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Cae en León una banda por nueve asaltos, cuatro de ellos a bancos de Oviedo y Gijón

Los tres detenidos, que ataban con bridas a los operarios, a quienes encerraban y quitaban la ropa, obtuvieron un botín de 746.972 euros

Uno de los atracadores intimida al operario de una de las sucursales atracadas. | Policía Nacional

Agentes de la Policía Nacional detuvieron en la provincia de León a tres presuntos integrantes de una banda especializada en atracos a entidades bancarias, a quienes se les responsabiliza de nueve robos, cuatro en Asturias –dos en Oviedo y dos en Gijón– y el resto en Castilla y León. Con nervios de acero, ataban con bridas a los operarios e incluso los encerraban y quitaban la ropa. Desde 2016, se hicieron con un botín de 746.972 euros.

El primero de los hechos se remonta a finales de 2016, cuando llevaron a cabo un robo con violencia en un establecimiento comercial de San Andrés del Rabanedo (León), donde robaron 17.877 euros. A este primer hecho le siguieron otros ocho atracos cometidos en entidades bancarias. En todos los casos, dos personas accedían al interior, mientras que una tercera permanecía fuera vigilando.

Las investigaciones desvelaron que los autores mostraban un alto grado de experiencia y profesionalidad. Uno de los autores destacaba por su templanza a la hora de cometer los hechos, observándose una especial destreza a la hora de colocar las bridas en las manos y en los pies de las víctimas, hablando de forma pausada, teniendo en todo momento el control de la situación y actuando como líder.

En primer lugar, estudiaban el lugar. Efectuaban vigilancias previas sobre las sucursales bancarias, para observar los movimientos en la entidad, controlar la frecuencia de paso de patrullas policiales y conocer el momento de mayor o menor afluencia, así como la hora de apertura. Aprovechaban el acceso de los primeros empleados o del personal de limpieza para entrar al mismo tiempo. Seguidamente, retenían o amarraban a las víctimas con bridas. En la mayoría de las ocasiones, colocaban a las víctimas de rodillas y las inmovilizaban mediante bridas.

Otra característica habitual en sus atracos era el encierro de empleados u otras víctimas en un despacho, almacén o baño para ser controlados por uno de los atracadores. Además, les indicaban que se despojaran de sus ropas de abrigo y bolsos. Al mismo tiempo, otro de los atracadores se dirigía a las cajas fuertes para coger el dinero acompañado por el empleado o director de la sucursal, al cual no encerraban ni maniataban al tener las claves de acceso para su apertura.

Profesionales

También se distinguían por esperar sin dificultad a que se completase el tiempo de retardo de seguridad para la apertura de las cajas fuertes, que es de unos diez minutos. Para evitar ser identificados, actuaban con gorros, bragas de cuello, bufandas, gafas y abrigos que ocultaban su complexión. Se pudo observar también el uso de guantes, látex o esparadrapo en las manos para no dejar huellas.

Finalmente fueron identificados en León los tres miembros de la banda, en cuyas viviendas hallaron ropa, armas, bridas y otros elementos, así como 11.000 euros. Cuentan con antecedentes y carecían de profesión u oficio. Vivían únicamente de los botines. Las medidas de seguridad del cabecilla no han impedido su detención. Aparte de los robos en Asturias y San Andrés de Rabanedo, se les atribuyen asaltos en Medina de Rioseco (Valladolid), Salamanca y Ponferrada.

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