“Habla Rufián y sube el pan...”, bromea la frutera Estefanía Zarzuelo. En este caso no es el pan, que también, lo que sube. Sino el melón y la sandía, protagonistas sin quererlo de la última sesión en el Congreso de los Diputados, después de que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, los utilizara para poner de vuelta y media al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a cuenta de la inflación y, en concreto, del elevado precio de esta rica fruta de temporada junto con la sandía.
Habló Rufián de melones de 13 euros, sandías de 12 euros y cerezas a 6 euros (en este último caso igual se quedó corto). LA NUEVA ESPAÑA ha salido a la calle para comprobar si el diputado controla, efectivamente, lo que cuesta un melón, algo por lo que él mismo preguntó a Pedro Sánchez, de paso que le advirtió de que el apoyo a su Gobierno por parte de los republicanos peligra debido al coste al alza de la cesta de la compra.
Aunque el político –famoso por sus histriónicas intervenciones en el hemiciclo y hábil en llevarse titulares, como es el caso– igual exageró un poco, como suelen hacer siempre sus señorías, lo cierto es que no va desencaminado. El melón del que habló Rufián es, no obstante, bastante grande, una pieza de algo más de 4 kilos para salir por unos 13 euros en la frutería. “Haberlos haylos, sí, son algo grandes, pero por supuesto que hay melones de ese tamaño”, explican Estefanía Zarzuelo y Jorge Palacios, dueños en Oviedo de Frutas JM, con un género de alta calidad.
Explican que en el último año el precio del melón ha subido un 20% más o menos, ronda ahora los 3 euros cuando lo normal en 2021 al empezar el verano eran 2,5. “Pero como pasa con todo, también depende de la calidad. Puedes encontrarte piezas que no llegan al euro”, advierten. “Eso sí, cuando los abres igual parecen un pepino”. También la sandía ha subido el precio, de 1,5 hace un año a 1,8 euros el kilo ahora. “Todo en general ha subido”, asumen Zarzuelo y Palacios.
No obstante, aseguran que en los últimos días hay un ligero descenso de costes, y “el melón bajará a medida que avanza el verano, siempre empieza alto y luego estabiliza”. Así las cosas, los clientes buscan cómo equilibrar la cesta de la compra y es muy habitual que se lleven el melón o la sandía por mitades. “Es una forma muy extendida para gente que vive sola y una pieza es demasiado”, señala Estefanía Zarzuelo. “También por comodidad”.
Y ahora, además, por contener el gasto. Porque lo cierto es, como dijo Rufián y saben los tenderos y los que hacen la compra en toda España, que el melón efectivamente –como todo lo demás– está por las nubes. Hasta el punto de que en La Mancha, tierra melonera por excelencia, han comenzado a sufrir robos masivos en los campos y han tenido que contratar vigilancia nocturna las cooperativas. Unos robos que alimentan un mercado negro en crecimiento... de melones.
