Toda Asturias se unió ayer en Nava en un culete simbólico para empujar hacia la designación de la cultura asturiana de la sidra como patrimonio mundial inmaterial de la UNESCO. Lo hizo en la cuna del caldo regional y de la mano de los alcaldes de la Mancomunidad sidrera, que lograron reunir a una treintena de regidores, de oriente a occidente y de norte a sur del Principado, para escanciar a la vez y demostrar que “cada vez que levantamos una botella de sidra, estamos levantando Asturias”.
A los alcaldes de Nava, Villaviciosa, Bimenes, Sariego y Cabranes se unieron los de Gijón, Avilés, Caravia, Carreño, Caso, Colunga, Cudillero, El Franco, Gozón, Llanes, Mieres, Morcín, Noreña, Piloña, Ribadesella, Ribadedeva, San Martín del Rey Aurelio, Parres, Grado, Riosa, Soto del Barco, Cabrales, Illas, Somiedo, Amieva y Yernes y Tameza, junto con ediles de Belmonte de Miranda, Lena, Siero, Oviedo y Langreo. Todos ellos, junto la cofradía de los Siceratores, el presidente de la patronal hostelera, José Luis Álvarez Almeida; el del Consejo Regulador de la DOP Sidra Asturiana, Guillermo Guisasola; varios escanciadores profesionales y vecinos a título personal participaron en un escanciado conjunto para reivindicar que “la sidra une, y hoy Día Internacional de esta bebida, es un día especial para juntar a todos sus amantes”, apuntó la directora general de Desarrollo Rural, Begoña López, acompañada de la diputada socialista y vicesecretaria general de la FSA de Gimena Llamedo. También estuvo el diputado popular José Manuel Felgueres, junto al edil de Oviedo Mario Arias
Si algo quedó claro ayer es que la cultura sidrera y el escanciado constituyen “la patrimonialidad que pone en valor nuestra forma de vida”, señaló el antropólogo Xuan de Con en la lectura pública de un manifiesto para exaltar el hecho de “echar la sidra, ese tocamiento sin malicia al culo del vaso y al cuerpo de la botella, con sensualidad y esperando por el producto de nuestra cultura, el culete bien echado”. Una práctica, “la más icónica sin duda, la que más nos representa y nos identifica como país, como pueblo astur”.
Y una escenificación a lo grande de “ese buen hacer que tan exótico resulta a quienes nos visitan, y que nos acerca emocional y experiencialmente al frescor de las pumaradas, a la jugosidad de la manzana, al silencio y la oscuridad de los lagares, al bullicio de los chigres cuando empieza la folixa, al llagar de casa y la antojana, con la familia y los amigos, que siempre es tiempo de disfrute, de comunidad en definitiva”, enumeró De Con en su manifiesto para realzar la candidatura de la sidra a la UNESCO.
Y no podía ser en otro lugar que a las puertas del Museo de la Sidra de Asturias, un espacio emblemático embarcado con este motivo en una profunda renovación con la vocación de convertirse en estandarte de la cultura asociada al caldo regional. “Es nuestro día internacional y había que celebrarlo en la Villa de la Sidra; los alcaldes de la Comarca entendíamos que este es el icono bajo el que teníamos que organizar el escanciado”, señalaba el primer edil de Nava, Juan Cañal, “muy agradecido a todos los alcaldes, concejales y público en general volcado en la asistencia a este acto popular”, porque al final si algo demuestra es “lo que somos: gente que nos unimos y que estamos orgullosos de ser asturianos, apostando todos por que la cultura sidrera sea nuestro patrimonio inmaterial”.
