El Gobierno del Principado observa con ciertas reticencias el retorno de la iniciativa de Izquierda Unida sobre la institución de una "ecotasa" que grave la actividad turística en Asturias. No le parece éste "el momento más adecuado para incrementar la presión fiscal" en la región y se aleja de la argumentación que condujo a IU a volver a plantear, este lunes, una figura impositiva que ya lanzó sin éxito en otoño a la negociación del presupuesto para este año.
Fuentes de la Consejería de Hacienda combaten las tesis de la coalición sobre la "madurez" que ha alcanzado el negocio turístico asturiano y no comparten con tanto entusiasmo que las cifras de alta ocupación de este verano sean justificación suficiente para el gravamen. A pesar de esos buenos resultados, matizan, "el sector continúa luchando contra el impacto de la pandemia y, adicionalmente, ahora ha de enfrentarse a una inflación nunca vista que está afectando claramente a los costes y a los márgenes". Dicho eso, el Principado se abre al diálogo a que insta la propuesta de IU –una mesa donde el Gobierno comparta peso con expertos o agentes sociales– y aclara que Hacienda "no descarta la posibilidad de constituir un grupo de trabajo que analice estas cuestiones desde un punto de vista técnico y que pueda servir al ámbito político como apoyo para la toma de decisiones".
Asumiendo el riesgo de abrir un nuevo frente de discrepancia con el socio de investidura del PSOE en un momento con no pocos desencuentros entre ambos, la aproximación del Ejecutivo a la propuesta de reanimación de la ecotasa parte de cierto escepticismo. Añade la advertencia previa de que "antes de plantearse la puesta en marcha de estos tributos, es necesario analizar las propuestas concretas y buscar el encaje legal y la adecuada justificación".
De entrada, pues, el segundo intento de IU empieza con un aspecto parecido al primero, que terminó aparcado entre sonoras quejas de la patronal turística asturiana. La propuesta entiende que podría recaudar unos tres millones de euros y destinarlos a la creación de unos 150 empleos en los concejos de la Asturias más despoblada mediante la imposición de una tasa de cincuenta céntimos por pernoctación –sería un euro en hoteles de cuatro estrellas y paradores nacionales y dos en pisos turísticos–, de un recargo análogo por cada descenso en canoa por el Sella y de un gravamen equivalente al dos por ciento de los billetes del transporte en espacios protegidos.
