La miel afronta un momento dulce en Asturias y nunca mejor dicho. A la reciente aprobación del sello de calidad IGP (identificación geográfica protegida) se acaba de añadir la candidatura, impulsada por la organización agraria Coag, a que la apicultura logre por parte de la Unesco la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en base a la importancia de este oficio milenario para conservar el medio ambiente y con gran arraigo en los territorios.

Un paso que en el Principado ha sido recibido con satisfacción. “Valoramos positivamente los planes para que se reconozca la apicultura como Patrimonio de la Humanidad, pues es indudable que el sector apícola asturiano lleva a cabo una labor fundamental de mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad propios de nuestra región”, señala Rocío Huerta, directora de Ganadería del Principado.

Y añade: “También hay que destacar que es uno de los motores de desarrollo de actividad en nuestro medio rural como lo acredita el interés y crecimiento del mismo, tanto en cantidad de explotaciones apícolas como en la calidad de la miel producida. Además, vendría a reforzar la apuesta de este Gobierno por la producción amparada bajo la IGP Miel de Asturias y, por tanto, de Alimentos del Paraíso”.

A esto último hace referencia su compañera en la consejería de Medio Rural, Begoña López, directora de Desarrollo Rural y Agroalimentación: “Precisamente con la nueva aprobación de la IGP la candidatura nos parece positiva, porque la declaración reforzaría y contribuiría a poner en valor el trabajo de los apicultores y la industria agroalimentaria que ahora más que nunca tiene un papel tan relevante en nuestra región”.

Por parte del sector productivo también hay mucha satisfacción. “Es una idea estupenda”, señala convencido Julio Fernández, presidente de la asociación para la promoción de la miel, Promiel, implicada en el desarrollo de la IGP. “Todo lo que sea sumar para que el sector vaya a más es bienvenido y la declaración de la Unesco serviría para promocionar el producto y consolidarlo aun más”.

Los elaboradores de miel asturianos –la mayoría radicados en el Occidente– que están en Promiel confían en que la próxima cosecha (en otoño) salga ya con la IGP Miel de Asturias, que tiene pendiente constituir el consejo regulador, algo que previsiblemente se hará antes del verano.

La previsión es llegar a las 400 toneladas de miel certificadas, si bien para empezar se calcula que serán la mitad las que estrenarán la etiqueta. Porque no todos los socios de Promiel (alrededor de 80) podrán producir bajo el sello de IGP, que tiene unos requisitos que cumplir en cuanto a forma de elaboración, variedades, etc. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Asturias tiene un sector apícola formado por unos 1.400 productores, si bien profesionales se quedan en los 80 citados o pocos más (deben tener como mínimo 150 colmenas).