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Las hogueras de San Juan vencen a la lluvia e iluminan de nuevo la noche en Asturias

Después de dos años de parón obligado por la pandemia, el fuego volvió a ser el protagonista en una de la citas festivas más señaladas del año

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Las hogueras de San Juan iluminan de nuevo la noche en toda Asturias

Esta información ha sido elaborada por: Andrés Velasco (Mieres), Lucas Blanco (Oviedo), Nel Oliveira (Gijón) e Illán García (Avilés

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La fiesta vuelve a arder en Mieres

La fiesta vuelve a arder en Mieres 

Y dos años después, el fuego purificador volvió a arder por San Xuan. Mieres celebró ayer su noche más mágica del año y lo hizo después de un día marcado por la lluvia, que dio pequeñas treguas, aunque siempre amenazó con reaparecer. Lo que no mermó fueron las ganas de los mierenses de volver a reencontrarse, de bailar la danza prima, de ver los fuegos artificiales o de aplaudir a rabiar los bailes de los grupos que enramaron las fuentes de la ciudad. 

Y el fin de fiesta no podía ser mejor, ya que a cierre de esta edición estaban previstos los conciertos de M-Clan, primero y la continuación del baile con la orquesta «Cayenna». El ambiente festivo se notaba ya por las calles de Mieres incluso a la hora del vermú, aún sin actividad, pero con un buen ambiente. La ausencia de mascarillas, al contrario que los dos últimos 23 de junio, también denotaba que el San Xuan de este año ya se iba pareciendo más a las ediciones prepandemia. El acicalamiento de los más jóvenes, que preveían una larga jornada de fiesta, también era otro de los indicativos de que se acercaba el día grande de las patronales y que, aunque denominada la noche más corta del año, la de ayer se preveía bastante larga.

La lluvia que marcó el día hizo un parón a media tarde. Y eso sirvió para que una de las actividades más novedosas de San Xuan, el vuelo cautivo en globo aerostático pudiera llevarse a cabo. La cabina apenas se levantaba del suelo un par de decenas de metros, pero la realidad es que los mierenses pudieron vivir, desde La Mayacina, la experiencia de despegar y aterrizar en un globo. Y pese al mal tiempo, la cola para subirse era bastante larga.

Mientras tanto, en el parque Jovellanos de Mieres, medio centenar de personas en la plaza central y un montón más en las terrazas aledañas pudieron disfrutar de algo que seguramente no esperaban. Y es que Carlos Tarque y su banda M-Clan llegaban a la prueba de sonido para el concierto nocturno.   

Quizás a modo de agradecimiento por aguantar bajo el agua y por las caras de ilusión de sus fans, la banda realizó un miniconcierto de ensayo y lo que iban a ser un par de temas se convirtieron en media docena. Entre los que sonaron, «Usar y tirar» o «Nuevo en la ciudad». Ya de madrugada, tras la foguera, estaba previsto que sonaran temas más míticos. Mientras, por las calles los mierenses pudieron disfrutar de teatro, bajo la lluvia, eso sí. Y a las siete y media de la tarde, los más pequeños asistieron al ya clásico Show de Susana, en el parque de Jovellanos.

Uno de los ritos más solemnes de las patronales, el enrame de las fuentes, también se vio un tanto deslucido por la lluvia, que no por el estoico aguante de los grupos Prau Llerón, L’Artusu y Ruxidera, que desfilaron para embellecer las fuentes del Ayuntamiento, la plaza Pepa La Lechera y el Vasco.

Y ya pasadas las once, estaba previsto el inicio de los espectáculos más coloridos de la jornada, el montaje de fuegos artificiales. Luz y color por un cielo que después de dejar caer el agua todo el día se esperaban con ansia los abrazos de la espectacular pirotecnia.

Se trasladó entonces la fiesta hasta el Ayuntamiento de Mieres, donde por primera vez tuvo lugar un espectáculo de «videomapping», a cargo de Rob Loren. Una proyección sobre la fachada del Ayuntamiento vinculada al purificador fuego de San Xuan y al resurgimiento de la fiesta cual ave fénix tras la pandemia. Un impresionante show de luz, sonido y formas que encandiló a los mierenses.

Y para acabar, con las doce campanadas, ardió la foguera, y los mierenses se reencontraron alrededor del fuego, bailando la danza prima, y festejando juntos tras dos años de ausencia en la plaza consistorial. Ni la lluvia, ni cualquier otro elemento iban a estropear la noche, porque lo más calado que había ayer era el corazón de los mierenses y su devoción por la villa.

