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El salmón se pone por las nubes: el precio sube un 60% y la demanda cae a la mitad

Los pescaderos asturianos califican de “espectacular” el encarecimiento, debido a la escasez de oferta y a la guerra y que ya empieza a amortiguarse

El salmón está por las nubes, aunque parece que ahora empieza a bajar algo. Pero el kilo de este pescado que en Asturias goza de gran predicamento entre los consumidores ha llegado a rozar los 30 euros, con una subida “espectacular”, según admiten los propios pescaderos, que ronda el 60%.

La escalada comenzó hace unas cuantas semanas y alcanzó su pico días atrás, si bien este mismo martes, en la plaza ovetense de El Fontán el género llegó a tener precios de casi 28 euros el kilo, cuando lo normal son 18 o 19 euros. En pescaderías de barrio poco menos: a casi 25 euros. Otra cosa es en los supermercados, que pueden ofrecer precios más contenidos al comprar más cantidad. Pero en general nadie se ha podido librar de la subida, ya que en origen los mayoristas no tuvieron más remedio que aplicarla. “Está bajando algo, pero todavía le sobran 10 euros o así”, explica Sergio García, dueño de Pescados Luis, en Oviedo, donde solo vende salmón de granjas con alimentación de piensos ecológicos.

“Es espectacular lo que subió. Es el único producto que tenemos de criadero y se ha puesto tan caro como los de rula que suelen tener precios altos”, explica. Los motivos para que el salmón tenga un coste tan elevado son varios. Es un pescado muy sujeto a los vaivenes del comercio mundial tradicionalmente. Pero lo que ahora ha sucedido tiene algún añadido más, según explican los comercializadores. Uno es, como ha sucedido con la cesta de la compra en general, la guerra de Ucrania, que lo ha encarecido todo. Además, se venía ya de una subida espectacular de los insumos (los bienes de producción) y la energía.

También hay otras explicaciones más particulares. Sergio García explica que en pandemia la repoblación en los criaderos (Noruega y Gales son el principal origen de los salmones que se comercializan en Asturias) se redujo, algo que ha repercutido posteriormente en la producción, más escasa. “Hay mucha demanda y poco género, y así sube el precio”, señala el pescadero del Fontán.

En su caso como el de otro profesional ovetense, Carlos Blanco, la venta directa al consumidor se ha reducido hasta la mitad en algunos casos. Blanco tiene una pescadería en el barrio de Pumarín en Oviedo y ha habido días, admite, en los que él mismo se impresionó por el precio al que lo cobró a su clientela. “La gente sigue pidiéndolo, pero mucho menos. Hay clientes que viven solos, que suelen llevarse una rodaja para comer o cenar. Y de pagar 6 euros ha llegado a pagar 9 o más. Es increíble”, explica. El pescadero hace acopio casi a diario de los ejemplares con distintos comercializadores en el Principado: de pagarlo en origen a 14 o menos, pasó a 17 euros o más. La semana se cerrará, asegura, con precios más asequibles.

Por otra parte, y aunque se pudiera pensar lo contrario, la subida del precio del salmón no ha repercutido en que el consumidor se haya pasado a otros pescados, similares y de la misma familia, como la trucha, más económica. Todo lo contrario. Porque en general en las pescaderías se vende menos. Así lo explica Adolfo Miranda, de Piscifactorías Somines y Barganeiro, con centros de producción en Grado y Pravia. “No se ha notado más venta. En general las del pescado están bajísimas, es lo que nos transmiten los pescaderos. Todos hablan de que hay poca salida”, explica Miranda.

En su caso, a principios de año, se vieron obligados a incrementar 25 céntimos el kilo de trucha. “No nos quedó otra, los costes de producción se dispararon y hubo que hacerlo. Pero esa subida, que preferimos no hacerla mayor, es poca frente a lo que se ha encarecido la producción”, sostiene.

La comida, objeto de lujo: la cesta de la compra se encarece más de 500 al año


“La noticia no es lo que sube, sino contar qué es lo que no”. Sabia reflexión de una mujer, este martes, realizando la compra en la plaza del Fontán, en Oviedo. Porque a estas alturas del año el encarecimiento de los frescos (carne, pescado y fruta) ya no es novedad. Un informe reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) cifraba en 500 euros al año o más lo que se encarecerá la cesta de la compra (alimentación y también productos para el hogar) en una familia española como media. El observatorio de precios de OCU recoge la evolución de 156 productos incluyendo frescos como frutas, verduras, carnes y pescados, así como alimentación envasada, droguería e higiene, en 9 cadenas de supermercados de ámbito nacional. Un 84% de los productos ha subido el precio, frente a solo un 16% que han bajado (cebollas y solomillo de cerdo, por ejemplo). Los transformados también se han disparado, de los que más, el aceite de oliva, hasta un 53,6%, y el de girasol (que llegó a escasear por el acopio de los consumidores al inicio de la guerra en Ucrania), un 49,3%. Figuran también el salmón en rodajas y los plátanos, con subidas de entre un 30 y 40% de media. Así las cosas, la comida que se pone a diario a la mesa en un hogar español va camino, si no lo es ya, de convertirse en objeto de lujo.

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