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Barbón se propone "exprimir" la legislatura frente al "nerviosismo demoscópico" que observa entre otros partidos

El presidente del Principado replica a IU que está dispuesto a "dialogar con quien sea, siempre mirando a la izquierda", pero no a "paralizar una reforma clave por no llegar a puntos de encuentro puntuales"

Adrián Barbón, durante su intervención en el Comité Autonómico de la FSA en Cudillero.

A un año escaso del examen electoral, Adrián Barbón mira alrededor y ve en los otros puestos de salida “nerviosismo demoscópico”. Hay otros partidos, observa, que “se están empezando a poner nerviosos”, que en una posición de “electoralismo puro y duro” “se alteran a medida que van viendo encuestas y han llegado a decir que la legislatura ha terminado”. El presidente del Principado sale al cruce y dice que no, que su Gobierno opta por “exprimir” el mandato “hasta el final” y vuelve a predecir que esas actitudes complicarán el proceso para que Asturias tenga un presupuesto en 2023. "Veo enormes dificultades derivadas del electoralismo", repitió. Hablando en su condición de secretario general de la Federación Socialista Asturiana, ante el Comité Ejecutivo Autonómico reunido este sábado en Cudillero en su sesión de constitución tras completar los procesos de renovación de las agrupaciones locales, Barbón quiso hacer una defensa de lo hecho y de la “unidad” y viveza de su partido en clave claramente electoral mientras proclamaba que queda legislatura para hacer de la gestión que le resta a su Gobierno un aval del PSOE para la cita con las urnas.

Sintetizó el presidente en tres los desafíos. Habló de la “guerra a la burocracia” y sin citar a IU, el socio de investidura que se ha manifestado abiertamente disconforme con la visión “agilizadora” de procesos que el Principado ha materializado en sus leyes de simplificación administrativa y calidad ambiental, proclamó que está “dispuesto a dialogar con quien sea y siempre mirando a la izquierda", pero también que "no vamos a paralizar una reforma que creemos clave porque no seamos capaces de llegar a puntos de encuentro puntuales en temas concretos”. Sobre el desafío demográfico, reprodujo ante sus compañeros de partido lo dicho el miércoles ante los diputados de la Junta, que quiere “un pacto de Estado que se tiene que trasladar a la ley de reto demográfico una vez que recibamos las conclusiones de la comisión” constituida al efecto en la Junta. En el terreno de las medidas concretas, se repite abierto a nuevos incentivos “desde el punto de vista impositivo para facilitar la natalidad”, así como a  “deducciones por adopción”, a medidas de “discriminación positiva en los pueblos de Asturias”, pero también a otras políticas como las facilidades para “todo lo que tiene que ver con la reproducción asistida, donde había un tapón importante”.

Dispuesto a inclinar a su favor incluso las decepciones, el presidente del Principado menciona como tercer gran reto por acometer en el escaso futuro que tiene por delante su primera legislatura los incumplimientos del Gobierno estatal en la ejecución de sus compromisos inversores con Asturias. Este partido, proclama, “antepone Asturias a cualquier otra cosa, incluso cuando tenemos que discrepar con el Gobierno de España con el que compartimos muchísimas cosas. Cuando algo no nos gusta, alzamos la voz, y yo el primero, sin postureo ni falsas medias verdades”, y en este punto ofreció como prueba las reuniones que mantendrá el lunes con los ministros de Agricultura, Industria, Transición Ecológica y Presidencia y el martes con la ministra de Transportes. “En el Gobierno me abren las puertas para arrancar compromisos de futuro”, reseñó, y se lanzó a la crítica contra los partidos que “quieren alternancia, no alternativa, y al recuerdo de las dos oportunidades que tuvo la derecha de gobernar Asturias. En una “maltrataron a su presidente, a Sergio Marqués, al que el PP humilló por defender los intereses de Asturias”; en la otra, la experiencia del “hombre providencial que venía a salvar Asturias y a alzar la voz”, Francisco Álvarez-Cascos, “duró diez meses y acabó con la región a punto de ser intervenida”.

También puso como contramodelo al PP para festejar la renovación y la democracia interna del PSOE asturiano, que en menos de cinco años ha cambiado “al ochenta por ciento de nuestros liderazgos locales”, que ha celebrado dos congresos desde el último que se le recuerda al PP asturiano. Cuando afeó el electoralismo de los demás, Barbón recurrió a Winston Churchill, y a su distinción entre “estadistas” y “políticos al uso”. “Los estadistas pensamos en las siguientes generaciones”, no en las siguientes elecciones, reseñó. Había anunciado un comité autonómico “itinerante” para conseguir un partido “pegado a la tierra” y frente a las incertidumbres del contexto internacional reciente proclamó que “si hay una organización política que da certezas, que garantiza la estabilidad y la busca desde el dialogo somos nosotros”.

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