Hoy, tras una larga noche, llegará el día grande, con la misa de San Xuan, la entrega de los premios «Mierenses en el Mundo» o el reparto del bollu, entre otras actividades.

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La tregua de la lluvia permite una hoguera masiva en el Campillín

La tregua de la lluvia permite una hoguera masiva en Oviedo

«Arriesgamos con el tiempo, acertamos y, aunque estamos encantados, el covid todavía nos debe dos noches mágicas». Graciela Meléndez es una joven gijonesa que por cuestiones laborales lleva unos años viviendo en Oviedo, a escasos metros del parque del Campillín. Amante confesa del verano y «todo lo relacionado con el fuego», tras muchas dudas por miedo a ser víctima de un chaparrón, a las 23.30 horas quedó con unos amigos para salir a disfrutar de una hoguera que este año estrenaba escenario. Aunque apenas una hora antes el parque parecía un erial, al fina, la tregua de la lluvia animó a cientos de personas a recibir el verano alrededor del fuego.

Fue poco antes de las diez y media de la noche cuando la tromba que había asolado el casco urbano durante horas se detuvo de manera milagrosa. El grupo «Los Pamplinas» se subió poco antes al escenario y como si del flautista de Hamelín se tratase su música comenzó a ejercer de efecto llamada para un público que pasó de llegar a cuentagotas a desfilar en grandes grupos. 

Los seres mitológicos tomaron la emblemática zona verde ovetense y con travesuras comenzaron a animar el cotarro. «Al final quedó buena noche y decidimos traer nuestros deseos y todo», indicaban Carmen Cachón y Adela Coque, dos amigas de Cangas del Narcea afincadas en la capital, que ayer trataron de apaciguar la morriña de hoguera y voladores de su tierra canguesa. 

Las parejas de hermanos compuestas por Xurde y Alejo de Miguel y David y Pablo Sánchez no dudaron en llevar a quemar los libros de las que fueron sus asignaturas menos preferidas durante el recién finalizado curso. «El de Matemáticas no quiero ni verlo», comentó uno de los pequeños a los que los encargados de encender el fuego dieron permiso especial para acercarse con antelación a la montonera de maderas acumuladas en la plaza central del parque. 

Tres antorchas y un soplete sirvieron de punto de partida para crear una gran columna de fuego en torno a la cual los presentes pudieron bailar la danza prima, seguir lanzando papeles con sus deseos escritos y entonar varias proclamas. «¡Viva San Juan y puxa Oviedo», se pudo escuchar en más de una ocasión salir de entre una multitud, que como cierre de fiesta contó con una actuación protagonizada por el maestro gaitero Bras Rodrigo! «Veníamos dispuestos a echar a correr si llovía, pero creo que volveremos andando», comentó con humor Ignacio Nevares junto a la hoguera.  

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La lluvia no apaga San Juan en Poniente

La lluvia no apaga San Juan en Gijón

La multitud regresó ayer a la playa de Poniente por San Juan. Felicidad, salud y que se termine la guerra de Ucrania fueron algunos de los deseos en una noche que recuperó la ansiada normalidad arrebatada por la pandemia. «Me gustaría que baje la gasolina, salud para toda mi familia, no más confinamientos y unas vacaciones tranquilas». Es la retahíla de peticiones de Ana García, de 40 años y vecina de Contrueces, quien ayer quemó sus deseos en compañía de sus amigos Pablo Fernández, Silvia Arcos y Miguel Rodríguez. «Que venga un año mejor que los anteriores, que se acabe la guerra y felicidad, mucha felicidad», expusieron de forma respectiva mientras restallaban en el cielo los fuegos artificiales.

La lluvia no fue capaz de apagar el regreso de la noche de San Juan. Si bien a medianoche las precipitaciones dieron tregua, las fogueras de menor tamaño fueron las que dieron más complicaciones para encenderse. Los que sí lograron sacar llamas en su madera de pino fue un grupo de jóvenes formado por Ana María de la Riva, Andrey Andreev, Dani Lizunov, Ángel Álvarez, Arancha Pérez, y Moisés Cevallos, entre otros integrantes. «Mi deseo para esta noche es entrar en la Infantería de Marina», pedía la veinteañera Ana María de la Riva. En una pequeña foguera aledaña, Enol Castro, de 21 años, también quemada un papel que ponía «entrar en el Ejército». «El año pasado tuve una época de mucho estrés de la que pensé que no iba a salir. Solo pido estar bien, como afortunadamente estoy ahora», comentaba Moisés Cevallos en compañía del resto de su grupo, en el que se podían leer papeles como «que me toque la lotería, seguir con mi novia o felicidad para el año que viene».

