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El Obispo “que mejor entendió a Asturias”, según sus políticos (de todo signo) coetáneos

La trayectoria pública de Díaz Merchán deja “huella” en la región por su “capacidad para el diálogo” y por su “sensibilidad social”

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La vida de Díaz Merchán, en imágenes

Gabino Díaz Merchán deja “huella” en los políticos con los que trató en los años de la Transición y de la reconversión, tiempos difíciles en Asturias. Seis dirigentes de aquella época de muy diversas ideologías analizan para LA NUEVA ESPAÑA la trayectoria pública del Arzobispo, en la que nunca eludió pronunciarse sobre las cuestiones que marcaban la vida social y política de la región.

Bernardo Fernández era consejero de Presidencia durante el mandato de Pedro de Silva al frente del Principado (1983-1991), un tiempo en el que se creó el Patronato del Real Sitio de Covadonga, donde la iglesia asturiana y el Gobierno regional tuvieron un primer foro de negociación. La relación también fue estrecha para preparar la histórica visita de Juan Pablo II en Asturias, que tuvo lugar en el verano de 1989. Fruto de aquellos encuentros, circunscritos a las relaciones institucionales, Bernardo Fernández se formó acerca de Díaz Merchán la impresión de un hombre “dialogante, que tenía campechanía natural”.

Conserva el recuerdo de que “era fácil negociar con su equipo y ello no quiere decir que no tuviera como objetivo la defensa de sus intereses, como el Gobierno tenía claras sus posiciones”. Y concluye que mostraba una actitud “muy colaboradora, racional y firme en defensa de los intereses de la Iglesia, pero receptiva a las exigencias e intereses de los poderes públicos”.

Laura González fue presidenta de la Junta General del Principado entre los años 1991 y 1994. “Tuvimos una relación extraordinaria, nos llevábamos muy bien”, asegura la, por entonces, diputada de Izquierda Unida, que no vacila un ápice al afirmar que “los discursos de Díaz Merchán los podía suscribir en su totalidad, desde el punto de vista social y laboral”. Y asegura que cuando lo recibió en la sede del parlamento autonómico, “tuve una relación muy cordial y amable hasta el punto de que me sentía como con un compañero”. Laura González recuerda “lo acogedor” que se mostró con los trabajadores de Duro Felguera encerrados en la Catedral. “Aunque no naciera en Asturias, se sentía un asturiano de pro. Lo voy a echar mucho de menos”, concluye la exdirigente de IU, que hoy no podrá asistir a la capilla ardiente del obispo emérito.

Ovidio Sánchez, presidente de la Junta General de 1995 a 1999, sostiene que fue “el Obispo que mejor entendió a Asturias y el que más la quiso, como lo demuestra el hecho de que se quedase a vivir en la región aunque fuera un hombre de Toledo”. Aunque episodios como el del encierro en la Catedral, que coincidió con gobiernos del PP en Asturias y en la Moncloa, no estuvieron exentos de tensión, Ovidio Sánchez pone el foco, con la perspectiva que da el paso del tiempo, en “la foto de la Transición” que representó Díaz Merchán por ser “todo un ejemplo del perdón y la reconciliación”. El también expresidente de los populares asturianos destaca “la gran huella” que deja Díaz Merchán. Isidro Fernández Rozada, peso pesado primero de Alianza Popular y luego del PP en Asturias, también subraya la “relación muy cordial” que mantuvo con el prelado manchego. Y confiesa que hace algo más de diez años, cuando el obispo emérito pasó una enfermedad, compartió charla y confidencias en la Casa Sacerdotal: “Le dije en vida que me agradó cómo entendió la reivindicación de los trabajadores de Duro Felguera, sin entrar en confrontación alejándose de cualquier disputa, cuando buscaron refugio en la Catedral”.

“Su proyección social interesante ha sido reconocida por todo el mundo, aunque en los momentos de tensión con el gobierno de Sergio Marqués no sé si tuvo la posición más acertada”, valoró Xuan Xosé Sánchez Vicente, diputado autonómico entre 1991 y 1999, que le define como “muy afable” y destaca que “su experiencia de infancia y juventud demuestra la otra cara de la República, que no fue el paraíso terrenal como algunos pretenden vender”.

Francisco Valledor, diputado autonómico de 1995 hasta 2009, destaca a Díaz Merchán como “el Arzobispo que defendió a los trabajadores asturianos y que llevó la Iglesia asturiana a los ritmos que marcó el Concilio Vaticano II”. Afirma que “en momentos difíciles siempre tuvo las puertas abiertas”. A modo de anécdota cuenta que “a mí me dieron el carné del PC en una asamblea en la clandestinidad en el Seminario de Oviedo” y considera “un insulto” que el actual arzobispo, Jesús Sanz Montes, “se diga heredero de su ADN”.

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