilusión no supimos responder.
