El potencial de Ribadesella en el ámbito cultural, con la cueva de Tito Bustillo a la cabeza, es “bestial”, es un santuario mundial del paleolítico, pero los riosellanos “no acabamos de creérnoslo” y su aprovechamiento turístico es “deficiente”, destacó ayer el alcalde del concejo, Ramón Canal, durante su intervención en un Conceyu Abiertu sobre los recursos prehistóricos locales, organizado por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA y moderado por María José Iglesias, su directora. El acto está enmarcado en la serie “Asturianos”, un gran retrato colectivo de Asturias que pretende contribuir a la reflexión sobre el presente y futuro de la región. Junto al regidor, Ignacio Alonso, exdirector del Museo Arqueológico de Asturias y arquitecto; Alejandro Criado, presidente de la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella (Acar), y Alberto Martínez-Villa, arqueólogo y prehistoriador, autor del libro “Arte y ocupación prehistórica en la cueva de Les Pedroses”, resaltaron la importancia del arte rupestre local, lanzaron ideas para darlo a conocer entre el gran público y para incrementar su aportación a la economía local.

Ramón Canal criticó la escasa promoción que se realiza en torno a la cultura de Ribadesella, un mensaje dirigido, sin nombrarlo, al Gobierno del Principado, pero que ratificó después cuando subrayó que el Ayuntamiento no tiene competencias en la materia, pues son autonómicas. La sombra de Altamira planeó sobre el encuentro. El regidor puso a la gruta cántabra como ejemplo a seguir: “Aunque no se puede entrar en la cueva original, el Museo tiene infinitamente más visitas que nosotros, quizá porque sabe atraer un turismo familiar y de ocio y nosotros no acabamos de dar ese paso”.

Alberto Martínez-Villa admitió que Altamira “nos come la imagen, porque es el gran icono” (fue el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del arte rupestre), pero lanzó ideas para potenciar la Tito Bustillo, como las que ya se realizan en Francia, “haciendo que la gente participe de la marca de la zona. Los riosellanos tienen que ver que hay un valor con el que se tienen que identificar. y no darle la espalda”.

Ignacio Alonso incidió en este aspecto y apostó por seguir los pasos del País Vasco e impulsar visitas guiadas a excavaciones arqueológicas, y que estás empiecen a ser “públicas” y dejen de ser “misteriosas” para la ciudadanía. Alonso también se refirió a Altamira y resaltó que el museo de esa cueva es un nacional y lo explota el Estado; por lo tanto, “cuenta con recursos” a los que el Principado no puede llegar. Sí subrayó que Tito Bustillo es en la actualidad la única cueva entre el Bidasoa y el Navia abierta al público, pues las demás “o fueron cerrando o nunca abrieron”. Manifestó su convicción de que la enorme riqueza arqueológica local “no es muy apreciada por los riosellanos”, aunque aclaró que “lo más importante es que sea apreciada fuera”. Y en su opinión, lo es, lo que genera “una publicidad impagable”, sobre todo en el extranjero.

Alejandro Criado subrayó que Tito Bustillo, y por extensión Ribadesella es “un santuario del arte paleolítico”. Y para apuntalar esa idea rescató una frase del periodista Lorenzo Cordero: “Ribadesella era Londres en la Prehistoria”. Reconoció la importancia económica del patrimonio cultural riosellano, pero se centró en el aspecto científico, en el que la asociación que preside realiza una ingente tarea: edita una revista que ha recogido decenas de trabajos científicos, ha publicado seis libros sobre prehistoria y organizó en 2002 el primer simposio internacional sobre arte paleolítico con 26 ponencias que se recogieron en un volumen con 545 páginas. Tal vez sea tiempo de celebrar un segundo simposio”, señaló Criado.

Martínez-Villa indicó la necesidad de impulsar, en primer lugar la investigación, la divulgación y la protección de los elementos culturales, para a continuación ver “cómo se disfrutan”. Subrayó que estos elementos general valor en tres niveles: “el conocimiento humano, la identidad local y regional, y cómo ven esos recursos las personas de fuera”. Aseguró que Tito Bustillo es “el mascarón de proa” del concejo, el que determina la “marca” del concejo y lo sitúa “en el mapa”, pero matizó que también existen otros elementos alrededor de la cueva que generan “valor añadido”.

El Alcalde lamentó la “gran cantidad de riosellanos que no conocen Tito Bustillo”, la imposibilidad de contratar funcionarios para reabrir el Museo del Carmen y la “enorme burocracia”, que provoca, por ejemplo, “que llevemos dos años reclamando que se reparen unas goteras a la entrada de Tito Bustillo”.

El público, muy participativo, lanzó ideas, como aprovechar las nuevas tecnologías para crear recreaciones de las cuevas locales en 3D o 4D o modificar la temporada de Tito Bustillo y abrirla solo en invierno para propiciar la desestacionalización y atraer turismo extranjero, propuesta apoyada por Ignacio Blanco.

Jesús Manuel Fernández. | A.G.

Uno de los descubridores de las pinturas, entre el público


El Conceyu Abiertu celebrado ayer en Ribadesella contó entre el público con un asistente muy especial, Jesús Manuel Fernández Malvárez, uno de los descubridores de la cueva de Tito Bustillo o Pozu’l Ramu, en 1968. Fue uno de los miembros del grupo de espeleología Torreblanca, de Oviedo, que junto con dos jóvenes de Ribadesella, durante una exploración espeleológica descubrieron las pinturas rupestres. Ayer relató cómo tardaron unas cuatro horas en recorrer la cueva, avanzando con sumo cuidado por temor a hundimientos y alumbrándose con lámparas de carburo. Intervino para lanzar una propuesta: dado que Ribadesella ha tenido a lo largo de su historia pintores muy destacados, organizar una exposición mezclando las obras de todos esos artistas pictóricos locales, “desde la Prehistoria hasta la actualidad”.