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Jenifer I. A., la asturiana que dio positivo en cocaína y metanfetamina y tuvo que pagarse un análisis para demostrar que era un error

Los falsos positivos en drogas en las vías asturianas ponen en duda el "drogotest" y la AEA denuncia la inseguridad de las pruebas

Jenifer I. A. salía de trabajar cuando la hicieron parar en un control de alcohol y drogas en Andés (Navia). Dio 0,0 en alcohol, pero la sorpresa llegó cuando le hicieron la prueba de drogas. "Di positivo en cocaína y metanfetamina. ‘Es imposible’, dije a los guardias. Nunca tomo drogas. Venía reventada de trabajar. Les dije que quería hacer la prueba de confirmación y me acompañaron hasta el Hospital de Jarrio. Me cobraron 31 euros por los análisis de sangre. Mientras me la sacaban, había un guardia de testigo. Se llevaron dos botes de sangre", explica. Al cabo de un mes, no había llegado el resultado, así que fue al destacamento de Tráfico a Luarca. "Me dijeron que era negativo, y me pidieron que no les pusiese a parir en las redes sociales. Me habían puesto una multa de mil euros, que no pagué, y la retirada de seis puntos del carné", añade. "Pasé muy mal rato, no se lo deseo a nadie. Me tuvieron empantanada desde las once y media de la noche hasta las tres de la madrugada. Cuando tenía 16 años me fumé algún porro, como todos, pero ahora tengo 29 años y dos hijos. Sentí mucha impotencia", comentó.

El caso es que el sábado 26 de junio le pasó lo mismo a su cuñado, Daniel R., esta vez en un control en La Colorada, también en Navia. "Di positivo en cocaína. Me sorprendí mucho, porque no he tomado eso en mi vida, ni he fumado un porro nunca. Yo les dije: ‘De aquí vamos al hospital’. Hice una prueba de sangre. También de orina, aunque decía que no era necesaria. Di negativo en la última. El resultado de la de sangre me lo darán en un mes o dos", explica.

"Un error"

Como su cuñada, no duda en asegurar que se trata de "un error". Lo peor es que le "fastidiaron hora y media de descanso, sin olvidar la impotencia". Además, "tuve que dejar el coche en el sitio durante seis horas". A los guardias les dijo que esos tests estaban fallando, pero le respondieron: "Oye, chaval, esto está homologado, está bien". Ahora solo espera que la confirmación llegue negativa.

Son solo dos ejemplos de una realidad que se está produciendo desde hace años. Numerosos tests de drogas de Tráfico dan falsos positivos, y lo que es peor, falsos negativos, según asegura Mario Arnaldo, de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que elaboró en su día un informe sobre este asunto, según el cual, la ingesta de determinados medicamentos motiva que los tests de drogas salgan positivos. En la lista hay fármacos tan populares como el Ibuprofeno, el Dextrometorfano (Romilar), la Difenhidramina del Bisolvon antitusivo, la Doxilamina de la Dormidina o la Prometazina del Actithiol antihistamínico, por citar solo algunos. Por ese motivo, si se está tomando una medicación susceptible de dar positivo, se aconseja a los conductores llevar un certificado médico que determine que la ingesta de esos fármacos no afecta a la capacidad de conducción, indica Arnaldo.

Por otro lado, los tests de drogas dan positivo incluso cuando se ha consumido drogas en días previos y no en el momento de la realización de la prueba. La cocaína tiene unos efectos que duran entre veinte minutos y una hora, pero los tests de saliva detectan si se ha consumido esa sustancia en las últimas 24 horas. Los efectos de opiáceos como la morfina, la codeína o la heroína varían entre las cuatro y la seis horas, pero los tests de saliva los detectan aunque se hayan consumido tres días antes. El cannabis tiene un efectos de hasta tres horas, pero es posible detectar su consumo en las últimas 24 horas. Lo mismo ocurre con los tranquilizantes, las anfetaminas o la metanfetamina.

Para Mario Arnaldo, estos tests de drogas "no garantizan la seguridad jurídica". Y es que, mientras en el caso del alcohol está tasada la cantidad a partir de la cual está prohibido conducir, en el de las drogas no ocurre lo mismo y la línea de corte se puede subir o bajar a voluntad de Tráfico. "De hecho, la Guardia Civil tuvo que elevar la línea de corte porque la gran mayoría de los tests daban positivo", explica Arnaldo. Por ello exigen que se establezca por ley un límite claro. Es lo que pidió en su día un juzgado de Vitoria, pero el Constitucional corroboró la legalidad de estas polémicas pruebas.

La inseguridad queda de manifiesto ante la gran cantidad de test de saliva positivos que luego no son corroborados por la prueba de sangre o de comprobación. "Hay divergencias muy graves", hace notar Mario Arnaldo. En ocasiones, un test de saliva da positivo en THC o cocaína, y el de sangre en metanfetamina, o viceversa. Además, llama la atención sobre el hecho de que muchos conductores prefieren acogerse al pronto pago de las multas de mil euros, para abonar tan solo la mitad, y renuncian a la prueba de comprobación, cuando podría resultar negativa. Todo ello sin negar que el problema de las drogas al volante es gravísimo y que va a más, sobre todo tras el final de la pandemia.

Asturias sale del covid con más conductores drogados al volante y muchos menos bebidos

El número de positivos en alcohol y los de drogas se van acercando peligrosamente en la región. Según datos que maneja Automovilistas Europeos Asociados (AEA), las alcoholemias se han reducido un 35 por ciento entre 2019 y 2021, mientras que los positivos en drogas se han disparado en el mismo periodo un 27 por ciento.

Según explica Mario Arnaldo, presidente de AEA, en 2019 fueron descubiertos 2.876 conductores circulando con un tasa de alcohol superior a la permitida. Esa cifra bajó, debido al confinamiento de la pandemia, a 1.081 positivos, un 62 por ciento menos. En 2021, el número de positivos se recuperó, hasta los 1.855 conductores bebidos, pero muy por debajo de las cifras de 2019.

Todo lo contrario en el caso de los conductores drogados, que fueron 808 en 2019, bajaron a los 369 en 2020 –de nuevo debido al confinamiento–, pero se dispararon a 1.030 en 2021. En total, en 2019 se impusieron 122.072 multas, que bajaron en 2020 a 83.946. Volvieron a elevarse el año pasado a 124.872, un 2,29 por ciento más que en el último año antes de la pandemia. También se incrementaron en 2021, un 23 por ciento, las multas por exceso de velocidad respecto a 2019.

Este incremento de conductores drogados se aprecia también entre los fallecidos en accidente, con un descenso de aquellos que habían bebido alcohol y por contra un aumento de los que habían consumido drogas.

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