Una noche cargada de buenos propósitos que ya dio comienzo al final de la tarde con el enramado de hasta once fuente en varios barrios y parroquias. En la de la plaza de la Guía fue el Grupo Covadonga quien puso la nota musical a la colocación floral. La Asociación Coros y Gaitas Jovellanos hizo lo propio en la fuente del parque de la Fábrica de Gas, donde los asistentes rodearon el borde con motivos florales y tiraron pétalos al agua, al ritmo del grupo folclórico «Trebeyu». La «Andecha de Cultura Tradicional Na Señardá» fueron los encargos de amenizar el ‘tardeo’ de la noche de San Juan en la fuente de Pelayo, situada en la plaza del Marqués, y en que los asistentes dejaron a flote varios ramilletes de flores.

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Así fue la noche de San Xuan en la comarca avilesina María Fuentes

El fuego que venció al Nuberu en la comarca de Avilés

El Nuberu, ser mitológico de las tormentas y las nubes, hizo su acto de presencia en la noche de San Xuan, la más mágica del año. Su acción en forma de lluvia chafó los planes a los más pequeños, que se quedaron sin actividades infantiles en Luanco y en Trasona. No actuó el payaso «Tato» en Corvera y tampoco permitió el espectáculo «Un rockero en apuros» en el arenal luanquín. Eso sí, las fuentes enrramadas de ambos concejos brillaron y la chocolatada llegó dos horas después de lo previsto en el programa de la foguera de Trasona. Los colectivos vecinales de Corvera y Gozón engalanaron sus manantiales con flores para mantener viva así una antigua tradición. También en Llaranes, donde «Escontra’l Raigañu» enrramó la fuente de la plaza. Y eso es así porque por San Xuan no solo se rinde tributo al fuego sino también al agua, para purificarla.

Pero es que el Nuberu está a otras cosas, lo suyo es la lluvia y ayer fue el encargado de controlar todo, incluso al cuélebre que lucía en la parte baja de la gran pira corverana. La llamada a la vuelta a la normalidad fue casi literal, ya que en el último San Xuan prepandémico, el de 2019, también reinó la presencia de paraguas en las distintas celebraciones. Eso sí, el fuego resistió a los ataques del Nuberu, las respectivas hogueras programadas a lo largo y ancho de la comarca sí salieron adelante. Eso sí, con mucho menos público del esperado. En el plano musical, Vicente Díaz consiguió vencer a la lluvia y tocó a la hora. Poco antes, había dejado de llover en Trasona. Después llegó el conciertos de «Dixebra» junto al pantano. Y los de las orquestas de «Pasito Show» en Luanco y «Dominó» en Corvera. Eso sí, hasta bien entrada la tarde, reinaba la duda.  

Volviendo a las fuentes enrramadas, en Corvera, Elena Menéndez fue la ganadora del concurso con su decoración de la fuente de Moriana (Cancienes). La segunda clasificada fue la de Villa y la tercera fue Molleda, ambas confeccionadas por las asociaciones vecinales. El concurso de Gozón aún está pendiente de fallo, ya que el jurado visitó ayer de tarde los diferentes manantiales participantes por las trece parroquias del concejo. 

En Luanco, hubo quien aprovechó para construir figuras de arena, un dragón entre ellas, mientras ardía la foguerina infantil y unas quince personas se guarecían de la lluvia junto a las casetas de la playa. En La Arena, había muchas dudas sobre la quema de la pira. Y en Avilés, la capital de la comarca, hubo dos danzas primas. La primera en Llaranes, por la tarde y bajo los arcos de la plaza, por culpa del Nuberu y de noche, en la plaza Pedro Menéndez, donde ya no hay fuente y en el espacio que dejó ardió una pira hecha a base de palés. Tiempo después, se recuperó el tradicional baile popular asturiano. Al final, la música y el fuego vencieron al ser mitológico de las tormentas que volvió a recordar al San Xuan de 2019 que también contó con la aparición del Nuberu, otra vez sin Chus Pedro. 

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