La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los riesgos de usar un generador, el elemento que pudo causar la intoxicación por monóxido en Grado

El motor del dispositivo produce humos al quemar el combustible, por lo que lo más habitual es que se instale al aire libre o, si se hace en el interior, tener una salida para los gases

La casa donde ocurrió la trágica intoxicación por monóxido de carbono en Las Matas (Grado) LUISMA MURIAS

Muy básicamente, un generador eléctrico es una central en miniatura dotada de un motor de combustión que genera un movimiento y de un alternador que lo transforma en electricidad. Como el de un coche, el motor quema combustible y, al hacerlo, genera gases que pueden llegar a alcanzar niveles de toxicidad, de modo que su uso en un espacio interior requiere de una correcta instalación de salida de humos y una ventilación adecuada. Salvando las distancias, técnicos de empresas de alquiler y venta de maquinaria asimilan el funcionamiento de un grupo electrógeno en un lugar cerrado al de un vehículo en marcha en un garaje. La clave de su seguridad en interiores está en el sistema de escape y en la necesidad de dotar al dispositivo de la instalación correcta para evacuar los gases potencialmente nocivos. Se trata de asegurar, en definitiva, que los humos de la combustión salen al exterior y no vuelven a entrar.

Hay en el sector quien añade que el uso habitual, y el más seguro, de estos dispositivos se da en exteriores y que en términos generales se desaconseja su funcionamiento durante largos periodos de tiempo en espacios cerrados. También hay obviamente supuestos de instalación bajo techo, normalmente en sótanos o salas de máquinas, pero en estos casos se hace imprescindible la mencionada salida de humos adecuada a las dimensiones de la estancia y al flujo de aire, además del sometimiento de la instalación a exhaustivas revisiones periódicas.

Los generadores se utilizan fundamentalmente para producir energía eléctrica en lugares donde no se dispone de una fuente de electricidad o donde la demanda de luz es superior a la contratada, así como para contar con un sistema de respaldo con el que cubrirse ante posibles interrupciones del suministro eléctrico. Estos dispositivos tienen diferentes tamaños y potencias, adaptables al tipo de uso que se le quiera dar. Pueden funcionar con distintas clases de combustible, gasóleo o gasolina fundamentalmente, pero también gas natural, propano o biocombustibles.

Los incidentes por inhalación de monóxido de carbono tienen algunos ejemplos relativamente recientes sin salir de Asturias, ninguno tan trágico como el que este fin de semana en Grado podría haberse originado en la mala combustión de un generador. A finales de 2019, por ejemplo, tres personas resultaron intoxicadas en un edificio de Langreo en el que estaban trabajando. El inmueble no tenía luz eléctrica y se había instalado un grupo electrógeno para proporcionar energía para la reforma.

Compartir el artículo

stats